En el prólogo descubrimos que la novela tiene un formato epistolar (de Carta), y que está dirigida a Vuestra Merced. Toca varios temas sobre lo que escribe y por qué escribe. Dice que… De todo libro, aunque a uno no le guste, se aprende algo (cita A Plinio). Los escritores escriben para que gente vea, lea y alabe sus Obras, no por dinero (cita a Tulio: “la honra cría las artes”). Le quiere ‘relatar el caso’ a Vuestra Merced, pero debe Comenzar desde el principio.
Comienza con la introducción del narrador, Lázaro de Tormes González
Pérez, “hijo de Tomé González y de Antona Pérez, natural de Tejares,
Aldea de Salamanca.”
Se le da el sobrenombre ‘Tormes’ porque nacíó dentro del río
Tormes.
Su padre fue molinero más de quince años.
Atendía un molino que estaba en la orilla del río
Tormes.
Cuando Lázaro tenía 8 años, su padre fue preso por robar en el trabajo,
Crimen al cual confesó (no lo negó).
Hacía sangrías a los sacos de la molienda (tajos por los lados
Para sacar producto).
Su padre, desterrado, fue acemillero (el que cuida mulas,
Acemile = mula) de un caballero moro y murió en una
Batalla.
La madre de Lázaro, al quedar viuda, comenzó a “arrimarse a los
Buenos, por ser uno de ellos” y frecuentó las caballerizas, donde lavaba
Ropa y se prostituía para mantener a su familia.
Un hombre moreno, Zaide, que se dedicaba a cuidar a las bestias, se
Convierte en el proveedor de la casa al juntarse con Antona.
Al principio le caía mal a Lázaro, pero cuando vio que les
Traía pan, carne y leña para calentarse, lo fue queriendo.
También le dio a Lázaro un hermanito.
Una escena importante de la novela es cuando el
Hermanito, al ver a Lázaro y a su madre blancos
Pero a su padre negro (como él), huía de él,
Señalándolo y diciendo “¡Madre, coco (cuco)!”.
Lázaro se preguntaba cuánte gente debía haber
Que huyen de otros porque no se ven a sí mismos,
Como su hermanito, que era negro como su papá
Pero huía de él.
El mayordomo hace una pesquisa (investigación) contra Zaide y
Descubre que robaba la mitad de la comida de las bestias, leña, mantas y
Sábanas para los caballos, e incluso desherraba caballos (para vender las
Herraduras) para mantener a su hijo. Lázaro dice que los frailes y clérigos también roban de los
Pobres, pero no les hacen nada (crítica a la Iglesia).
A Lázaro lo cuestionaron como parte de la pesquisa contra
Zaide, y él contaba que hasta había vendido algunas
Herraduras a herreros por orden de su madre.
Como resultado de la pesquisa, azotaron y pringaron a Zaide, y a Antona
La azotaron 100 veces también.
Además, Zaide ya no podía convivir con Antona (ni él en su
Casa, ni ella en la de él).
Antona fue con sus hijos a vivir en el mesón de Solana, en Salamanca,
Donde crecíó el hermanito hasta que supo caminar, y Lázaro hasta ser
Un buen mozuelo (tenía 12 años) que buscaba lo que le mandaban a
Buscar.
Un viejo ciego llegó al mesón y tomó a Lázaro para que “mirase por él” y
Lo adiestrara.
Antona le dijo que Lázaro era hijo de un buen hombre y
Huérfano, así que el ciego le dijo que lo tomaría “no por
Mozo, sino por hijo.”
Lázaro pasa unos días más en Salamanca con el ciego, pero cuando se
Van él va y se despide de su madre; ambos lloraron.
Antona le dice que sabe que no lo volverá a ver, pero que
Procure ser de bien ya que lo ha criado y puesto con buen
Amo, pero ahora se debe valer por él.
Al salir de Salamanca, llegando a un puente, se encuentran un toro de
Piedra. El ciego le dice a Lázaro que si se acerca al oído del toro oíra un
Gran ruido, cuando Lázaro lo hace el ciego le empujó la cabeza de atrás,
Provocando que chocara con el toro de piedra.
El ciego hizo esto para que aprendiera a ser astuto y sagaz
Para poder protegerlo.
Al ciego le provocó mucha risa esto, pero a Lázaro le causó
Mucho dolor.
El ciego decía a Lázaro que no le podía dar oro ni plata, pero lo
Enseñaría a sobrevivir.
Esto fue verdad, ya que Lázaro llegó a aprender mucho del
Ciego, que era la persona más lista que había conocido.
Para ganarse la vida, el ciego se hacía curandero y que podía ver el
Futuro (vidente).
