Durante el gobierno de Carlos III el Reformismo Ilustrado fue incapaz de impulsar una modernización real del país. El sistema del Antiguo Régimen se manténía en pie. Fue la Revolución Francesa de 1789 el punto de partida de un proceso que abríó paso al liberalismo político, al capitalismo y a la sociedad de clases, y que terminó provocando la caída del Antiguo Régimen en Europa.
La revolución fue extendida por el continente por los ejércitos de Napoleón, que controlaba el poder en Francia desde 1799, año en que se convirtió en Primer Cónsul, después de hacerse con el control del gobierno (18 de brumario. 9 de Noviembre). Los ejércitos napoleónicos invadieron España en 1808. Durante la guerra contra los franceses -la denominada tradicionalmente por la historiografíaGuerra de Independencia
– los ideales liberales experimentaron un fuerte avance en España, llegando a desarrollarse la primera experiencia constitucional en Cádiz.
La derrota de Napoleón ante las potencias absolutistas europeas supuso la restauración temporal del viejo orden. En España, el encargado de volver al absolutismo monárquico fue Fernando VII (1814-1833). Durante su reinado la lucha entre absolutistas y liberales fue constante, resolvíéndose el conflicto finalmente a favor de los últimos tras la muerte del rey, a lo largo del reinado de su hija Isabel II (1833-1868)
A la muerte de su padre, accedíó al trono Carlos IV (rey de España entre 1788 y 1808). Éste se desentendíó pronto del gobierno, delegando sus funciones en el conde de Floridablanca. El estallido de la Revolución Francesa provocó en España una reacción política conservadora. Las Cortes fueron disueltas, ante el temor de que ocurriera lo mismo que en Francia, se prohibíó por ley la entrada de propaganda y obras “peligrosas” extranjeras y se establecíó una rígida censura para evitar el contagio de las ideas revolucionarias. Asimismo, a partir de 1793 se establecieron alianzas defensivas con Inglaterra (tradicional enemigo de España)
y con Portugal para actuar conjuntamente ante una eventual propagación de la revolución.
A medida que la revolución se radicalizaba la tensión con Francia iba en aumento. Sin embargo, la debilidad militar española y la necesidad de una alianza con Francia frente a una Inglaterra que amenazaba directamente los intereses comerciales españoles, especialmente en el ámbito colonial, condujo a una política de negociaciones con el país galo.
Pero la ejecución del rey de Francia, Luis XVI (primo del monarca español Carlos IV), por los revolucionarios franceses en 1793 condujo a una guerra contra la República Francesa, la llamada Guerra de los Pirineos. El conflicto fue desastroso para España. Francia ocupó numerosas plazas en los Pirineos y en América. La guerra finalizó con el acuerdo de paz de Basilea en 1795, negociado por Godoy, el nuevo valido de Carlos IV. En 1796 Francia y España firmaron el Segundo Tratado de San Ildefonso, a través del cual establecían una alianza defensiva y ofensiva que terminó provocando que España se viera envuelta en una guerra contra Inglaterra. La derrota española a manos de la flota inglesa en 1797 en el cabo de San Vicente provocó el hundimiento definitivo del comercio colonial español.
La pérdida del mercado colonial, la mala situación financiera de la Corona, las guerras y la expansión del hambre provocaban el aumento progresivo del descontento entre la población.
Blanco White, a través de sus Cartas, hizo una cruda y mordaz descripción de la sociedad de su época, dando testimonio de la epidemia de fiebre amarilla que asoló Andalucía en 1800 y que diezmó su población de manera considerable.
En 1800 hubo un nuevo acercamiento entre España y la Francia de Napoleón a través del Tercer Tratado de San Ildefonso, mediante el que ambos países fortalecían sus vínculos. En este contexto de acercamiento volvieron a firmar unacuerdo en Madrid, en 1801, comprometíéndose a presionar a Portugal para que abandonase su alianza con Inglaterra y a ocupar militarmente Portugal en caso de negarse a aceptar las demanadas de los dos países aliados.
En 1804 Francia y España volvieron a enfrentarse a Inglaterra, que derrotó a la armada francesa y española en Trafalgar (Octubre de 1805).
Este desastre militar supuso la pérdida definitiva del control marítimo español sobre sus colonias.
