De la Dictadura de Primo de Rivera a la Guerra Civil: España 1923-1936

La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)

El Golpe de Estado y el Directorio Militar (1923-1925)

El sistema constitucional y parlamentario iniciado en la Restauración monárquica de 1874 terminó en 1923 con un golpe de estado militar que estableció la dictadura. Primo de Rivera argumentó que el régimen constitucional estaba desprestigiado y que existía un grave peligro de revolución social. Según él, el objetivo de este golpe de estado era recuperar el orden público y regenerar la política. El golpe de estado fue legitimado por el propio rey Alfonso XIII y supuso el fin del parlamentarismo.

En la primavera de 1923, García Prieto propuso una reforma de la Constitución para democratizar el sistema, reducir la influencia de la Iglesia y limitar los poderes del rey. El proyecto se vio obstaculizado por la oposición del rey, del ejército y de la Iglesia. Además, hubo un gran malestar por las responsabilidades que el expediente Picasso exigía. Miguel Primo de Rivera, capitán general de Cataluña, impulsó un golpe de estado militar. El rey se negó a destituir a los militares implicados.

Inicialmente, gobernó un Directorio Militar (1923-1925) que suspendió la Constitución, disolvió las Cortes, prohibió partidos políticos y sindicatos, y aplicó una fuerte represión sobre los movimientos obreros más radicales. Además, disolvió los ayuntamientos. Para frenar el nacionalismo, clausuró la Mancomunidad Catalana, prohibió los símbolos catalanistas y restringió el uso del catalán, incluso en el ámbito privado.

El Directorio Civil (1925-1930)

En 1925, se instauró el Directorio Civil (1925-1930) con el objetivo de institucionalizar la dictadura bajo un modelo corporativista inspirado en el fascismo italiano. En 1927 se creó la Asamblea Nacional Consultiva, cuyos miembros eran designados por corporaciones e instituciones. Su función era únicamente consultiva, sin capacidad legislativa. Además, se fundó el partido único Unión Patriótica, destinado a sostener la dictadura, y se reactivó el Somatén, una milicia civil para el mantenimiento del orden.

Política Exterior y Laboral

En política exterior, la dictadura logró un éxito significativo con la pacificación de Marruecos. En 1925, con la colaboración de Francia, se organizó el Desembarco de Alhucemas, lo que permitió a España consolidar el control sobre el protectorado tras años de guerra.

En el ámbito laboral, Primo de Rivera intentó reducir los conflictos mediante la intervención estatal, promoviendo la conciliación entre patrones y obreros. La UGT (Unión General de Trabajadores) colaboró inicialmente con este modelo, lo que generó tensiones internas en el socialismo. Sin embargo, la CNT (Confederación Nacional del Trabajo) y el Partido Comunista de España continuaron la oposición sindical.

Oposición y Crisis Final

A partir de 1928, la oposición se fortaleció. Republicanos, socialistas, nacionalistas e intelectuales criticaban la falta de libertades, mientras que antiguos líderes de la Restauración pedían elecciones. Hubo intentos fallidos de conspiración como la Sanjuanada (1926). En Cataluña, creció el nacionalismo republicano, con el liderazgo de Francesc Macià y su partido Estat Català.

La crisis final de la dictadura se debió a la pérdida de apoyos, especialmente del ejército y la burguesía. El 30 de enero de 1930, Primo de Rivera dimitió y fue sustituido por el general Berenguer, iniciándose la “Dictablanda”, un intento de restaurar el sistema constitucional. Sin embargo, la oposición ya estaba organizada: en agosto de 1930, republicanos, socialistas y nacionalistas firmaron el Pacto de San Sebastián, con el objetivo de instaurar la República.

Berenguer fue sustituido en febrero de 1931 por el almirante Aznar, quien convocó elecciones municipales el 12 de abril de 1931. Esto precipitó la proclamación de la Segunda República el 14 de abril. Alfonso XIII marchó al exilio, poniendo fin a la monarquía borbónica y a la dictadura iniciada en 1923.

La Segunda República Española (1931-1936)

Proclamación y Gobierno Provisional

La Segunda República se proclamó el 14 de abril de 1931, instaurando un régimen democrático con un ambicioso programa de reformas impulsado por republicanos y socialistas. Sin embargo, estas medidas encontraron una fuerte oposición en sectores conservadores.

