Crisis del Sistema de la Restauración y Regeneracionismo (1900-1923)
1. Crisis del Sistema de la Restauración y Regeneracionismo
Durante el primer tercio del siglo XX, el sistema político de la Restauración entró en crisis debido al caciquismo, la oligarquía y el falseado turno de partidos. El regeneracionismo surgió como un movimiento ideológico para modernizar España política, social y económicamente. Joaquín Costa propuso reformas con el lema “Despensa y escuela”, destacando la necesidad de modernización económica y educativa.
2. Regeneracionismo Conservador: Antonio Maura (1907-1909)
Antonio Maura impulsó su “revolución desde arriba” con reformas para erradicar el caciquismo y conectar la monarquía con la sociedad. Buscó fortalecer la Iglesia católica y llevar a cabo una política expansionista en Marruecos. La ocupación del Rif en 1909 generó descontento popular, pues el reclutamiento forzoso afectó a las clases bajas. Esto derivó en la Semana Trágica de Barcelona (1909), con huelgas y violencia anticlerical. La dura represión gubernamental y la ejecución de Ferrer i Guardia generaron protestas que obligaron al rey a cesar a Maura.
3. Regeneracionismo Liberal: José Canalejas
José Canalejas intentó democratizar el sistema y secularizar el Estado. Se aprobaron reformas laborales y la Ley del Candado, que limitaba nuevas órdenes religiosas. En materia social, se estableció el servicio militar obligatorio y se impulsaron leyes de protección laboral. Su asesinato en 1912 debilitó la estabilidad política.
4. Contexto de la Primera Guerra Mundial y la Crisis de 1917
España se mantuvo neutral en la Primera Guerra Mundial (1914-1918), lo que generó un auge económico desigual. La crisis de 1917 tuvo tres aspectos:
- Crisis militar: Juntas de Defensa exigieron mejores condiciones y el fin del favoritismo en ascensos.
- Crisis política: Se cerraron las Cortes, lo que provocó la Asamblea de Parlamentarios en Barcelona exigiendo reformas.
- Crisis social: La huelga general revolucionaria de agosto de 1917 fue reprimida por el Ejército, con más de 70 muertos y 2.000 detenidos.
5. Trienio Bolchevique (1918-1921)
Inspirados por la Revolución Rusa, jornaleros andaluces tomaron tierras y los sindicatos promovieron huelgas, como la de La Canadiense en 1919. La patronal respondió con el “pistolerismo” y el terrorismo de Estado mediante la “Ley de Fugas”.
6. El Desastre de Annual (1921)
El intento de consolidar la ocupación del Rif terminó en una catástrofe militar. La negligencia del mando facilitó el ataque de Abd el-Krim, causando 12.000 bajas españolas. El Expediente Picasso reveló corrupción e ineficacia en el Ejército, generando una crisis de confianza en la monarquía.
7. Hacia la Dictadura de Primo de Rivera (1923)
La crisis política, social y económica se agravó, y Alfonso XIII apoyó el golpe de Estado de Miguel Primo de Rivera en 1923, marcando el fin del sistema de la Restauración.
El Régimen de la Restauración (1874-1923): Estabilidad y Crisis
Introducción
El régimen de la Restauración (1874-1923) representó un largo periodo de estabilidad política en la España contemporánea. Sin embargo, esta estabilidad se logró a costa de la exclusión política, el fraude electoral y el dominio de una oligarquía que aseguró su poder mediante el control del aparato del Estado. A través de la alternancia pactada entre los partidos Conservador y Liberal, el sistema canovista limitó el acceso al poder de otras fuerzas políticas, lo que derivó en una profunda crisis institucional a comienzos del siglo XX.
1. El Contexto de la Restauración
Tras el fracaso del Sexenio Democrático (1868-1874), las clases dominantes vieron en la Restauración borbónica una solución a la inestabilidad política. El pronunciamiento de Martínez Campos en 1874 restauró la monarquía en la persona de Alfonso XII. Este nuevo sistema, articulado por Antonio Cánovas del Castillo, se basó en el mantenimiento del orden y la exclusión de cualquier alternativa política que pudiera amenazar los intereses de la oligarquía.
2. Características del Sistema Canovista
a) El Bipartidismo y el Turnismo
Uno de los pilares del sistema fue la alternancia en el poder entre el Partido Conservador (Cánovas) y el Partido Liberal-Fusionista (Sagasta). Este turnismo, legitimado por el Pacto del Pardo (1885), evitó el intervencionismo militar en la política, pero a costa de pervertir el proceso electoral. La manipulación de los resultados garantizaba que el partido entrante tuviera una mayoría parlamentaria, consolidando una democracia ficticia.
b) La Constitución de 1876
El texto constitucional establecía un sistema de soberanía compartida entre el Rey y las Cortes. Sin embargo, la Corona conservó amplios poderes, como la disolución de las Cortes o el nombramiento de senadores. Además, el sufragio censitario restringió el derecho al voto a una minoría privilegiada, lo que consolidó la exclusión de las clases populares.
c) El Caciquismo y la Corrupción Electoral
El sistema político dependía del control de los caciques locales, quienes garantizaban el triunfo del partido en el poder mediante fraude electoral (pucherazos, compra de votos, coacciones). Esta situación impidió el desarrollo de una auténtica representación política y perpetuó la hegemonía de las oligarquías terratenientes e industriales.
3. Contradicciones y Crisis del Sistema
a) La Oposición Excluida
Carlistas, republicanos y movimientos obreros quedaron marginados del sistema político. Esta exclusión generó un descontento creciente, favoreciendo el auge del anarquismo y del socialismo, así como de los movimientos nacionalistas en Cataluña y el País Vasco.
b) El Desastre del 98
La pérdida de las últimas colonias españolas (Cuba, Puerto Rico y Filipinas) en 1898 supuso un golpe mortal para la credibilidad del sistema canovista. La crisis del 98 evidenció la ineficacia del régimen para modernizar el país y atender las demandas de una sociedad cada vez más crítica.
c) Regeneracionismo y Declive
Intelectuales como Joaquín Costa y Unamuno denunciaron el atraso de España y el dominio de la oligarquía y el caciquismo. Sin embargo, las reformas impulsadas por los liberales, como el sufragio universal masculino en 1890, fueron insuficientes para democratizar el sistema. La Primera Guerra Mundial (1914-1918) y la conflictividad social aceleraron su colapso.