Corrientes de la novela a partir de 1975

LA NARRATIVA DESDE LA DÉCADA DE LOS 70 HASTA NUESTROS DÍAS

 

1. Introducción:

En lo histórico hay que tener en cuenta que el dictador Francisco Franco morirá en 1975, iniciándose entonces la llamada transición democrática que supone la progresiva desaparición de la censura, la vuelta de los novelistas exilados, la definitiva apertura hacia la novelística extranjera (europea, norteamericana y latinoamericana) y el libre desarrollo de la narrativa en otras lenguas de España. Tras la “novela experimental o estructural” de los años 60, las décadas siguientes serán de síntesis entre lo vanguardista o experimental y lo tradicional, dándose una gran diversidad temática en la que conviven numerosos autores y tendencias. Todo ello en un proceso de creciente mercantilización promovido por importantes grupos editoriales y de comunicación (PRISA, Planeta, RBA…), al tiempo que se multiplican los premios y certáMenes literarios. La novela se vuelve un producto más de consumo, llegándose a editar millones de ejemplares, los llamados best sellers o superventas; esta superproducción y la natural falta de perspectiva temporal, hacen aún más difícil la síntesis de estas cuatro décadas.

2. Algunos rasgos comunes:

Aunque son varias las generaciones de narradores que conviven (las de quienes vivieron la Guerra Civil y las de quienes nacieron ya en la posguerra), la mayoría va a conjugar lo experimental con lo tradicional, como ocurre en La verdad sobre el caso Savolta (1975), novela de Eduardo Mendoza que supone un hito para la novela posterior. Algunos rasgos comunes de esta novelística son: a) la preferencia por los ambientes urbanos; b) la importancia de la indagación en el pasado; c) el predominio de los problemas individuales sobre los colectivos; d) la utilización de elementos del subgénero policíaco; e) la influencia de la narrativa anglosajona, a veces a través de la latinoamericana, etc.

3. La década de los 70: Síntesis entre lo experimental y lo tradicional:

A partir de los 70 los novelistas buscan una síntesis entre lo experimental y lo tradicional. Algunos ridiculizan, parodiando, el exceso de experimentalismo, como Torrente Ballester en La saga/fuga de J.B. (1972), pero la mayoría combina lo nuevo con lo tradicional. Un ejemplo de este sincretismo es La verdad sobre el caso Savolta (1975) de Eduardo Mendoza, que parte de un comienzo experimental: la presentación de fragmentos breves, aparentemente inconexos, sin orden cronológico, para desembocar en un desarrollo lineal que reconstruye los hechos y explica los fragmentos iniciales. Otros novelistas, cuya obra continuará más allá de los 70 aunque ya se habían dado a conocer en décadas anteriores, son Camilo José Cela (Oficio de tinieblas), Miguel Delibes (El príncipe destronado), Juan Benet (Un viaje de invierno), Manuel Vázquez Montalbán (La soledad del mánager, de la serie Pepe Carvalho) o Francisco Umbral (Las nifas), entre otros.

4. A partir de la década de los 80: Gran diversidad de tendencias, corrientes y autores:

A partir de los 80 se observa una gran diversidad de tendencias de difícil síntesis dada aún la falta de perspectiva de tiempo. Citaremos algunas de ellas:

1. La novela testimonial, en la que los narradores cuentan los años vividos durante el franquismo, la lucha política o la transición democrática. Como en La noche en casa (1977), de José María Guelbenzu. Aunque no se trate de un testimonio directo, vivido por el autor, también podría ubicarse en esta corriente Los girasoles ciegos (2004), del madrileño Alberto Méndez.

2. La novela experimental o “metanovela”, en la que se reflexiona sobre el proceso mismo de la creación narrativa, como en Larva (1983), de Julián Ríos; o El mal de Montano (2002), de Enrique Vila-Matas.

3. La novela lírica o intimista, muchas veces autobiográfica, en la que se da gran importancia al lenguaje, los mitos y los símbolos, intentando ahondar en una personalidad casi siempre desasistida y frustrada. Destacan autores como Francisco Umbral, con Mortal y rosa (1975), Julio Llamazares, con La lluvia amarilla (1988

O Carmen Martín Gaite, con Nubosidad variable (1992).

4. La novela histórica, en la que se incorporan los nuevos procedimientos narrativos y se indaga sobre el pasado remoto. Algunos títulos son El hereje, de Miguel Delibes, cuya obra llena gran parte de la segunda mitad del Siglo XX; El lápiz del carpintero, de Manuel Rivas, sobre la traumática Guerra Civil; El jinete polaco, de Antonio Muñoz Molina. Sobre diversos acontecimientos históricos que van explicando la personalidad del narrador. La indagación histórica, el periodismo y las aventuras están también muy presentes en Arturo Pérez Reverté, como en Territorio Comanche, El Capitán Alatriste, Cabo de Trafalgar o El asedio. También podría encajar en este subgénero narrativo la ya citada obra de Alberto Méndez Los girasoles ciegos, sucesión de cuatro relatos agrupados en “derrotas” en los que se pretende restablecer la memoria colectiva de los peores años de la guerra y posguerra española.

5. La novela de intriga, en laque se introduce el suspense propio de la novela negra, como ocurre en Los mares del sur, de Manuel Vázquez Montalbán; en El invierno en Lisboa, de Muñoz Molina o en La tabla de Flandes, del citado Pérez Reverté.

6. La novela realista en un sentido amplio, en laque se da cabida a lo imaginario, lo onírico, lo misterioso, lo surreal y lo absurdo, como ocurre en La fuente de la edad (1986), de Luis Mateo Díez; o en Juegos de la edad tardía (1986), de Luis Landero.

7. La novela best seller


Autor de gran éxito medíático y que en gran parte reúne tendencias anteriores es Carlos Ruiz Zafón.
La sombra del viento (2002) es la primera novela de una tetralogía titulada El cementerio de los libros olvidados, a la que seguirán El juego del ángel (2008)y El prisionero del cielo (2011). Se trata de auténticos bests sellers que combinan historia, intriga, terror, amor… y que están interconectados y ambientados en una Barcelona misteriosa y gótica que va desde la revolución industrial hasta los años posteriores a la Guerra Civil española.