Desamortización y Revolución Liberal en España: Transformaciones y Conflictos (Siglo XIX)

La Desamortización en España: Un Proceso Clave del Siglo XIX

La desamortización es uno de los temas más estudiados del siglo XIX en España. Este proceso se enmarca dentro de la transición hacia una sociedad de clases, donde la riqueza se convierte en el principal criterio de diferenciación social. La oligarquía, compuesta por antiguos señores feudales y la burguesía, será la principal beneficiaria.

¿Qué es la Desamortización?

La desamortización fue un proceso económico y social que consistió en la expropiación de bienes pertenecientes al clero y a algunos municipios. Las medidas clave de este proceso fueron la instauración de la propiedad privada y el libre mercado. Otras reformas importantes de la época incluyen:

  • Prohibición de los gremios y libertad de producción.
  • Eliminación del diezmo.
  • Supresión de las pruebas de sangre para acceder a la administración y al ejército.
  • Reforma de Hacienda de 1845 (introducción de un sistema fiscal con impuestos directos e indirectos).

La desamortización buscaba poner en circulación tierras “amortizadas” o “en manos muertas” (que no se trabajaban ni se utilizaban) pertenecientes al clero y a los municipios, integrándolas en el mercado.

Antecedentes y Desarrollo de la Desamortización

Hubo varios intentos y fases de desamortización a lo largo de la historia de España:

  • Durante el reinado de Carlos IV.
  • Con las Cortes de Cádiz (1810-1813).
  • Durante el gobierno de José Bonaparte.
  • En el Trienio Liberal (1820-1823).

Durante el reinado de Isabel II, destacan dos figuras clave:

  • Mendizábal (durante la Primera Guerra Carlista): Su objetivo era obtener recursos para financiar la guerra y la deuda pública, consolidar el régimen liberal atrayendo a los compradores de tierras y fomentar una clase de propietarios. Sin embargo, la venta en subasta pública favoreció a la burguesía y generó críticas, como las de Flores Estrada, quien proponía la venta a colonos para crear una base social más amplia.
  • Madoz (durante el Bienio Progresista): Buscaba principalmente sanear la deuda pública y financiar la Ley de Ferrocarriles de 1855. Las provincias con mayor participación fueron Madrid, Sevilla, Badajoz, Cáceres y Toledo. Sin embargo, los resultados financieros no fueron los esperados y la deuda no se solucionó completamente.

Consecuencias de la Desamortización

Resultados Económicos

En general, los resultados económicos fueron limitados. Hubo tala de árboles y no se produjo el esperado desarrollo industrial. Muchos nuevos propietarios no invirtieron en mejoras.

Resultados Políticos

La desamortización generó tensiones. La reina Isabel II se apoyó en la burguesía, pero se enemistó con la Iglesia (hasta el Concordato de 1851).

Resultados Sociales

No se logró crear una sociedad agraria de pequeños propietarios. El clero, aunque perdió tierras, mantuvo su influencia. Los grandes beneficiados fueron los terratenientes (antiguos y nuevos) y la burguesía. Los campesinos, en su mayoría, no pudieron acceder a la tierra. Aumentó el número de jornaleros con salarios bajos y creció el paro. También hubo pérdidas en el patrimonio artístico y cambios urbanísticos (con la creación de ciudades en terrenos de antiguos monasterios).

La Sociedad Española en el Siglo XIX

La sociedad estamental del Antiguo Régimen desapareció con la llegada de Isabel II. En el mundo rural, la desamortización provocó la pérdida de tierras para muchos campesinos, especialmente en Extremadura y Castilla. Esto generó un conflicto entre jornaleros y terratenientes, que se prolongaría con el apoyo de demócratas, republicanos y, posteriormente, movimientos obreros revolucionarios. También surgió un grupo de arrendatarios afectados por los impuestos.

En las ciudades, la industria era aún minoritaria. Predominaban los sirvientes y artesanos, aunque en Asturias, País Vasco, Cataluña y Madrid se desarrollaba una incipiente industria con mineros y obreros de ferrocarriles. En la década de 1840, creció el descontento obrero, con reivindicaciones de salarios dignos, reducción de jornada y mejores condiciones de trabajo. Surgieron asociaciones de trabajadores y los primeros movimientos obreros (anarquistas y socialistas) que combatían el capitalismo.

La burguesía industrial catalana era la más dinámica. La alta burguesía estaba compuesta por profesionales como médicos, abogados, maestros y funcionarios. Las instituciones tradicionales, como la Iglesia y el Ejército, mantenían una gran influencia. La Iglesia, con obispos y altos dignatarios, tenía un gran poder educacional y moral, especialmente en zonas rurales.

El Ejército estaba compuesto por generales y altos oficiales, a menudo procedentes de la burguesía. Existía la posibilidad de pagar cuotas para evitar el servicio militar obligatorio de los hijos.