La crisis de la Hacienda real fue en aumento, como consecuencia del desastre naval y de la pérdida del control del comercio colonial. Con el objeto de sanear la Hacienda, Godoy recurríó al endeudamiento público, aumentó las contribuciones e impulsó una desamortización de tierras eclesiásticas. Las medidas fueron poco eficaces, y sólo sirvieron para aumentar la oposición a Godoy. Dicha oposición a Godoy y a Carlos IV se fue aglutinando en torno al príncipe Fernando, el hijo del rey. Sus partidarios, fundamentalmente aristócratas y miembros del clero, difundieron una imagen del príncipe muy positiva, y lo presentaron al pueblo como el único salvador posible de un país que estaba siendo arrasado por las epidemias y el hambre.
Napoleón decretó en 1806 un bloqueo contra el comercio británico que fue respaldado por la mayoría de estados europeos. Sin embargo Portugal, tradicional aliada de Inglaterra, se negó a cumplirlo. Napoleón se decidíó a invadir Portugal, y para ello firmó previamente unos tratados con Godoy, conocidos como los Tratados de Fontainebleau, en 1807, mediante los que España autorizaba al ejército francés a atravesar sus territorios en su marcha hacia Portugal. A cambio Portugal sería repartido en un futuro entre Francia y España, obteniendo Godoy un principado propio.
Entre finales de 1807 y comienzos de 1808 entraron en España varios cuerpos de ejército francés, más de los pactados en Fontainebleau. La alarma y el descontento fueron en aumento. Los que apoyaban al príncipe Fernando aprovecharon la ocasión para dar el golpe definitivo, desencadenándose a mediados de Marzo de 1808 el llamado Motín de Aranjuez. Una multitud asaltó el palacio real, y a la mañana siguiente Godoy fue depuesto y Carlos IV se vio obligado a ceder la Corona a su hijo.
Carlos IV escribíó a Napoleón narrándole lo sucedido y reclamándole ayuda. Padre e hijo fueron llamados por Napoleón a Bayona. Napoleón exigíó la renuncia al trono de la familia al completo. Primero Carlos IV cedíó la corona al emperador de los franceses Napoleón Bonaparte.
A continuación el príncipe Fernando reconoce la cesión hecha por su padre al tiempo que renuncia a cualquier derecho sobre la corona española. Finalmente Napoleón termina cediendo los derechos recién adquiridos sobre la corona española a su hermano José, a partir de ahora José I de España.
A cambio de su renuncia al trono español, Carlos exigíó el mantenimiento de la unidad de la Corona y el exclusivismo de la religión católica. Tanto Carlos como Fernando recibieron como compesación varios castillos en Francia y enormes rentas.
José I Bonaparte convocó Cortes para aprobar una Constitución, el llamado Código de Bayona, y puso en marcha un programa reformista con el que pretendía liquidar definitivamente el Antiguo Régimen de España. Entre sus medidas destacan la abolición del Régimen señorial, la desamortización de tierras de la Iglesia y la desvinculación de mayorazgos y tierras de manos muertas.
Sin embargo, a ojos de la población española, José I era un rey ilegítimo. Además, la violenta actuación de las tropas francesas terminó poniendo a la mayoría de la población en su contra.
2. LA GUERRA DE INDEPENDENCIA ESPAÑOLA (1808-1814)
2.1.) El estallido del conflicto y la formación de Juntas
El 2 de Mayo, ante la salida de España de la familia real, se produjo en Madrid un levantamiento popular en contra de la presencia francesa. Las tropas napoleónicas, al mando del general Murat, procedieron con una violenta represión.
Murat dictó un bando en que proclamó su autoridad absoluta en todo el territorio español y decretó la pena de muerte para todos los que se habían resistido. Por la madrugada, el 3 de Mayo, un centenar de prisioneros fueron fusilados en la montaña de Príncipe Pío y en el Pardo.
La resistencia de la población española frente a los franceses se extendíó rápido por todo el territorio y, ante el teórico vacío de poder creado por las abdicaciones de Bayona, surgieron numerosas Juntas de armamento y defensa.
En un principio éstas tuvieron un carácter local, pero la necesidad de coordinar la lucha impulsó la formación de Juntas provinciales que asumieron el poder en ausencia de Fernando VII, declararon la guerra a Napoleón y buscaron el apoyo de Inglaterra. La resistencia española consiguió vencer en Bailén (19 de Junio de 1808)
a las tropas francesas. Esto provocó la huída momentánea de los franceses de Madrid, donde se creó una Junta Suprema Central con representantes de las Juntas Provinciales que se encargaría de coordinar la guerra y de dirigir el país. Esta Junta reconocíó a Fernando VII como legítimo rey de España y asumíó su autoridad hasta su regreso. Pero los franceses contraatacaron y la Junta Central se vio obligada a replegarse hacia Sevilla, y de aquí a Cádiz, la única ciudad española que logró resistir al asedio francés durante toda la guerra gracias al apoyo de los ingleses.
