Relaciones
1.PROBLEMA DEL COONOCIMIENTO.Tanto Descartes como Hume comparten los problemas y las inquietudes de una nueva época: la modernidad. Ambos dan prioridad en su pensamiento al problema del conocimiento aunque con soluciones distintas. Igualmente advierten que Por otro lado, mientras para Descartes la razón trabaja desde ideas innatas (racionalismo), desconfiando de la experiencia como fuente segura de conocimiento, Hume, en cambio, propone la experiencia como origen (como ya hiciera Aristóteles) y límite de nuestro conocimiento, no podemos ir más allá de la experiencia (característica del empirismo moderno), limitando el poder absoluto concedido a la razón y negando abiertamente la existencia de las ideas innatas y las ideas metafísicas (dios, yo, mundo, sustancia…). Así el poder y la confianza en la razón nacida ya en el mundo griego y revalorizada por Descartes da paso en Hume a la supremacía de la experiencia como fuente de conocimiento. Igualmente, el La oposición es aún mayor en relación a la Metafísica, saber clave de la filosofía que ya Aristóteles había introducido bajo el nombre de Filosofía Primera. Descartes había organizado la realidad a través de tres sustancias: infinitas (Dios), pensante (yo, sujeto), y extensa (mundo), en cambio, Hume no admite, por no tener impresión ni la idea de sustancia (fruto de nuestra imaginación), ni ninguna de sus clases, quedando la realidad reducida a una colección de impresiones que se nos presentan unidas sin saber por qué. Así, mientras Descartes concluía en un mecanicismo expresable matemáticamente, Hume nos conduce al fenomenismo, todo lo que podemos saber a cerca de la realidad se agota en nuestras impresiones. Incluso Hume rechazará el principio de causalidad . El principio de causalidad (todo lo que comienza a existir tiene una causa), aceptado por todos los pensadores anteriores tanto en teología, la ciencia como en la filosofía, tampoco es seguro que refleje la manera de ser de la realidad, como mucha genera probabilidad pero no certeza o seguridad. 3.- Ética.De nuevo, Hume se muestra coherente con su empirismo y contrario a las tesis racionalistas de Descartes y a la tradición intelectualista iniciada por Sócrates. Y aunque Descartes no elaboró una ética definitiva si dejó clara su idea de que la ética sería como el fruto del árbol del saber que la razón debía construir con su nuevo método. Pero para Hume la razón es incapaz de argumentar el deber (cometería la llamada falacia naturalista, pasar indebidamente del ser al deber-ser), ni hay impresión alguna de lo que entendemos por bueno o malo, ni la razón es capaz de impulsar o detener una acción. Sin embargo, la moral sigue siendo determinante en nuestras vidas pero su fundamento será para Hume el sentimiento, el sentimiento inmediato que una acción produce en mí. Si es de aprobación o aplauso, la acción será buena y si es sentimiento de condena y rechazo será mala, dando así lugar al emotivismo moral.