Muchos ciegos hacían esto, pero el ganaba más en un mes
Que cien ciegos en un año.
A pesar de esto, era avaro. Lázaro Pasaba hambre con él. Era mezquino (cruel). El ciego traía el pan y la comida en un fardel (saco) de lienzo con Candado, pero Lázaro sangraba el fardel por donde estaba descosido, Sacaba comida y lo volvía a coser, igual que su padre y similar a Zaide. Lázaro también le robaba dinero al ciego, interceptando sus pagos. El ciego se cuestionaba, ya que antes de estar con Lázaro le Pagaban una blanca y un maravedí, mas ahora solo le daban Medias blancas. Al comer, Lázaro también le robaba su vino.
El ciego descubríó esto y le Partíó los dientes a Lázaro. Al principio, Lázaro usaba una paja larga de centeno (sorbeto) para beber del vino del ciego que estaba en el Centro de la mesa, pero el ciego se dio cuenta y comenzó a Ponerse la jarra entre las piernas. Entonces, Lázaro hico un hueco por debajo de la jarra y lo Tapó con un poco de cera. Se metía debajo de las piernas del Ciego porque decía tener frío y él tenía una lumbre (fuego) Cerca. La lumbre hacía que la cera se derritiera y el vino Cayera en la boca de Lázaro. Cuando el ciego iba a beber Encontraba la jarra vacía. Eventualmente el ciego encontró el roto, y al otro día rompíó La jarra sobre Lázaro cuando él esperaba que el vino cayera. Lo cogíó desprevenido y lo sacó de sentido. Se le rompieron Los dientes a Lázaro y le cortaron los pedazos que le cayeron El la cara. El ciego le curaba las heridas con vino, diciendo: “Lo que te enfermó te sana y da salud.” Desde ahí en adelante, el ciego comenzó a maltratar a Lázaro y él creó Un disgusto por él. Comenzó Lázaro a llevarlo por los peores caminos. Decía Que no era con malicia pero el ciego no lo creía y veía sus Verdaderas intenciones. Lázaro cuenta a Vuestra Merced un último caso, el de las uvas, para que Se entienda cuán astuto era el ciego. Fueron a Toledo cuando salieron de Salamanca porque ahí Vivían los más ricos. Llegando a Almorox mientras cogían uvas, Un vendimiador (persona que coge uvas) le dio un racimo de Limosna. Se sentaron en un lugar y el ciego le dijo que quería que Compartieran igualmente el racimo de uvas, que Lázaro Cogiera una y él otra. Lázaro comenzó cogiendo de una en una, pero luego cogío de 2 en 2, y de 3 a 3. Al final, el ciego se dio cuenta porque a Lázaro no le molestaba cuando él cogía 2. Otra vez, en un mesón en Escalona, estaban asando una longaniza y el Ciego manda a Lázaro a comprarle vino. Mientras él sacaba el dinero, Cambió la longaniza por un nabo (turnip). Lázaro se comíó la longaniza y le trajo el vino al ciego, quien Se dio cuenta que lo que estaba entre los panes de su Emparedado no era longaniza. Lázaro juró no haberse comido la longaniza y dijo que debe Ser maldad de alguien, pero el ciego, que tenía un olfato muy Preciso, se acercó a su boca y Lázaro se puso tan nervioso Que le vomitó encima. Esto enfurecíó al ciego y casi lo mata si no fuera porque la Gente lo ayudó. La gente le lavó la cara y la garganta con vino. El ciego dijo Que le costaba más vino en lavatorios un año de lo que él Bebía en 2 años (el doble). El ciego le contaba sobre el jarro, las uvas y la longaniza a todo el Mundo. Constantemente se burlaba de él. Un día lluvioso que salieron a pedir limosna, después de una noche muy Lluviosa, el ciego rezaba en un portal para no mojarse. Este fue el último Día que pasaría Lázaro con el ciego. Como era de noche y no paraba de llover, el ciego le dice a Lázaro que deben volver a la posada, pero para llegar allí Había que cruzar un arroyo. Lázaro le dijo que el arroyo estaba muy ancho, pero buscaría El sitio más angosto para cruzar. Al ciego le gusta esta idea y Le dice a Lázaro que es discreto y lo quiere. Con sed de venganza, Lázaro guía al ciego hasta donde había Un poste. El ciego le dice que brinque él primero; Lázaro da Un salto atrás y le dice que debe brincar con toda su fuerza. El ciego se impulsa y choca contra el poste, cayendo hacia Atrás “medio muerto y con la cabeza hendida.” Lázaro le dijo: “¿Cómo, y oliste la longaniza y no El poste?” y se fue. Lázaro huyó a Torrijos y lo dejó con la gente que había Venido a socorrerlo; más nunca supo de él.