Ese mismo día, Niceto Alcalá-Zamora formó un Gobierno Provisional que convocó elecciones a Cortes Constituyentes el 28 de junio, en las que volvieron a imponerse republicanos y socialistas. En diciembre de 1931, se aprobó una Constitución que definía España como una “República de trabajadores de todas las clases”, estableciendo la igualdad ante la ley, el sufragio femenino, la educación gratuita y obligatoria, así como la expropiación de bienes para fines sociales. También proclamaba un Estado laico y legalizaba el matrimonio civil y el divorcio.

El Bienio Reformista (1931-1933)

El Bienio Reformista (1931-1933), liderado por Manuel Azaña, puso en marcha reformas clave. En el ámbito militar, se buscó modernizar el ejército y reducir su poder político (reforma militar), lo que generó malestar y llevó a la fallida sublevación del general Sanjurjo en 1932. En el ámbito agrario, la Ley de Reforma Agraria pretendía mejorar la vida del campesinado mediante la expropiación de tierras infrautilizadas, aunque su aplicación fue lenta, lo que causó insatisfacción tanto entre jornaleros como entre terratenientes.

En materia religiosa, medidas como la disolución de la Compañía de Jesús y la Ley de Congregaciones Religiosas enfrentaron al gobierno con la Iglesia y sectores conservadores. También se impulsó la descentralización con la aprobación del Estatuto de Autonomía de Cataluña en 1932 y la redacción de un Estatuto vasco que no se aprobó hasta 1936.

Las reformas sociolaborales, dirigidas por Largo Caballero, incluyeron la Ley de Contratos de Trabajo, la Ley de Jurados Mixtos y la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales. En educación, se construyeron miles de escuelas y se promovieron iniciativas como las Misiones Pedagógicas y el teatro La Barraca de Federico García Lorca.

Sin embargo, la crisis económica derivada del crack de 1929, el desempleo y la conflictividad social, con huelgas y ocupaciones de tierras, debilitaron al gobierno. La dura represión de la insurrección anarquista de Casas Viejas en 1933 provocó un gran desgaste.

El Bienio Conservador o Radical-Cedista (1933-1935)

En noviembre de 1933, la CEDA de José María Gil-Robles y el Partido Radical de Alejandro Lerroux lograron el poder tras unas elecciones, iniciando el Bienio Conservador (1933-1935). El gobierno enfrentó dos reveses importantes en las elecciones municipales previas, lo que evidenció la crisis de la coalición republicano-socialista y el desgaste del gobierno. Las fuerzas de derecha se unieron y presentaron una única candidatura en muchas circunscripciones. El resultado de las elecciones generales, junto con el sistema electoral, favoreció a la centroderecha, con la CEDA de Gil Robles obteniendo 115 diputados, acompañada por el Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux.

El nuevo gobierno presidido por Alejandro Lerroux paralizó la mayoría de las reformas del primer bienio republicano. Se frenó la reforma agraria, se optó por la devolución de tierras, se anuló la cesión de tierras mal cultivadas a los campesinos de Extremadura y se concedió total libertad de contratación. La legislación laica se suspendió, se aprobó un presupuesto de culto y clero y comenzaron las negociaciones para firmar un concordato con la Santa Sede. Se sustituyeron algunos Ayuntamientos controlados por republicanos de izquierda y socialistas.

La legislación sociolaboral comenzó a no ser respetada, y la concesión de la libertad de contratación empeoró las condiciones de los jornaleros, especialmente en el sector agrícola. Además, se aprobó una ley de amnistía que benefició al ejército y permitió a Sanjurjo abandonar la prisión.

En 1934, la cuestión agrícola causó un conflicto entre el gobierno central y la Generalitat de Cataluña debido a la ley de contratos de conreo, que permitía a los campesinos arrendatarios acceder a la propiedad de las tierras mediante pagos pactados. El Tribunal de Garantías Constitucionales declaró la ley inconstitucional, pero el gobierno catalán aprobó una ley similar. Además, el gobierno central se enfrentó a los nacionalistas vascos al paralizar la discusión sobre el proyecto de Estatuto Vasco en las Cortes.

