Introducción: Perspectiva Historiográfica (Fusi y Palafox)
El fragmento que hemos leído se trata de un texto historiográfico; proviene del texto España: 1808-1996. El desafío de la modernidad, escrito por Juan Pablo Fusi y Jordi Palafox en 1997. Este pasaje ofrece una perspectiva crítica de un período crucial en la historia de España, situado entre 1917 y 1923, en el cual la monarquía de Alfonso XIII enfrentó una serie de movimientos sociales y políticos que pusieron en duda su legitimidad y estabilidad. En este contexto, los autores buscan entender cómo la huelga general, la Asamblea de Parlamentarios y las Juntas de Defensa se convirtieron en símbolos de la oposición al régimen, reflejando la desafección de sectores clave de la sociedad.
Juan Pablo Fusi y Jordi Palafox son historiadores de reconocido prestigio, conocidos por su enfoque riguroso y profundo sobre la historia contemporánea de España. En esta obra, se adentran en los momentos de mayor tensión de la monarquía de Alfonso XIII, buscando identificar las causas estructurales que llevaron al colapso de un sistema político agotado y corrupto. A través de su estudio, Fusi y Palafox muestran cómo las demandas de reformas profundas se convirtieron en una exigencia irrenunciable para muchos sectores de la sociedad, desde los parlamentarios catalanes hasta las organizaciones obreras, pasando por el mismo ejército.
Contexto Histórico: La Crisis de la Monarquía (1917-1923)
Desgaste del Sistema de la Restauración
En cuanto al contexto histórico, este fragmento se sitúa en una época marcada por la crisis política y económica que atravesaba España. Entre 1917 y 1923, la monarquía se encontraba debilitada por el descontento popular, la falta de eficacia política y los efectos de la Primera Guerra Mundial, que afectaron negativamente a la economía. El sistema político, basado en la alternancia pacífica entre los dos grandes partidos (liberales y conservadores), estaba cada vez más alejado de las realidades sociales del país. La inestabilidad política, junto a los efectos de la guerra y la creciente movilización obrera, hicieron que las demandas de cambio fueran cada vez más urgentes.
Movimientos de Oposición Clave
El texto subraya cómo diversos movimientos desafiaron el orden establecido:
Juntas de Defensa
La protesta de las Juntas de Defensa, nacida del malestar de los militares, fue interpretada por la oposición como una oportunidad para transformar el sistema político del país.
Asamblea de Parlamentarios
A través de figuras como Cambó, los parlamentarios catalanes vieron en este descontento militar la ocasión de impulsar una reforma constitucional que trajera consigo una nueva configuración del poder.
Huelga General de 1917
A su vez, la huelga general organizada por el PSOE y la UGT en agosto de 1917 reflejó el malestar de la clase trabajadora, que exigía reformas políticas y sociales profundas.
Estos movimientos, aunque diferentes en sus objetivos, coincidían en la crítica al sistema establecido y en la necesidad de convocar un nuevo orden.
Incapacidad de Respuesta y Punto de Inflexión
Fusi y Palafox también destacan cómo, a pesar de la movilización de diversos sectores, el régimen de Alfonso XIII no estaba dispuesto a ceder ante las presiones. La huelga general y las movilizaciones no condujeron a un cambio significativo, sino que más bien reflejaron la creciente incapacidad del sistema para responder a las demandas de la sociedad. En este sentido, la crisis de 1917 marcó un punto de inflexión: la monarquía ya no podía sostenerse sobre las estructuras de poder tradicionales, y los movimientos de oposición buscaban, a través de diferentes vías, deslegitimar el orden establecido.
El período de 1917 a 1923 se caracteriza por un ambiente de creciente desconfianza en las instituciones del Estado. La huelga general, la Asamblea de Parlamentarios y las Juntas de Defensa fueron señales claras de un desajuste entre las instituciones del régimen y las demandas sociales. Estos movimientos de protesta, que reflejaban las tensiones sociales y políticas de la época, fueron eclipsados por el golpe de Estado de Primo de Rivera en 1923, lo que selló el destino de la monarquía de Alfonso XIII.