Las inesperadas dificultades a las que tuvieron que hacer frente los ejércitos franceses provocaron el desplazamiento de Napoleón a España, en Noviembre de 1808, para dirigir personalmente las ofensivas. Vino con un ejército de 250.000 efectivos y, en cuatro semanas, logró restablecer el control del territorio español. Después de atravesar los Pirineos ocupó Burgos y en su avance hacia Madridderrotó a la resistencia española en el puerto de Somosierra.
Había quedado claro que la resistencia a los ejércitos franceses empleando las técnicas del ejército tradicional no era posible. Surgieron en este contexto lasguerrillas, pequeñas unidades de paisanos armados que se dedicaron a acosar de manera continua a los franceses. Su técnica de combate básica era la emboscada, el ataque por sorpresa y la retirada rápida. Destruían instalaciones y asaltaban convoyes de avituallamiento, sometiendo a los franceses a una presión permanente. Los guerrilleros vivían sobre el terreno, apoyados por la población civil, que les ofrecía víveres, información y refugio.
A partir de 1811 la guerra cambió de rumbo. Los franceses se vieron obligados a abandonar Portugal y Wellington comenzó su avance por el sur. Además, en 1812 Napoleón decidíó atacar Rusia. Para esta campaña tuvo que desplazar desde España hacia el Este europeo un número considerable de unidades. Las tropas españolas apoyadas, por las guerrillas y por las tropas británicas mandadas por Wellington, avanzaron, y, después de la victoria en Arapiles (22 de Julio de 1812), entraron en Madrid.
Ante la incapacidad por parte de Napoleón de mantener los múltiples frentes abiertos, éste se vio obligado a pactar el final de la guerra en España. Se firmó en1813 el Tratado de Valençey, un acuerdo bilateral entre Napoleón y Fernando VII, al que reconoce a partir de ahora como el rey legítimo de España y de las Indias, con el que se puso fin a las hostilidades entre Francia y España.
La paz definitiva se firmó en París un año más tarde, el 23 de Abril de 1814.
La guerra generó un elevado número de muertes.
Se calcula que más de medio millón de personas perdieron la vida, una cifra considerable si tenemos en cuenta que la población española de la época rondaba los once millones. Además de las muertes hay que tener en cuenta el exilio de miles de afrancesados, españoles que habían colaborado con el gobierno de José I y que, finalizada la guerra, tuvieron que atravesar los Pirineos junto a las tropas francesas. La crueldad y la devastación que provocó la guerra a todos los niveles fue plasmada duramente por Goya a través de una serie de ochenta y dos grabados conocida como Los Desastres de la Guerra
.
Las pérdidas materiales fueron igualmente elevadísimas. Numerosas ciudades, como Zaragoza, Gerona o San Sebastián, fueron arrasadas. A la destrucción material hay que sumar el expolio de obras artísticas, sólo parcialmente devueltas tras la guerra.
Por otro lado, la guerra activó el proceso de independencia de la América española.
Ante el vacío de poder creado, los grupos criollos comenzaron a organizarse en Juntas y establecieron un régimen de autogobierno que está en el inicio del proceso de emancipación de las colonias.
3. LAS CORTES DE CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812
3.1.) Formación de las Cortes de Cádiz
Ante la incapacidad de dirigir la guerra, la Junta Suprema Central se disolvíó hacia 1810, aunque antes convocó Cortes para que los representantes de la Nacíón decidieran sobre su organización.
La elección de los diputados y el viaje de estos a Cádiz fue un proceso difícil debido al estado de guerra. Ante las dificultades se optó por nombrar sustitutos elegidos entre miembros de la ciudad. El ambiente liberal de Cádiz, que hasta hacía pocos años había mantenido el monopolio del comercio con las colonias, estando poblada por ello por numerosos comerciantes y gente de negocios, influyó en gran medida en su producción legislativa y su marcado espíritu liberal, atemperado por los representantes del Antiguo Régimen, cuyo número era igualmente importante, procedentes del ámbito eclesiástico.
En Septiembre de 1810 se abrieron las Cortes, formada por una cámara única, frente a la tradicional representación estamental.