El viraje conservador y la obstrucción de las reformas anteriores tuvieron como consecuencia una radicalización del PSOE y de la UGT. En junio de 1934, los socialistas convocaron una huelga general agraria, lo que llevó a la CEDA a pedir una acción más firme en el control del orden público. El 5 de octubre, Alejandro Lerroux otorgó tres carteras ministeriales a la CEDA, lo que fue interpretado por la izquierda como un giro hacia el autoritarismo. El 19 de octubre, los socialistas lanzaron una huelga general revolucionaria, que fracasó debido a la falta de coordinación y la fuerte respuesta del gobierno, que declaró el estado de guerra.

En Asturias, los mineros socialistas, anarquistas y comunistas, armados con dinamita, tomaron el control de la región en la llamada Revolución de 1934. En Cataluña, el presidente de la Generalitat, Luis Companys, proclamó el Estado Catalán de la República Federal Española, pero el ejército sofocó rápidamente la rebelión y arrestó a los dirigentes. Como consecuencia, la CEDA incrementó su poder, se suspendió el Estatuto de Autonomía de Cataluña, se anuló la Ley de Contratos de Conreo, se devolvió la propiedad a los jesuitas, y Gil Robles fue nombrado ministro de la Guerra, con Francisco Franco al frente del Estado Mayor.

El Partido Radical se vio afectado por escándalos de corrupción, como el caso del estraperlo, lo que llevó al presidente de la República, Alcalá-Zamora, a convocar nuevas elecciones para febrero de 1936.

El Gobierno del Frente Popular (Febrero-Julio 1936)

En 1936, la victoria electoral del Frente Popular exacerbó la polarización política y provocó un levantamiento militar que, con el apoyo de las derechas, dio inicio a la Guerra Civil. Los partidos republicanos de centro-izquierda y las organizaciones obreras formaron candidaturas únicas bajo el Frente Popular. Después de una intensa campaña electoral, el resultado fue una victoria ajustada que favoreció al Frente Popular.

El nuevo gobierno quedó formado exclusivamente por republicanos, mientras que los partidos de la coalición (socialistas y comunistas) se comprometieron a brindar apoyo parlamentario. Manuel Azaña fue nombrado presidente de la República, y Santiago Casares Quiroga fue investido presidente del Gobierno.

Se decretó una amnistía para los presos que habían participado en la “revolución de 1934“. El gobierno de la Generalitat fue restituido, y se restableció el Estatuto de Autonomía de Cataluña. Por otro lado, el País Vasco y Galicia iniciaron las negociaciones para la aprobación de sus respectivos estatutos.

Los partidos de izquierda y los sindicatos se lanzaron a una movilización popular. Los anarquistas propusieron acciones revolucionarias, y un sector del socialismo se orientó hacia soluciones radicales, mientras el gobierno intentaba mantener el orden. Muchos empresarios industriales cerraron fábricas y sacaron sus capitales fuera del país.

La Falange Española generó un clima de tensión política con la formación de patrullas armadas que comenzaron a realizar acciones violentas contra los líderes de izquierda. Este clima de intransigencia y enfrentamientos favoreció a los partidarios del golpe de estado.

La Conspiración Militar y el Inicio de la Guerra Civil

La decisión del gobierno de trasladar a los oficiales más sospechosos a destinos alejados de Madrid (como el general Mola a Pamplona, el general Franco a Canarias, y el general Goded a las Islas Baleares) permitió que la conspiración se extendiera a las guarniciones militares, gracias a la Unión Militar Española (UME).

La misma noche de las elecciones de febrero, Franco intentó declarar el estado de guerra. Emilio Mola, considerado el ‘director’ del golpe de estado, ideó un plan para organizar un pronunciamiento militar simultáneo en todas las guarniciones posibles, con un protagonismo especial del Ejército de África, comandado por el general Franco.

Junto con el general Mola y el general Sanjurjo (que debía liderar el golpe desde el exilio), se pusieron al frente del golpe, contando con apoyo financiero y estableciendo contactos con la Italia fascista y la Alemania nazi. Además, recibieron el respaldo de fuerzas políticas de la derecha.

