Definición del Contractualismo
El contractualismo es un movimiento filosófico que se desarrolló a finales del siglo XVII y durante el siglo XVIII. Originado en Inglaterra y posteriormente en Francia, propone regímenes políticos fundamentados en:
- La igualdad natural de los seres humanos.
- La ausencia de privilegios.
- La libre distribución de la riqueza (basada en méritos individuales).
- La adscripción del poder político al pueblo, quien lo ejerce a través de sus representantes y en busca del bien común.
Principales Representantes del Contractualismo
- Thomas Hobbes: Leviatán (1651)
- John Locke: Dos tratados sobre el gobierno civil (1690)
- Jean-Jacques Rousseau: El contrato social (1762)
Puntos de Partida del Contractualismo
- Parte de un hipotético “estado de la naturaleza” (sin leyes ni política).
- Concibe al ser humano como un ser “imperfecto” (necesita de los demás, egoísta, etc.) que se ve obligado a crear un Estado político.
- La soberanía reside en todos y cada uno de los individuos por igual (soberanía popular) y, por delegación suya (tras deliberación racional y mediante pacto), en un Estado o gobierno representativo.
- Autonomía racional del ser humano: Capacidad del ser humano de gobernarse a sí mismo y descubrir las normas y valores universales que deben guiar la vida y regular la convivencia.
El Contractualismo de Locke
- Visión optimista del ser humano: En el estado de naturaleza, el ser humano es racional, sociable y cooperativo. La razón muestra que todos son iguales en derechos naturales (derecho a la vida, la libertad y a la propiedad) y deben salvaguardarse.
- El ser humano considera que sus derechos estarían aún más protegidos en un Estado político regido por leyes y con la autoridad de los gobernantes. Con ello se consiguen normas y procesos jurídicos más objetivos.
- Lo racional es ceder (mediante pacto o contrato) parte de sus derechos (sobre todo, el de defenderse por uno mismo) a un Estado que represente a todos y cuyo fin sea preservar los derechos de todos.
- Condiciones del pacto:
- Cada individuo renuncia a defender sus derechos y otorga confianza y poder a los gobernantes para que aseguren los derechos de todos.
- Este pacto no es definitivo ni irrevocable. El poder reside permanentemente en el pueblo, quien posee el derecho a deponer al gobierno si éste no respeta o garantiza los derechos naturales.
- Locke no defiende un Estado absolutista, sino la democracia.
- Divide el Estado en:
- Poder legislativo (reside en el pueblo).
- Poder ejecutivo y judicial (pone en práctica las leyes y vigila su cumplimiento).
- Poder federativo (realiza acuerdos internacionales).
- Este triple poder asegura que en el Estado una parte (la de los representantes del pueblo) controle a la otra (el gobierno), evitando los abusos de poder.
- El Estado se mantiene neutro frente a otros poderes (como la Iglesia), siempre que no amenacen la seguridad y la paz.
- El Estado no debe controlar las instituciones religiosas, ni crear una religión civil. Debe haber un Estado laico (con tolerancia religiosa).
El Contractualismo de Rousseau
- En el estado natural (Hipótesis del Buen Salvaje) los hombres son: iguales, autosuficientes, buenos y compasivos con los demás. No necesitan leyes ni política.
- El mal uso de la libertad, guiado por la ambición, la propiedad y la posesión de conocimientos, dará lugar a la violencia.
- Necesidad de leyes y Estados para defender los derechos del ser humano a la igualdad y a la libertad.
- No se incluye el derecho a la propiedad, origen de todos los males.
- Lo razonable es ceder voluntariamente parte de su libertad a favor del Estado, que sea la expresión de la voluntad general de todos y que imponga leyes para que haga efectivos los derechos.
- Mediante el contrato social, los seres humanos se asocian y aprueban una ley a la que se someten voluntariamente.
- El individuo cede parte de su derecho a la libertad y a la igualdad a favor del Estado mediante democracia directa. El ser humano no pierde sus derechos, pues se subordina a las leyes que él mismo ha contribuido a instaurar.
- El acuerdo de todas las voluntades genera una voluntad general que tiene derecho a imponer el cumplimiento de las leyes al individuo que no las cumple.
- Rousseau propone un Estado más poderoso e intervencionista que el de Locke, sobre todo en el tema de la propiedad.
- El poder legislativo reside en el pueblo de forma indivisible y es el verdadero y único poder.
- Es útil contar con una religión civil que indique a los ciudadanos las normas sociales que está obligado a cumplir.