A pesar de esto, era avaro. Lázaro Pasaba hambre con él. Era mezquino (cruel). El ciego traía el pan y la comida en un fardel (saco) de lienzo con Candado, pero Lázaro sangraba el fardel por donde estaba descosido, Sacaba comida y lo volvía a coser, igual que su padre y similar a Zaide. Lázaro también le robaba dinero al ciego, interceptando sus pagos. El ciego se cuestionaba, ya que antes de estar con Lázaro le Pagaban una blanca y un maravedí, mas ahora solo le daban Medias blancas. Al comer, Lázaro también le robaba su vino.
El ciego descubríó esto y le Partíó los dientes a Lázaro. Al principio, Lázaro usaba una paja larga de centeno (sorbeto) para beber del vino del ciego que estaba en el Centro de la mesa, pero el ciego se dio cuenta y comenzó a Ponerse la jarra entre las piernas. Entonces, Lázaro hico un hueco por debajo de la jarra y lo Tapó con un poco de cera. Se metía debajo de las piernas del Ciego porque decía tener frío y él tenía una lumbre (fuego) Cerca. La lumbre hacía que la cera se derritiera y el vino Cayera en la boca de Lázaro. Cuando el ciego iba a beber Encontraba la jarra vacía. Eventualmente el ciego encontró el roto, y al otro día rompíó La jarra sobre Lázaro cuando él esperaba que el vino cayera. Lo cogíó desprevenido y lo sacó de sentido. Se le rompieron Los dientes a Lázaro y le cortaron los pedazos que le cayeron El la cara. El ciego le curaba las heridas con vino, diciendo: “Lo que te enfermó te sana y da salud.” Desde ahí en adelante, el ciego comenzó a maltratar a Lázaro y él creó Un disgusto por él. Comenzó Lázaro a llevarlo por los peores caminos. Decía Que no era con malicia pero el ciego no lo creía y veía sus Verdaderas intenciones. Lázaro cuenta a Vuestra Merced un último caso, el de las uvas, para que Se entienda cuán astuto era el ciego. Fueron a Toledo cuando salieron de Salamanca porque ahí Vivían los más ricos. Llegando a Almorox mientras cogían uvas, Un vendimiador (persona que coge uvas) le dio un racimo de Limosna. Se sentaron en un lugar y el ciego le dijo que quería que Compartieran igualmente el racimo de uvas, que Lázaro Cogiera una y él otra. Lázaro comenzó cogiendo de una en una, pero luego cogío de 2 en 2, y de 3 a 3. Al final, el ciego se dio cuenta porque a Lázaro no le molestaba cuando él cogía 2. Otra vez, en un mesón en Escalona, estaban asando una longaniza y el Ciego manda a Lázaro a comprarle vino. Mientras él sacaba el dinero, Cambió la longaniza por un nabo (turnip). Lázaro se comíó la longaniza y le trajo el vino al ciego, quien Se dio cuenta que lo que estaba entre los panes de su Emparedado no era longaniza. Lázaro juró no haberse comido la longaniza y dijo que debe Ser maldad de alguien, pero el ciego, que tenía un olfato muy Preciso, se acercó a su boca y Lázaro se puso tan nervioso Que le vomitó encima. Esto enfurecíó al ciego y casi lo mata si no fuera porque la Gente lo ayudó. La gente le lavó la cara y la garganta con vino. El ciego dijo Que le costaba más vino en lavatorios un año de lo que él Bebía en 2 años (el doble). El ciego le contaba sobre el jarro, las uvas y la longaniza a todo el Mundo. Constantemente se burlaba de él. Un día lluvioso que salieron a pedir limosna, después de una noche muy Lluviosa, el ciego rezaba en un portal para no mojarse. Este fue el último Día que pasaría Lázaro con el ciego. Como era de noche y no paraba de llover, el ciego le dice a Lázaro que deben volver a la posada, pero para llegar allí Había que cruzar un arroyo. Lázaro le dijo que el arroyo estaba muy ancho, pero buscaría El sitio más angosto para cruzar. Al ciego le gusta esta idea y Le dice a Lázaro que es discreto y lo quiere. Con sed de venganza, Lázaro guía al ciego hasta donde había Un poste. El ciego le dice que brinque él primero; Lázaro da Un salto atrás y le dice que debe brincar con toda su fuerza. El ciego se impulsa y choca contra el poste, cayendo hacia Atrás “medio muerto y con la cabeza hendida.” Lázaro le dijo: “¿Cómo, y oliste la longaniza y no El poste?” y se fue. Lázaro huyó a Torrijos y lo dejó con la gente que había Venido a socorrerlo; más nunca supo de él.