El asesinato del diputado derechista Calvo Sotelo el 13 de julio de 1936 fue utilizado como pretexto inmediato para el alzamiento, que comenzó el 17 de julio en Melilla y se extendió a la península el 18, dando paso a una larga y traumática Guerra Civil.

Análisis de Fuentes Históricas

Discurso de Clara Campoamor sobre el Sufragio Femenino (1931)

  • Fuente: Este discurso fue pronunciado por Clara Campoamor en las Cortes Constituyentes de la Segunda República Española en 1931, cuando se debatía el sufragio femenino.
  • Tipo de texto: Es un discurso político y argumentativo en el que Clara Campoamor defiende el derecho de las mujeres al voto en la nueva República.
  • Autor: La autora es Clara Campoamor, una destacada feminista y diputada que fue una de las principales defensoras del sufragio femenino en España.
  • Contexto histórico: En 1931, la Constitución de la Segunda República estaba siendo redactada, y uno de los temas más debatidos era la inclusión de las mujeres en el proceso electoral. Clara Campoamor, a pesar de la oposición de otros sectores republicanos (incluida Victoria Kent), logró defender el derecho al voto para las mujeres, lo que se consagró en el artículo 36 de la Constitución de 1931.
  • Finalidad: La finalidad de este discurso era convencer a los diputados y a la sociedad de la importancia de conceder el sufragio a las mujeres para avanzar hacia una verdadera democracia. Campoamor argumentaba que la participación política femenina no era una amenaza para la República, sino una oportunidad para una política más inclusiva y representativa.

Constitución de 1931 (Artículos Seleccionados)

  • Fuente: Estos artículos provienen de la Constitución de 1931, que fue la carta magna de la Segunda República Española, promulgada el 9 de diciembre de 1931. (Se mencionan los artículos 1, 3, 8, 10, 26, 51, 52).
  • Tipo de texto: Es un texto legal, formal y normativo, que establece los principios fundamentales de la República.
  • Autor: El autor son las Cortes Constituyentes de la Segunda República Española, compuestas por representantes elegidos en las primeras elecciones democráticas tras la caída de la monarquía.
  • Contexto histórico: La Constitución de 1931 fue fruto de la proclamación de la Segunda República en abril de 1931, tras la marcha de Alfonso XIII. Esta constitución se considera una de las más democráticas de la historia de España, ya que establecía, entre otras cosas, el sufragio universal (incluido el femenino), la separación de poderes, el derecho a la educación y la libertad religiosa (con un marcado carácter laico). Los artículos mencionados recogen las bases fundamentales de este nuevo régimen republicano.
  • Finalidad: La finalidad de estos artículos es establecer un marco legal democrático que defina los derechos fundamentales de los ciudadanos y la organización política de la República, asegurando la separación entre la Iglesia y el Estado, y promoviendo una sociedad más justa y moderna.

Conceptos Clave

Guerra Civil Española (1936-1939)

Se hace referencia a la Zona nacional (el bando sublevado, posteriormente asociado al franquismo) y la Zona republicana (la que se mantuvo fiel a la República).

La Guerra Civil Española (1936-1939) constituye el hecho más relevante y determinante del siglo XX en España. Fue un conflicto político y militar que se inició con un pronunciamiento militar el 17 de julio de 1936 en Marruecos y en un intento de golpe de estado al día siguiente, que enfrentaría durante tres años a los grupos tradicionalmente dominantes en España (aristocracia, grandes propietarios agrícolas, empresarios, Iglesia y ejército) y a las clases medias y populares (campesinos, obreros y pequeña burguesía) que habían apoyado las reformas republicanas. Significó el fin de las reformas democratizadoras emprendidas por la República, la instauración de una dictadura que llevó a cabo una durísima persecución y represión, y una larguísima posguerra que marcó la historia, la cultura y la memoria de la sociedad española.

Régimen Franquista

La victoria del general Franco en la Guerra Civil dio paso a la creación de un régimen dictatorial que fue liderado por el mismo Franco hasta su muerte en noviembre de 1975. El franquismo fue un régimen antidemocrático, aunque sus instituciones fueron evolucionando para adaptarse a las diferentes coyunturas. La dictadura pudo alargarse tanto tiempo debido a la represión constante de los opositores al régimen, el soporte de las clases dirigentes españolas y la complicidad de las potencias del mundo occidental.