Constancia Perceptiva, Influencia Social y Percepción Subliminal: Claves para Entender la Percepción Humana

Constancia Perceptiva o Constancia Perceptual

Nada de lo que percibimos permanece estable ni constante. Sin embargo, nuestra mente es capaz de percibir un color constante, conocer el tamaño del objeto o contemplar la misma forma aunque nuestra perspectiva haya cambiado. Así, por ejemplo, la imagen retiniana que produce la gesticulación de una mano al decir adiós no es la misma en ningún momento del proceso perceptivo; sin embargo, el sujeto la contempla como invariable en su tamaño, forma, color, etc. A este fenómeno se lo conoce con el nombre de constancia perceptiva.

Imaginemos por un momento que nuestra percepción de los objetos variase a la vez que los estímulos que de ellos nos llegan. Sería imposible reconocer las cosas, puesto que éstas se encontrarían en un perpetuo cambio. No existirían ni aprendizaje, ni memoria, ni una captación uniforme del medio que nos rodea. Sobrevivir en esas condiciones resultaría prácticamente imposible. La constancia perceptiva resulta, pues, vital para nuestra adaptación al medio ambiente. Gracias a ella, el sujeto capta los mismos objetos a pesar de que los estímulos que recibe su cerebro son cada vez diferentes. Por lo tanto, la mente no se limita a reproducir sin más las sensaciones que recibe, sino que construye activamente un mundo perceptivo, elaborando códigos de información estables.

Influencia del Medio Social en la Percepción

Junto a las leyes generales de configuración de estímulos se han estudiado también los factores de origen educativo y cultural. Su incidencia es tal que se establecen notables variaciones perceptivas entre una u otra cultura, e incluso entre individuos pertenecientes a un mismo grupo y que han recibido una educación semejante.

El antropólogo Colin Turnbull, que estudiaba a los pigmeos del Zaire (habitantes de selvas espesas), caminaba en cierta ocasión hasta la sabana acompañado de un guía pigmeo. Allí vieron a lo lejos una manada de búfalos, y entonces el pigmeo le preguntó qué insectos eran aquellos. Al explicarle que no eran insectos sino búfalos, el pigmeo no podía entender que unos búfalos pudieran parecer tan pequeños: en la selva no estaba acostumbrado a percibir a grandes distancias y no podía entender que un animal grande se volviera pequeño simplemente porque estuviera lejos.

Son bastante conocidos los estudios realizados sobre la influencia del lenguaje en la percepción. Es evidente la función adaptativa de los efectos del lenguaje y la cultura en el modo de percibir la realidad: un occidental no necesita discriminar entre diferentes tipos de blanco, ya que se trata únicamente de un color más; el esquimal vive rodeado de blancos con distintos significados. Su vida puede depender de distinguir estas tonalidades y la forma más segura es disponer de palabras distintas para hacerlo.

La Percepción Subliminal

En la década de los cincuenta, en un cine de New Jersey, se llevó a cabo una experiencia sobre percepción cuyos resultados levantaron gran polémica científica. Mientras se exhibía la película Picnic, entre fotogramas se intercalaban mensajes publicitarios del tipo “coma palomitas” y “tome coca-cola”. El tiempo de exposición de las frases era tan corto que el público asistente a la proyección no era consciente de recibir dichos mensajes publicitarios. La experiencia se realizó en el mismo cine durante seis semanas y al parecer en ese periodo las ventas de palomitas durante los descansos de la proyección subieron un 50% y las de Coca-Cola un 17%. A partir de ese experimento, comenzó a estudiarse la llamada percepción subliminal. Se conoce con ese nombre a la percepción que se produce por debajo del umbral de la conciencia.

De esa manera, la persona no sabe o no es consciente de que está recibiendo ciertos estímulos, aunque se supone que los mismos provocan efectos sobre el cerebro. Lo grave de este tipo de “percepción” es que, al no ser consciente el sujeto, no puede defenderse de sus efectos. Debido a sus posibilidades manipuladoras sobre las conciencias, pronto se prohibió legislativamente el uso de esta técnica con fines publicitarios o ideológicos. No todos los especialistas aceptaron los resultados de esa experiencia, aduciendo falta de rigor científico sobre el control de las variables intervinientes en el experimento. Lo mismo se puede decir de otras experiencias similares. Algunos autores prefieren utilizar el término subcepción en lugar de percepción subliminal: la diferencia entre ambos términos es que la subcepción se refiere a la percepción de estímulos próximos al umbral mínimo, pero no por debajo de él.