Desarrollo Ferroviario e Industrialización en España (Siglo XIX)

Análisis del Desarrollo Ferroviario en el Siglo XIX

Reflejo del Documento

Nos encontramos ante un mapa histórico, temático y de carácter económico que refleja la evolución de la red ferroviaria en el siglo XIX. En azul aparecen representadas las primeras líneas construidas de 1848 a 1855: Barcelona-Mataró (1848), seguida de la de Madrid-Aranjuez (1851) que en el mapa se extiende hasta Albacete y la de Langreo-Gijón (1852). En rojo se representa el resto de la red ferroviaria, construida de 1855 a 1868 y su gran expansión por el territorio español.

Dificultades en el Desarrollo de los Transportes y el Ferrocarril

En España, el desarrollo de los transportes presentó dificultades debido principalmente a una orografía accidentada, la inestabilidad política, la debilidad de las inversiones y la ausencia de una adecuada red hidrográfica para la navegación.

El ferrocarril, símbolo de la industrialización, fue inexistente en España hasta 1848, cuando se crea la primera línea Barcelona-Mataró, seguida de la de Madrid-Aranjuez (1851) y Langreo-Gijón (1852). La construcción de líneas ferroviarias solo empezó a acelerarse a partir de la Ley de Ferrocarriles de 1855, comenzando una gran expansión gracias al apoyo estatal y la llegada de tecnología y capitales extranjeros. Esto permitió trazar otras líneas (Madrid-Zaragoza, Sevilla-Cádiz, Madrid-Irún), alcanzándose hacia 1868 los 4800 kilómetros de tendido ferroviario. Surgieron importantes compañías:

  • Madrid-Zaragoza-Alicante (MZA, 1856).
  • Compañía del Norte (1858).

La crisis financiera de 1866 supuso la paralización de la construcción ferroviaria. Tras el Sexenio, se produjo una nueva etapa expansiva a partir de 1873, caracterizada por la concentración de los ferrocarriles en unas pocas empresas y por completar el trazado de la red principal, lo que hizo más rápido y barato el transporte de pasajeros y mercancías.

Características de la Red de Carreteras, Caminos y Transporte Marítimo

La red de carreteras y caminos también era muy deficitaria en esta época, debido a los conflictos políticos, las guerras carlistas y las dificultades hacendísticas.

  • El medio de transporte habitual era la diligencia, organizada en 1836 en la Real Compañía de Diligencias, pero resultaba insuficiente.
  • En el reinado de Isabel II, se avanzó en la construcción de una red de carreteras, organizada por la Ley de Carreteras de 1851, que clasificó estas vías en tres categorías: las nacionales, las provinciales y las municipales. Sin embargo, las comunicaciones seguían siendo malas.

Respecto al transporte marítimo, durante la mayor parte del siglo XIX, predominó la navegación a vela. Solo en las últimas décadas se produjo una modernización de la flota, con la incorporación del barco de vapor, la construcción de buques de hierro, el uso de la hélice o la mejora de los puertos. A finales de siglo empieza a adquirir relevancia la construcción naval, con empresas como Astilleros del Nervión o la Compañía Euskalduna.

Análisis de los Focos Industriales en la España del Siglo XIX

Reflejo del Documento

Nos encontramos ante un mapa histórico, temático y de carácter económico que ilustra los principales focos industriales en la España del siglo XIX. La leyenda refleja mediante diferentes símbolos la ubicación de la industria siderúrgica y textil en el territorio español, los grandes centros de consumo (que coinciden con las grandes ciudades) y los diferentes yacimientos mineros.

Factores del Retraso de la Industrialización y sus Causas

Entre los factores que contribuyeron al retraso de la industrialización en España destacamos los siguientes:

  1. El escaso impulso de la agricultura: la falta de innovaciones en ella hizo que no se generase el capital suficiente para ser invertido en la industria, ni se liberalizó la mano de obra suficiente para trabajar en la industria. Tampoco propició un aumento demográfico que aumentara la demanda.
  2. Debilidad e inexistencia de una burguesía industrial y financiera emprendedora. La burguesía prefirió invertir en la tierra más que en la industria.
  3. Estructura industrial ineficaz: se caracterizó por el pequeño tamaño de sus empresas y la dependencia tecnológica y financiera del exterior.
  4. Falta de un mercado nacional e incapacidad exportadora. El bajo nivel adquisitivo de la mayoría de la población impidió un aumento de la demanda, además nuestros productos eran poco competitivos de cara al exterior.
  5. Escasez de carbón de calidad, lo que encarecía los costes de producción.
  6. La inestabilidad política impidió que se dieran las condiciones para el desarrollo industrial.

La Industria Siderúrgica en España

Este sector está vinculado a la minería del hierro y del carbón, ya que los altos hornos requerían esta fuente de energía. Esta industria tuvo que afrontar el problema de la lejanía y la carestía del carbón mineral (combustible por excelencia de la moderna siderurgia).

Las primeras siderurgias surgen en Andalucía, a partir de 1830, concretamente en Málaga, donde se situaron los primeros altos hornos. Pero la escasez de carbón mineral provocó su decadencia a mediados de siglo.

La siderurgia asturiana dominó la segunda fase, gracias al carbón asturiano, mantuvo su relevancia hasta finales del siglo XIX, cuando fue desplazada por la hegemonía de la vizcaína.

La siderurgia de Vizcaya comenzó a tener un papel dominante a partir de 1880, lo que abundaba aquí era el mineral de hierro. Además, establecen una beneficiosa asociación con Gran Bretaña, en la que exportan hierro vizcaíno a cambio de carbón británico, abaratando los costes de transporte. La familia Ibarra crea en 1882 “La Sociedad de Altos Hornos y Fábricas de Hierro y Acero de Bilbao”, en 1885 instaló el primer convertidor Bessemer que funcionó en España y que permitía producir mayor cantidad de acero y de mayor calidad.