Una comisión se encargó de redactar el proyecto de Constitución. Tras su debate se promulgó el 19 de Marzo de 1812 (día de San José, de ahí que fuera conocida popularmente como la Pepa).
La Constitución consta de 10 títulos y 348 artículos. Se trata de un texto muy largo, lo cual denota que fue fruto de un trabajo muy minucioso. Diseña un sistema político vertebrado por la Soberanía Nacional (artículo 3º) y la Monarquía Parlamentaria.
Contiene una amplia declaración de derechos del ciudadano, entre los que destacan la libertad de pensamiento y de opinión (aunque con limitaciones asociadas a un desarrollo legislativo posterior), la igualdad ante la ley, el derecho de propiedad, el derecho a la educación.
Establece un nuevo sistema basado en la división de poderes:
La revolución fue extendida por el continente por los ejércitos de Napoleón, que controlaba el poder en Francia desde 1799, año en que se convirtió en Primer Cónsul, después de hacerse con el control del gobierno (18 de brumario. 9 de Noviembre). Los ejércitos napoleónicos invadieron España en 1808. Durante la guerra contra los franceses -la denominada tradicionalmente por la historiografíaGuerra de Independencia
– los ideales liberales experimentaron un fuerte avance en España, llegando a desarrollarse la primera experiencia constitucional en Cádiz.
La derrota de Napoleón ante las potencias absolutistas europeas supuso la restauración temporal del viejo orden. En España, el encargado de volver al absolutismo monárquico fue Fernando VII (1814-1833). Durante su reinado la lucha entre absolutistas y liberales fue constante, resolvíéndose el conflicto finalmente a favor de los últimos tras la muerte del rey, a lo largo del reinado de su hija Isabel II (1833-1868)
1. LA CRISIS DEL REINADO DE Carlos IV (1788-1808)
A la muerte de su padre, accedíó al trono Carlos IV (rey de España entre 1788 y 1808). Éste se desentendíó pronto del gobierno, delegando sus funciones en el conde de Floridablanca. El estallido de la Revolución Francesa provocó en España una reacción política conservadora. Las Cortes fueron disueltas, ante el temor de que ocurriera lo mismo que en Francia, se prohibíó por ley la entrada de propaganda y obras “peligrosas” extranjeras y se establecíó una rígida censura para evitar el contagio de las ideas revolucionarias. Asimismo, a partir de 1793 se establecieron alianzas defensivas con Inglaterra (tradicional enemigo de España)
y con Portugal para actuar conjuntamente ante una eventual propagación de la revolución.
A medida que la revolución se radicalizaba la tensión con Francia iba en aumento. Sin embargo, la debilidad militar española y la necesidad de una alianza con Francia frente a una Inglaterra que amenazaba directamente los intereses comerciales españoles, especialmente en el ámbito colonial, condujo a una política de negociaciones con el país galo.
Pero la ejecución del rey de Francia, Luis XVI (primo del monarca español Carlos IV), por los revolucionarios franceses en 1793 condujo a una guerra contra la República Francesa, la llamada Guerra de los Pirineos. El conflicto fue desastroso para España. Francia ocupó numerosas plazas en los Pirineos y en América. La guerra finalizó con el acuerdo de paz de Basilea en 1795, negociado por Godoy, el nuevo valido de Carlos IV. En 1796 Francia y España firmaron el Segundo Tratado de San Ildefonso, a través del cual establecían una alianza defensiva y ofensiva que terminó provocando que España se viera envuelta en una guerra contra Inglaterra. La derrota española a manos de la flota inglesa en 1797 en el cabo de San Vicente provocó el hundimiento definitivo del comercio colonial español.
La pérdida del mercado colonial, la mala situación financiera de la Corona, las guerras y la expansión del hambre provocaban el aumento progresivo del descontento entre la población.
Blanco White, a través de sus Cartas, hizo una cruda y mordaz descripción de la sociedad de su época, dando testimonio de la epidemia de fiebre amarilla que asoló Andalucía en 1800 y que diezmó su población de manera considerable.
En 1800 hubo un nuevo acercamiento entre España y la Francia de Napoleón a través del Tercer Tratado de San Ildefonso, mediante el que ambos países fortalecían sus vínculos. En este contexto de acercamiento volvieron a firmar unacuerdo en Madrid, en 1801, comprometíéndose a presionar a Portugal para que abandonase su alianza con Inglaterra y a ocupar militarmente Portugal en caso de negarse a aceptar las demanadas de los dos países aliados.
