Crisis de 1929 y Ascenso del Fascismo: Impacto Económico y Político Mundial

1. La Crisis de 1929: Causas, Características y Consecuencias de la Gran Depresión

En la década de 1920, existía una superproducción agrícola en Estados Unidos. Tras la Primera Guerra Mundial, la demanda europea había disminuido y el país no lograba absorber su enorme producción agraria, lo que provocó la caída de los precios y la consiguiente pérdida de poder adquisitivo de los agricultores. Este falso crecimiento económico de los “felices veinte” se frenó bruscamente en 1929. El detonante fue el hundimiento de la Bolsa de Nueva York, el famoso crack del 29. Un primer descenso brusco de las cotizaciones se produjo el 24 de octubre, conocido como el “jueves negro”, en el que 13 millones de acciones salieron a la venta con una demanda casi nula, provocando una caída abrupta de la Bolsa. El hundimiento de la bolsa desencadenó una reacción en cadena que colapsó la economía estadounidense y dio lugar a una larga crisis económica conocida como la Gran Depresión. Muchos grandes financieros se arruinaron, el consumo se desplomó y los bancos, al reducir sus créditos, quebraron en un número cercano a 3.000 entidades. La crisis bursátil desembocó en una profunda crisis económica.

2. Medidas Económicas Frente a la Crisis de 1929 en EE. UU.

Franklin D. Roosevelt puso en marcha un programa de intervención económica estatal denominado New Deal, basado en las ideas del economista Keynes. Este programa se enfocó en:

  • Sanear el sistema bancario.
  • Conceder subvenciones a los agricultores para reducir cultivos excedentarios y sustituirlos por otros de mayor demanda, buscando así aumentar su nivel de vida.
  • Realizar fuertes inversiones en obras públicas (carreteras, pantanos, etc.) para relanzar la economía y crear puestos de trabajo.
  • Forzar a los empresarios a aceptar mejoras sociales, como la fijación de un salario mínimo y la limitación de la jornada semanal laboral a 40 horas.
  • Sentar las bases del Estado de Bienestar, creando pensiones de jubilación y viudedad, seguros por incapacidad y subsidios de desempleo.

3. Características Generales de la Ideología Fascista

El fascismo se caracteriza por:

  • Supremacía absoluta del Estado sobre todo lo demás. Los individuos están totalmente subordinados al Estado, justificando que la tarea colectiva está por encima de los intereses y creencias personales.
  • Culto al líder carismático. El fascismo parte de la desigualdad de los hombres, por ello, los hombres superiores deben dirigir la sociedad y el mundo.
  • Movilización de masas. Los símbolos, mítines, desfiles y ritos ceremoniales son importantes como forma de propaganda.
  • Nacionalismo agresivo. Se reivindican anexiones territoriales y el “espacio vital”, partiendo de la creencia de la desigualdad humana y de las naciones, exigiendo una nueva posición para su nación en el mundo.
  • Exaltación de los principios irracionales de la conducta. Se rechazan los principios de la sociedad y cultura occidentales, adoptando posturas irracionales.
  • Defensa de la violencia como un valor positivo y terapéutico frente a los oponentes políticos.

4. El Ascenso al Poder de Hitler

Ante el avance de los comunistas en las elecciones de 1932, el presidente Hindenburg llamó a Hitler para formar gobierno. Rápidamente, Hitler inició la puesta en marcha de su programa y, en seis meses, eliminó toda oposición: en febrero de 1933, aprovechó el incendio del Reichstag para culpar a los comunistas, declararlos fuera de la ley, suprimir la libertad de expresión y de prensa, y eliminar a todos los partidos de la oposición. Alemania se convirtió así en una dictadura de partido único.

5. Orígenes y Causas de la II Guerra Mundial

Dos factores fueron decisivos en los orígenes de la Segunda Guerra Mundial: el expansionismo de las dictaduras fascistas y la crisis económica de los años treinta, que creó un clima favorable al auge de los nacionalismos. En 1933, Hitler fue elegido canciller y comenzó a aplicar su programa político, basado en el pangermanismo, el rechazo de las fronteras impuestas por el Tratado de Versalles y la búsqueda del “espacio vital” para asegurar el desarrollo económico de su política autárquica. Hitler y Mussolini formaron una alianza denominada Eje Roma-Berlín. Unos meses más tarde, este acuerdo fue reforzado con la firma del Pacto Antikomintern entre Alemania y Japón contra la URSS. Alemania inició un proceso de expansión por Europa. La comunidad internacional, especialmente Reino Unido y Francia, optó inicialmente por una política de apaciguamiento. Sin embargo, Hitler ambicionaba Polonia, que estaba protegida por una alianza defensiva con Francia y Gran Bretaña. Para preparar la invasión de Polonia, Alemania firmó en agosto de 1939 un pacto de no agresión con la URSS.