En resumen, el texto de Fusi y Palafox pone de manifiesto las contradicciones y debilidades del régimen de Alfonso XIII, que, a pesar de sus intentos de reformas y de mantener la estabilidad, no pudo hacer frente a las presiones de una sociedad que pedía un cambio profundo. La huelga general, las Juntas de Defensa y la Asamblea de Parlamentarios son ejemplos de cómo los diferentes sectores de la sociedad intentaron aprovechar una coyuntura para transformar un sistema político que ya no respondía a sus necesidades. Estos movimientos no solo ilustran la fractura entre el poder y la sociedad, sino que también presagian el fin de una época y el comienzo de nuevas formas de autoritarismo en España.
Eventos y Actores Relevantes del Periodo
Hitos Clave Anteriores y Contemporáneos
- Semana Trágica de Barcelona (1909)
- Asesinato de Canalejas (1912)
- Asamblea de Parlamentarios (1917)
- Desastre de Annual (1921)
- Desembarco de Alhucemas (1925)
Partidos, Organizaciones y Figuras Significativas
- PNV: Partido Nacionalista Vasco
- UGT: Unión General de Trabajadores
- CNT: Confederación Nacional del Trabajo
- PCE: Partido Comunista de España
- Antonio Maura (Líder Conservador)
- José Canalejas (Líder Liberal)
El Desastre de Annual y sus Consecuencias
La Derrota en el Rif
El Desastre de Annual sucedió en 1921 durante la Guerra del Rif, en Marruecos, cuando el ejército español fue derrotado por los rifeños liderados por Abd el-Krim, su líder, fruto de una serie de imprudencias de los generales Silvestre y Berenguer (no Paniagua). Murieron cerca de 14.000 españoles y Abd el-Krim controló casi todo el Rif y amenazó Melilla.
El Expediente Picasso
En 1922, el gobierno envió a Marruecos al general Picasso para elaborar un expediente con todo lo sucedido. Esta investigación apuntaba a responsabilidades que iban más allá de lo militar, incluyendo posibles negligencias y un supuesto complot en el ejército español. Los partidos de izquierdas creían que no había solo responsabilidades militares, sino también políticas que salpicaban al rey, amigo personal de Silvestre. Silvestre murió (asesinado o suicidado) en Annual. El 13 de septiembre de 1923, el general Primo de Rivera dio un golpe de Estado, justo antes de que se revelara el informe públicamente. Contenía unos 9.000 folios.
El Golpe de Estado y la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)
El Pronunciamiento Militar
El 13 de septiembre de 1923, el capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, dio un golpe de Estado: en un pintoresco mensaje dirigido al país y al ejército hablaba de soluciones a los problemas de España, señalando que “este movimiento es de hombres: el que no sienta la masculinidad completamente caracterizada, que espere en su rincón sin perturbar…”. El gobierno dimitió y Alfonso XIII legitimó el pronunciamiento nombrando a Primo de Rivera presidente del gobierno, accediendo a disolver las Cortes y suspender la Constitución de 1876. Se declaró el Estado de Guerra y todos los gobernadores civiles fueron sustituidos por gobernadores militares. Primo de Rivera prometía un “paréntesis” de unos tres meses para limpiar a España de los males causados por los “profesionales de la política”.
El golpe de Estado se dio justo cuando iba a hacerse público el Expediente Picasso. También hay que tener en cuenta que, en esos momentos, acababa de llegar a la presidencia del gobierno el liberal García Prieto con toda una serie de medidas democráticas y regeneracionistas, que no gustaban a las clases conservadoras.
No hubo oposición significativa a la Dictadura por parte de los partidos turnistas; tampoco de la burguesía catalana (Primo de Rivera había prometido inicialmente atender ciertas demandas y protección arancelaria). Republicanos, socialistas y sindicatos respondieron con huelgas y manifestaciones, pero la censura de prensa y la persecución militar ahogaron sus voces y optaron por un repliegue táctico, que provocó división en el seno del PSOE.
La Dictadura pasó por dos fases:
El Directorio Militar (1923-1925)
Muy pronto se organizó el poder: Primo de Rivera fue “ministro único”, presidente del Directorio, compuesto por militares que le asesoraban y controlaban la administración. Primo de Rivera gobernaba por decreto: la Constitución estaba suspendida; la figura del rey se mantuvo sin funciones efectivas; se prohibieron los partidos políticos y se reprimió a parte del movimiento sindical.