En 1804 Francia y España volvieron a enfrentarse a Inglaterra, que derrotó a la armada francesa y española en Trafalgar (Octubre de 1805).
Este desastre militar supuso la pérdida definitiva del control marítimo español sobre sus colonias.
La crisis de la Hacienda real fue en aumento, como consecuencia del desastre naval y de la pérdida del control del comercio colonial. Con el objeto de sanear la Hacienda, Godoy recurríó al endeudamiento público, aumentó las contribuciones e impulsó una desamortización de tierras eclesiásticas. Las medidas fueron poco eficaces, y sólo sirvieron para aumentar la oposición a Godoy. Dicha oposición a Godoy y a Carlos IV se fue aglutinando en torno al príncipe Fernando, el hijo del rey. Sus partidarios, fundamentalmente aristócratas y miembros del clero, difundieron una imagen del príncipe muy positiva, y lo presentaron al pueblo como el único salvador posible de un país que estaba siendo arrasado por las epidemias y el hambre.
1.1.) El Tratado de Fontainebleau y el motín de Aranjuez
Napoleón decretó en 1806 un bloqueo contra el comercio británico que fue respaldado por la mayoría de estados europeos. Sin embargo Portugal, tradicional aliada de Inglaterra, se negó a cumplirlo. Napoleón se decidíó a invadir Portugal, y para ello firmó previamente unos tratados con Godoy, conocidos como los Tratados de Fontainebleau, en 1807, mediante los que España autorizaba al ejército francés a atravesar sus territorios en su marcha hacia Portugal. A cambio Portugal sería repartido en un futuro entre Francia y España, obteniendo Godoy un principado propio.
Entre finales de 1807 y comienzos de 1808 entraron en España varios cuerpos de ejército francés, más de los pactados en Fontainebleau. La alarma y el descontento fueron en aumento. Los que apoyaban al príncipe Fernando aprovecharon la ocasión para dar el golpe definitivo, desencadenándose a mediados de Marzo de 1808 el llamado Motín de Aranjuez. Una multitud asaltó el palacio real, y a la mañana siguiente Godoy fue depuesto y Carlos IV se vio obligado a ceder la Corona a su hijo.
1.2.) Las abdicaciones de Bayona
Carlos IV escribíó a Napoleón narrándole lo sucedido y reclamándole ayuda. Padre e hijo fueron llamados por Napoleón a Bayona. Napoleón exigíó la renuncia al trono de la familia al completo. Primero Carlos IV cedíó la corona al emperador de los franceses Napoleón Bonaparte.
A continuación el príncipe Fernando reconoce la cesión hecha por su padre al tiempo que renuncia a cualquier derecho sobre la corona española. Finalmente Napoleón termina cediendo los derechos recién adquiridos sobre la corona española a su hermano José, a partir de ahora José I de España.
A cambio de su renuncia al trono español, Carlos exigíó el mantenimiento de la unidad de la Corona y el exclusivismo de la religión católica. Tanto Carlos como Fernando recibieron como compesación varios castillos en Francia y enormes rentas.
José I Bonaparte convocó Cortes para aprobar una Constitución, el llamado Código de Bayona, y puso en marcha un programa reformista con el que pretendía liquidar definitivamente el Antiguo Régimen de España. Entre sus medidas destacan la abolición del Régimen señorial, la desamortización de tierras de la Iglesia y la desvinculación de mayorazgos y tierras de manos muertas.
Sin embargo, a ojos de la población española, José I era un rey ilegítimo. Además, la violenta actuación de las tropas francesas terminó poniendo a la mayoría de la población en su contra.
2. LA GUERRA DE INDEPENDENCIA ESPAÑOLA (1808-1814)
2.1.) El estallido del conflicto y la formación de Juntas
El 2 de Mayo, ante la salida de España de la familia real, se produjo en Madrid un levantamiento popular en contra de la presencia francesa. Las tropas napoleónicas, al mando del general Murat, procedieron con una violenta represión.
Murat dictó un bando en que proclamó su autoridad absoluta en todo el territorio español y decretó la pena de muerte para todos los que se habían resistido. Por la madrugada, el 3 de Mayo, un centenar de prisioneros fueron fusilados en la montaña de Príncipe Pío y en el Pardo.
La resistencia de la población española frente a los franceses se extendíó rápido por todo el territorio y, ante el teórico vacío de poder creado por las abdicaciones de Bayona, surgieron numerosas Juntas de armamento y defensa.
