La Duda Metódica como Fundamento del Conocimiento
En la cuarta parte del Discurso del Método, René Descartes expone la justificación de su método, el cual había descubierto mediante la consideración del procedimiento matemático. Su objetivo es darle una formulación general para poder aplicarlo a todas las ramas del saber. Para ello, necesita justificar el método mismo y la posibilidad de su aplicación universal, llegando a su fundamento último: la subjetividad del hombre. Esta justificación viene dada por su indagación metafísica.
Descartes se da cuenta de que muchas veces ha aceptado como verdaderos conocimientos que posteriormente resultaron erróneos. Por lo tanto, si realmente busca la verdad, no puede aceptar como verdadero ningún conocimiento que sea susceptible de la más mínima duda. Así, emprende la duda metódica como única manera de fundar la filosofía sobre un cimiento sólido, sobre un principio que sea realmente indudable.
Características de la Duda Metódica
- Universal: Se aplica a todo conocimiento. Descartes opta por rechazar todos los conocimientos que admitan la más mínima posibilidad de duda.
- Metódica: Descartes no es un escéptico; no considera la duda como un estado definitivo, sino que espera encontrar la verdad. Utiliza la duda como fuente de certeza, como un instrumento para superar la duda misma y lograr la certeza.
- Moral Provisional: La duda metódica no debe extrapolarse al plano de las creencias o comportamientos éticos, puesto que el método lleva tiempo y, por lo tanto, habrá ciertos asuntos cotidianos en los que tengamos que decidir sin haber logrado el grado necesario de claridad. Así, él propone una moral provisional, fundamentada en algunas normas que regulen nuestra vida mientras se halla una verdad moral.
La búsqueda de un punto de partida absolutamente cierto exige la tarea previa de eliminar todo aquello de lo que sea posible dudar. De ahí que Descartes comience con la duda, una exigencia del método en su momento analítico.
Motivos para Dudar
- La duda de los sentidos: Los sentidos nos engañan alguna vez, luego he de pensar que pueden engañarme siempre. Sin embargo, este motivo no es total, puesto que se podría dudar de la esencia de las cosas, pero no de su existencia.
- Imposibilidad de distinguir con claridad el sueño de la vigilia: La dificultad para distinguir el sueño de la vigilia presenta la posibilidad de dudar también de la existencia de las cosas. Cuando soñamos, sentimos la existencia de las cosas igual que en la vigilia y, sin embargo, no existen. Tampoco con este planteamiento se puede llegar a una duda absoluta. Con él se podría dudar de todo el ámbito de lo sensorial, pero quedaría el ámbito de la lógico-matemática. Dormidos o despiertos, los tres ángulos de un triángulo suman 180 grados.
- La hipótesis del genio maligno o “dios engañador”: Si se quiere continuar dudando, se hace necesario apelar a un nuevo motivo metodológico: la hipótesis del genio maligno, un ser todopoderoso que tiene la voluntad de engañarme siempre que pienso.
La Unidad del Saber y el Método Matemático
Descartes pretende superar el sistema aristotélico-tomista. Para Aristóteles, existen tres grados de abstracción fundamentales del saber: física, matemáticas y metafísica. Cada uno de estos géneros tiene su objeto propio de estudio y le corresponde un método propio. Sin embargo, los métodos no son extrapolables, pues no se puede estudiar, según Aristóteles, una realidad física, por ejemplo, con un método matemático.
Descartes rechaza tal principio de incomunicabilidad de los géneros, por considerar que el saber humano no se diversifica por la distinción de objetos, pues siendo la razón una, el saber es uno, y si el saber es uno, el método del saber también será único.
Para Descartes, las distintas ciencias son manifestaciones de un saber único. Esta concepción unitaria del saber proviene, en último término, de una concepción unitaria de la razón. Esta comunicación de todos los saberes, fundamentados todos en los mismos principios, supuso una forma nueva de hacer ciencia, en la que el papel de los sentidos quedó apartado a un segundo plano, de modo que todas las ciencias comenzaron a matematizarse.
La novedad de Descartes y su época está en la entronización del método matemático. Para él, no hay más que un solo saber y el método apto para ese saber es el matemático. La superioridad del método matemático se debe a la certeza y evidencia de sus razones. El fundamento de evidencia y certeza está en que el conocimiento intuitivo es inmediato e incuestionable, pues de lo simple no puede obtenerse falsedad alguna. Descartes da prioridad epistemológica a lo simple.
Operaciones Básicas de la Mente
- Intuición: Es una especie de “luz natural” por medio de la cual captamos inmediatamente conceptos simples de la razón misma sin posibilidad de error.
- Deducción: No es más que largas cadenas de razonamientos, una sucesión de intuiciones y de las conexiones entre ellas.