Objetivos Iniciales y Pacificación de Marruecos
Los primeros objetivos del dictador fueron solucionar el problema marroquí, mantener el orden público y una reforma político-administrativa. Aunque el expediente Picasso no fue analizado en las Cortes, sí lo fue por un Consejo Supremo militar que decidió sobre las responsabilidades (retirando del mando al general Berenguer). Había partidarios de una gran ofensiva contra los rebeldes rifeños y partidarios de la pacificación del territorio. Cuando Abd el-Krim penetró en territorio francés, el gobierno galo pidió la colaboración española, y ambos países organizaron una operación militar: el desembarco conjunto de tropas en Alhucemas el 8 de septiembre de 1925, que puso fin a las guerras marroquíes.
Medidas Sociales y Contexto Económico
En cuanto a las medidas sociales, Primo de Rivera tenía que justificarse ante la sociedad buscando la paz social o laboral y suprimiendo la “lucha de clases”. Reprimió el sindicalismo revolucionario de la CNT y la violencia de las huelgas, pero tenía que conseguir apoyo de una parte de la clase obrera, y para ello toleró a la UGT (colaborando en comités paritarios). La legislación social fue bastante amplia: prohibición del trabajo nocturno de la mujer, medidas asistenciales, mejora de las condiciones laborales, fomento de la construcción de viviendas obreras, ampliación del retiro obrero, desarrollo de la formación profesional… Todo esto en el contexto de una buena coyuntura económica internacional que permitió el desarrollo de la industria y el crecimiento económico: los felices años veinte.
Reformas Administrativas
Las reformas administrativas se plasmaron en el Estatuto Municipal de 1924: concedía cierta autonomía a los Ayuntamientos, donde se combinaba el sufragio universal con la participación corporativa; y en el Estatuto Provincial de 1925, que pronto quedó suspendido. La edad de votación bajó de 25 a 23 años y se concedió derecho a voto a la mujer (aunque nunca votaron, ya que la Dictadura no convocó elecciones). Ese tipo de medidas hicieron que la Dictadura fuera considerada inicialmente con cierta benevolencia por algunos sectores.
El Directorio Civil (1925-1930)
Tras la popularidad alcanzada con la victoria en Marruecos, Primo de Rivera decidió no abandonar el poder. Se pasó entonces a un Directorio Civil formado por cuatro militares y siete civiles.
Institucionalización del Régimen
Todos pertenecían a un partido único creado por el dictador, la Unión Patriótica, de inspiración conservadora y con algunos postulados que recordaban al fascismo. Se creó también una Asamblea Nacional Consultiva (1927), un sustituto de las Cortes, cuyos miembros eran elegidos por el dictador. Además, esta Asamblea era simplemente un órgano consultivo, que en 1929 empezó a estudiar un anteproyecto de Constitución. Todo este modelo de partido único y cámara corporativa estaba inspirado directamente en el fascismo italiano. Sin embargo, en España se intentaba hacer al contrario que en Italia: en lugar de un partido que con una ideología llega al poder, se planteó que desde el poder se creara una ideología política y un partido. El proyecto fue inviable.
Oposición Creciente
Habían aceptado la supresión de las Cortes y de las libertades como medida circunstancial, pero ahora Primo quería que fuera definitivo. Los nacionalistas catalanes se manifestaron en contra del dictador (que incumplió sus promesas iniciales), al igual que lo hicieron el PSOE y la UGT (que retiraron su colaboración). Los estudiantes también se opusieron. Figuras intelectuales como Unamuno, rector de la Universidad de Salamanca, y Blasco Ibáñez acabaron en el exilio. También los miembros de los antiguos partidos del turnismo se mostraban contrarios a la dictadura. Incluso algunos militares mostraron su descontento.
Crisis Económica y Caída del Dictador
En 1929 se inició una crisis económica mundial que afectó a España. El desarrollo económico se paralizó, depreciándose la peseta. Primo de Rivera se encontraba prácticamente solo: el partido por él creado había sido un fracaso y la oposición aumentaba cada vez más. El propio rey, viendo el fracaso del sistema, comenzó a dejar de confiar en el dictador. En enero de 1930, Primo de Rivera presentó su dimisión al Rey y se exilió en París, ciudad en la que murió mes y medio más tarde.