Estándar 94
En España durante el siglo XIX se inició en Cataluña la expansión de la industria moderna con el sector algodonero. Las razones por las que se produjo, están relacionadas con los cambios realizados en el siglo XVIII. Los primeros cambios se iniciaron en 1780, con la introducción de las nuevas máquinas de hilar, pero fue en 1802 cuando se produjo la consolidación total de la moderna industria.
Además, el crecimiento de esta reside en que, desde su nacimiento, fue un sector dedicado a producir para el mercado y no para el autoconsumo.
Sin embargo, la industria textil se vio limitada por: la escasez de carbón, lo que motivó la creación de colonias industriales en las cuencas de los ríos Ter y Llobregat y la debilidad del mercado español, que hizo que los industriales textiles exigieran constantemente al gobierno la promulgación de medidas proteccionistas.
La siderurgia fue el sector que acompañó al textil en el desarrollo de la industria moderna. Los primeros intentos de crearla fueron en 1826 en Málaga, los cuales fracasaron. Posteriormente los yacimientos de hulla de Asturias, convirtieron a esta región en el centro siderúrgico de España entre 1864 y 1879. En el País Vasco, se afianzó, gracias a la consolidación del eje comercial Bilbao-Cardiff.
Debido a la falta de inversiones nacionales en la minería, hizo que el estado acudiese a inversiones extranjeras, por lo que se creó en 1869 la Ley de Minas, que permitió la liberalización del sector y la entrega de concesiones de explotación mineras a numerosas compañías extranjeras (belgas, ingleses y franceses).
Otras industrias de gran relevancia de este siglo fueron la Industria metalúrgica y la Industria química, que se desarrolló sobre todo para la agricultura, creando nuevos abonos, fertilizantes y pesticidas
Estándar 83
El primer texto hace referencia al nacionalismo catalán, impulsado por Prat de la Riba, y el segundo texto hace referencia al nacionalismo vasco, impulsado por Sabino Arana. Los dos textos se escriben y divulgan a finales del siglo XIX y a principios del siglo XX. El primer texto surge en 1906, durante el reinado de Alfonso XIII y el segundo en 1894, durante la regencia de María Cristina tras la muerte de su marido Alfonso XII. Ambos textos tuvieron como finalidad crear una oposición al centralismo uniformador de la Restauración y una crítica al Estado Liberal. La burguesía se vuelve defensora del sentimiento nacionalista que aumenta con la Revolución Industrial. La industrialización se concentraba principalmente en Cataluña y País Vasco, por ello surgen los nacionalismos a los que hacen referencia estos textos. Eso tiene como consecuencia la unión de otras comunidades españolas al movimiento defensor.
A la hora de analizar los textos, encontramos similitudes como la intención de afirmar que ambas naciones tienen personalidad propia y derecho al autogobierno, lo que se conoce como regionalismo. Además, ambos presentan un carácter conservador. Sus principales objetivos no consiguieron respuesta hasta finalizar la Restauración (Estatuto de Autonomía), menos la Mancomunidad Catalana, a pesar de haber sido apoyada por La Liga Regionalista. Este último se trata de un partido fundado por el líder del nacionalismo catalán también denominado como Unión Catalanista. También surgió otro partido por el líder Sabino Arana denominado Partido Nacionalista Vasco. Sin embargo, encontramos diferencias entre los dos textos. Las intenciones de ambos textos dieron lugar a su origen: Prat de la Riba se enfoca en conseguir una Autonomía política para Cataluña y una política comercial proteccionista; mientras que el nacionalismo vasco busca la Independencia del País Vasco con un carácter radicalmente antiespañol.
Estándar 84
Las dos corrientes ideológicas más destacadas en España entre la clase obrera y el campesinado durante el siglo XIX van a ser el anarquismo y el socialismo. La corriente anarquista fue la ideología obrera más influyente en la Restauración. Fue introducida durante el Sexenio por el italiano Fanelli, discípulo del ruso Bakunin, fundador del anarquismo. La llegada del anarquismo a España se produjo de la mano de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), con la creación de sus primeras asociaciones en Madrid y Barcelona. La represión gubernamental y las luchas internas debilitaron la organización, que se limitó a grupos terroristas incontrolados que ejercían “la propaganda por el hecho”. La respuesta fue una reforma doctrinal y práctica (anarcosindicalismo) por la que se abandona la acción revolucionaria y se encuadra al proletariado en una organización sindical.
Por otro lado, la marxista formó un núcleo en Madrid por Paul Lafarge en 1871. La corriente socialista estuvo representada por el PSOE y por el sindicato socialista UGT. El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) fue fundado por Pablo Iglesias Posse en 1879 como partido de clase que defendía los derechos de la clase trabajadora. En 1886 se fundó el periódico “El Socialista”, decisivo para su consolidación y expansión, y debido a la crisis económica de 1887, y en 1888 el PSOE funda la Unión General de Trabajadores (UGT) como sindicato del partido. Los socialistas proponían tres condiciones para el triunfo del proletariado: La conquista del poder político por la clase obrera, la abolición de las clases sociales y la pugna por los derechos de asociación y de reunión, libertad de prensa y sufragio universal. En 1980, aprobado el Sufragio Universal Masculino por el Partido Liberal. El PSOE intenta participar activamente en política, consiguiendo su primer escaño en 1910.
Estándar 89
Para entender la cuestión debemos tener en cuenta que la derrota de 1898 de España en la guerra con Estados Unidos supuso una conmoción moral colectiva. El “desastre del 98” desencadenó un imperio derrotado y un país en crisis que tuvo que pedir la paz. El Tratado de París se firmó en 1898.
Tras este desastre se dieron unas consecuencias:
- Consecuencias económicas: perdieron los mercados y las materias primas coloniales, pero en la metrópoli tuvo efectos beneficiosos a medio plazo. La vuelta de capitales cubanos permitió la recuperación económica de España. Asimismo la necesidad de hacer frente a las deudas promovió una reforma de la hacienda. Esto junto al desarrollo industrial, supuso una repatriación de capitales.
- Consecuencias políticas: la crisis del 98 fue una crisis moral e ideológica. La necesidad de renovar el sistema político y de la sociedad española fue detenido por el regeneracionismo que denunció los derechos del sistema de restauración. El desastre también produjo un hondo pesimismo plasmado en grupos conocidos como la Generación del 98 puntos la crisis también produjo una expansión de los movimientos nacionalistas, del republicanismo y del antimilitarismo.
- Consecuencias sociales: Unos 60.000 soldados españoles murieron entre 1895 y 1898. El pesimismo se adueñó de la sociedad española. España había perdido sus últimas colonias en un momento de revitalización, por ello se vio la necesidad de importantes cambios en las condiciones de vida de los españoles y en su educación; en la organización social, económica y en su política interior y exterior. Sólo con cambios profundos se podría recuperar el prestigio perdido.
- Consecuencias ideológico-culturales. Nace el movimiento literario conocido como “generación del 98”: Pío Baroja, Azorín, Unamuno y Valle Inclán reflexionaran sobre los problemas de España y sus posibles soluciones.