A nivel social, existía una gran desigualdad. La burguesía y la nobleza vivían en palacios y mansiones, mientras que los sectores más pobres habitaban en suburbios y barrios obreros. Las mujeres no tenían derecho al voto y estaban tuteladas por padres o maridos, con libertades muy restringidas.

La Revolución de 1868 y la Primera República (1873-1874)

Causas de la Revolución de 1868 (“La Gloriosa”)

Tras la muerte de O’Donnell y Narváez, la reina Isabel II se quedó aislada. Una serie de crisis condujeron a su derrocamiento:

  • Crisis económica: Crisis financiera (quiebra de compañías ferroviarias), crisis agraria (aumento del precio del trigo y del paro).
  • Crisis social: Pronunciamientos urbanos por la carestía de vida e ideales democráticos, y auge de movimientos obreros (anarquistas y socialistas).
  • Crisis política: Firma del Pacto de Ostende entre progresistas y demócratas para derrocar a la reina, y posterior creación de la Unión Liberal dirigida por Serrano (tras la muerte de O’Donnell).

Desarrollo de la Revolución

La Revolución estalló el 16 de septiembre de 1868, liderada por el almirante Topete, con el apoyo de Serrano (unionista) y Prim (progresista). Se publicó el Manifiesto “España con honra” y se crearon juntas revolucionarias. La batalla del Puente de Alcolea supuso la derrota de las tropas isabelinas y el exilio de la reina a Francia.

En la revolución confluyeron tres planos:

  1. Militares y grupos conservadores (moderados, progresistas y unionistas): Buscaban acabar con un sistema corrupto y recuperar libertades constitucionales.
  2. Juntas Provinciales (demócratas y republicanos): Pretendían una mayor democratización, con ampliación de libertades, soberanía nacional, sufragio universal, supresión de quintas, libertad de culto e imprenta, y la eliminación de los “consumos” (impuestos indirectos).
  3. Movimientos obreros y campesinos: Cuestionaban el orden burgués y la estructura centralista del poder.

La Constitución de 1869

Se formó un gobierno provisional presidido por el general Serrano, compuesto por progresistas y unionistas, que marginó a demócratas y juntas revolucionarias. Se implantaron medidas como el sufragio universal y se convocaron Cortes Constituyentes. Dentro del Partido Demócrata, surgieron dos facciones:

  • Cimbrios: Aceptaban el gobierno, independientemente del régimen político, siempre que se respetase la democracia.
  • Republicanos: Querían implantar una república federal.

La Constitución de 1869 es considerada la primera constitución democrática de España. Sus características principales fueron:

  • Soberanía nacional.
  • Amplios derechos individuales y colectivos (inviolabilidad del domicilio, libertad de imprenta, libertad de culto, derecho de reunión).
  • División de poderes: Judicial (jueces), Ejecutivo (gobierno, responsable ante las Cortes) y Legislativo (Cortes bicamerales).
  • Sufragio universal masculino (24% de la población).

La Búsqueda de un Rey y la Monarquía de Amadeo de Saboya

Tras la aprobación de la Constitución, el general Serrano (regente) y Prim (jefe de Gobierno) buscaron un monarca. El candidato elegido fue Amadeo de Saboya, hijo de Víctor Manuel II, rey de Italia. La monarquía de Amadeo I (1871-1873) estuvo marcada por una gran inestabilidad política y social:

  • Asesinato de Prim (su principal valedor) en un atentado.
  • Agitación social (movimiento obrero).
  • Falta de apoyos: La aristocracia rechazaba el sistema progresista y la Iglesia se oponía a la política anticlerical.
  • Tercera Guerra Carlista (liderada por Carlos VII en Navarra, Cataluña, Aragón y Valencia).
  • Guerra de Cuba (con intervención de Estados Unidos).

La Primera República (1873-1874)

Amadeo I abdicó en 1873, dejando un vacío de poder que llevó a la proclamación de la Primera República. A los problemas anteriores se sumaron:

  • División entre republicanos: Unitarios (más radicales) y federalistas (defensores de un sistema federal).
  • Hostilidad del aparato del Estado: El ejército, acostumbrado a la monarquía, no se adaptó al nuevo régimen.
  • Insurrección cantonalista: Movimiento político y social que proclamó cantones independientes, principalmente en Levante y Andalucía (destacando el cantón de Cartagena). Este movimiento fue uno de los factores que contribuyeron al fin de la República.

La República tuvo varios presidentes en un corto período: Figueras, Pi i Margall, Salmerón y Castelar. La inestabilidad culminó con el golpe de Estado del general Pavía, que disolvió la Asamblea y el Congreso. Se instauró una dictadura encabezada por el general Serrano, que mantuvo formalmente la República, pero con un sistema represivo protagonizado por el ejército, hasta la Restauración borbónica, iniciada con el pronunciamiento de Martínez Campos en Sagunto.