Descubriendo la Adolescencia: Desarrollo Cognitivo, Emocional y Social

Desarrollo cognitivo en la adolescencia

Pensamiento abstracto e hipotético

El pensamiento adolescente se aleja de la realidad concreta y se adentra en el terreno de lo hipotético. No se limita a lo que ocurre, sino que explora lo que podría ocurrir bajo ciertas condiciones. Esta capacidad de abstracción es fundamental para el progreso de la ciencia, ya que permite independizarse de los datos sensoriales inmediatos.

El egocentrismo adolescente

El pensamiento adolescente se libera del egocentrismo infantil, aunque persiste una forma de egocentrismo propia de esta etapa. David Elkind describe dos fenómenos relacionados:

  • La audiencia imaginaria: El adolescente se siente constantemente observado y juzgado por los demás, como si estuviera actuando en un escenario. Esto le lleva a preocuparse en exceso por su apariencia y comportamiento.
  • La fábula personal: El adolescente se cree único y especial, con experiencias que nadie más ha vivido. Esto puede llevarle a sentirse incomprendido y aislado.

Descontrol emocional y autonomía moral en la adolescencia

En los adolescentes, la amígdala, una región cerebral relacionada con las emociones, muestra una actividad más intensa que en los adultos. En cambio, el córtex prefrontal, responsable del razonamiento y el control emocional, presenta una menor actividad. Esto explica por qué los adolescentes responden a los estímulos emocionales de forma menos racional.

El adolescente experimenta altibajos emocionales intensos, pasando de la alegría a la tristeza en poco tiempo sin una causa aparente. A partir de la pubertad, se observa un aumento de las emociones negativas. Sin embargo, es importante recordar que también hay adolescentes emocionalmente estables y felices. El descontrol emocional tiende a disminuir con el tiempo.

Desde el punto de vista moral, la adolescencia es la etapa de la autonomía moral. Los adolescentes desarrollan sus propios principios y valores, y pueden comprometerse con causas sociales, políticas o religiosas. Su juicio moral se basa más en las intenciones que en las consecuencias.

Búsqueda de la identidad y problemas típicos de la adolescencia

La búsqueda de la identidad

La identidad es lo que nos define y nos diferencia de los demás. Incluye aspectos como:

  • Identidad vocacional o laboral
  • Identidad política
  • Identidad religiosa
  • Identidad de estado civil
  • Identidad sexual
  • Identidad cultural
  • Identidad de intereses
  • Identidad de personalidad

Erik Erikson considera la adolescencia como la etapa de la búsqueda de la identidad. James Marcia distingue cuatro formas de asumir la identidad:

  • Identidad difusa: El individuo no se compromete con ninguna opción ni muestra interés en hacerlo.
  • Identidad hipotecada: El individuo se compromete con una identidad impuesta por otros, sin cuestionarla.
  • Moratoria de identidad: El individuo explora diferentes opciones sin tomar una decisión definitiva.
  • Identidad lograda: El individuo ha tomado decisiones y se siente comprometido con ellas.

Lo ideal es que el adolescente progrese hacia la identidad lograda.

Problemas comunes en la adolescencia

La adolescencia puede ser una etapa problemática. Son frecuentes los conflictos familiares, ya que el adolescente busca mayor independencia y pasa más tiempo con sus iguales. Estos conflictos suelen girar en torno al control parental en aspectos como la hora de llegada a casa o la forma de vestir. En casos graves, pueden derivar en enfrentamientos continuos o la huida del hogar.

Los adolescentes se desarrollan mejor cuando los padres encuentran un equilibrio entre el control excesivo y la permisividad absoluta. También es la etapa del despertar sexual, el enamoramiento y, en algunos casos, las primeras relaciones sexuales. La impulsividad y la falta de previsión pueden ser problemáticas en este ámbito.

En la adolescencia aumentan los índices de fracaso escolar, a menudo relacionados con el desinterés por los estudios o la baja autoestima. La baja autoestima también puede contribuir a la aparición de depresiones y trastornos alimentarios, así como a la agresividad, ya sea dirigida hacia el exterior o hacia uno mismo.