4.- La idea de Dios.Para Descartes constituye la idea metafísica esencial, pues sin Dios ninguna otra sustancia existiría y nada se podría afrimar con seguridad del mundo. La idea de Dios soluciona el problema el “puente” (de la primera verdad, -el “yo”- al mudo), permitiendo construir las ciencias –física, mecánica, medicina y ética-, superando la amenaza del “Genio Maligno”. Sin embargo, Hume rechazafilosóficamente la idea de Dios, pués ningún argumento es concluyente, bien porque utilizan el principio de causalidad -Sto. Tomás, Descartes-, o porque atribuyen a las ideas cualidades de las cosas –S. Anselmo-. Tampoco hay impresión alguna de la idea de Dios por ser un ser transcendente, para Hume es una idea dudosa. La incapacidad de la razón humana, de nuevo, se manifiesta ante la idea de Dios pues ni puede ser demostrada (teismo), ni tampoco negada (ateismo). De esta forma, el agnosticismo ante el problema de Dios viene a ser coherente con sul fenomenismo en la concepcón de la realidad, escepticismo en su teoía del conocimiento y emotivismo en la moral. 5.- La política. hume rechaza igualmente la doctrina del origen divino del poder tan propia del pensamiento medieval, pues no hay evidencia alguna de que sea así, y además, hay gobiernos tremendamente crueles, déspotas e injustos. tampoco acepta las teorías del ”Contrato”, “Pacto”, “Consenso” como proponían Hobbes, Locke o Rousseau, pues el hombre primitivo no tenía capacidad intelectual para construir semejante “Pacto”. Propone, en cambio, la utilidad como fundamento de la sociedad y de los gobiernos. En la medida en que la sociedad mejora la seguridad y la defensa de la propiedad, la sociedad se va consolidando. Y en la medida en que solucionan las tensiones y conflictos de la convivencia el gobierno y las leyes también se van consolidando. 6.-De carácter general.Podemos terminar observando que la oposición entre la Europa continental y la Europa Insular se manifiesta no sólo a nivel político o religiosos, sino también a nivel filosófico. Si Descartes se había esforzado en construir una filosofía segura amparado en el poder de la razón, fundando el racionalismo, hume, en cambio, termina llevando la filosofía al escepticismo y la duda, , cuestionando el poder de la razón proponiendo la creencia y la probabilidad frente a la certeza cartesiana. Igualmente, Hume abre la puerta a otras facultades para poder desarrollar nuestra existencia más allá de la razón como son la creencia en el campo del conocimiento, el sentimiento en el campo de la moral o el gusto en la estética.
7.- el criticismo kantiano, síntesis del racionalismo y el empirismo.
Uno de los rasgos por los que destaca el criticismo kantiano es por ser capaza de establecer una nueva solución al problema del conocimiento que superase la oposición entre el empirismo y el racionalismo. Concretamente, su posición recoge influencias de ambos pero propone nuevas alternativas: 1.Para empezar, el criticismo kantiano afirma que el conocimiento comienza por los sentidos, Acercándose así al empirismo de Hume (Hume me despertó del sueño dogmático), rechaza que pueda haber conocimiento sin los datos de los sentidos como su fundamento principal. De esta manera, el criticismo implica una dura crítica al racionalismo cartesiano, convencido de que sí es posible el conocimiento previo e incluso independiente de la experiencia. El origen del conocimiento sigue siendo la experiencia pero no se agota en la experiencia. 2.Matizando lo que acabamos de explicar, Kant afirma la existencia de estructuras innatas del conocimiento. No se trata de un innatismo Platónico, de ideas previas de las cosas, ni cartesiano que defiende que además de formas de conocimientos innatas tenemos incluso contenidos, ideas concretas como la de perfección o infinitud. El innatismo Kantiano asumirá que las formas a priori de la sensibilidad (espacio y tiempo) así como las doce categorías o conceptos puros del entendimiento son innatos, a priori, componentes indispensables del sujeto trascendental kantiano. Esta afirmación le aleja claramente del empirismo de Hume, que rechaza totalmente la existencia de cualquier conocimiento innato y abre la puerta al idealismo de la filosofía contemporánea. 3. Por otro lado, Kant, se aleja de las tesis escépticas de Hume, al defender la existencia del conocimiento universal. Kant piensa que la ciencia sí es un conocimiento universal, posibilitado por la correcta colaboración entre la sensibilidad, el entendimiento y la razón. Podemos aplicar conceptos como el de causa y sustancia porque pertenecen a la estructura cognoscitiva del ser humano, por lo que se neutralizaría la crítica de Hume al razonamiento causal e inductivo. En cierta manera, nos estaríamos acercando al racionalismo, corriente que siempre se ha identificado con la defensa de la ciencia como un conocimiento seguro. 4.Para terminar, deberíamos matizar la idea que acabamos de exponer. Y es que una de las consecuencias del idealismo trascendental kantiano es que la metafísica no es posible como ciencia. Tal y como expone Kant en su Crítica de la razón pura, la metafísica utiliza conceptos que la razón crea en su búsqueda de ‘síntesis más altas’ sin partir de ninguna impresión sensible. Este uso de la razón es ilegítimo e inaceptable. Es más: debemos evitarlo si no queremos perdernos en el ‘campo de inacabables disputas’ que es la metafísica, por lo que en este sentido Kant parece acercarse a la crítica de Hume de la metafísica.