En un principio éstas tuvieron un carácter local, pero la necesidad de coordinar la lucha impulsó la formación de Juntas provinciales que asumieron el poder en ausencia de Fernando VII, declararon la guerra a Napoleón y buscaron el apoyo de Inglaterra. La resistencia española consiguió vencer en Bailén (19 de Junio de 1808)
a las tropas francesas. Esto provocó la huída momentánea de los franceses de Madrid, donde se creó una Junta Suprema Central con representantes de las Juntas Provinciales que se encargaría de coordinar la guerra y de dirigir el país. Esta Junta reconocíó a Fernando VII como legítimo rey de España y asumíó su autoridad hasta su regreso. Pero los franceses contraatacaron y la Junta Central se vio obligada a replegarse hacia Sevilla, y de aquí a Cádiz, la única ciudad española que logró resistir al asedio francés durante toda la guerra gracias al apoyo de los ingleses.
2.2.) Desarrollo y fin de la guerra
Las inesperadas dificultades a las que tuvieron que hacer frente los ejércitos franceses provocaron el desplazamiento de Napoleón a España, en Noviembre de 1808, para dirigir personalmente las ofensivas. Vino con un ejército de 250.000 efectivos y, en cuatro semanas, logró restablecer el control del territorio español. Después de atravesar los Pirineos ocupó Burgos y en su avance hacia Madridderrotó a la resistencia española en el puerto de Somosierra.
Había quedado claro que la resistencia a los ejércitos franceses empleando las técnicas del ejército tradicional no era posible. Surgieron en este contexto lasguerrillas, pequeñas unidades de paisanos armados que se dedicaron a acosar de manera continua a los franceses. Su técnica de combate básica era la emboscada, el ataque por sorpresa y la retirada rápida. Destruían instalaciones y asaltaban convoyes de avituallamiento, sometiendo a los franceses a una presión permanente. Los guerrilleros vivían sobre el terreno, apoyados por la población civil, que les ofrecía víveres, información y refugio.
A partir de 1811 la guerra cambió de rumbo. Los franceses se vieron obligados a abandonar Portugal y Wellington comenzó su avance por el sur. Además, en 1812 Napoleón decidíó atacar Rusia. Para esta campaña tuvo que desplazar desde España hacia el Este europeo un número considerable de unidades. Las tropas españolas apoyadas, por las guerrillas y por las tropas británicas mandadas por Wellington, avanzaron, y, después de la victoria en Arapiles (22 de Julio de 1812), entraron en Madrid.
Ante la incapacidad por parte de Napoleón de mantener los múltiples frentes abiertos, éste se vio obligado a pactar el final de la guerra en España. Se firmó en1813 el Tratado de Valençey, un acuerdo bilateral entre Napoleón y Fernando VII, al que reconoce a partir de ahora como el rey legítimo de España y de las Indias, con el que se puso fin a las hostilidades entre Francia y España.
La paz definitiva se firmó en París un año más tarde, el 23 de Abril de 1814.
2.3.) Las consecuencias de la guerra
La guerra generó un elevado número de muertes.
Se calcula que más de medio millón de personas perdieron la vida, una cifra considerable si tenemos en cuenta que la población española de la época rondaba los once millones. Además de las muertes hay que tener en cuenta el exilio de miles de afrancesados, españoles que habían colaborado con el gobierno de José I y que, finalizada la guerra, tuvieron que atravesar los Pirineos junto a las tropas francesas. La crueldad y la devastación que provocó la guerra a todos los niveles fue plasmada duramente por Goya a través de una serie de ochenta y dos grabados conocida como Los Desastres de la Guerra
.
Las pérdidas materiales fueron igualmente elevadísimas. Numerosas ciudades, como Zaragoza, Gerona o San Sebastián, fueron arrasadas. A la destrucción material hay que sumar el expolio de obras artísticas, sólo parcialmente devueltas tras la guerra.
Por otro lado, la guerra activó el proceso de independencia de la América española.
Ante el vacío de poder creado, los grupos criollos comenzaron a organizarse en Juntas y establecieron un régimen de autogobierno que está en el inicio del proceso de emancipación de las colonias.
3. LAS CORTES DE CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812
3.1.) Formación de las Cortes de Cádiz
Ante la incapacidad de dirigir la guerra, la Junta Suprema Central se disolvíó hacia 1810, aunque antes convocó Cortes para que los representantes de la Nacíón decidieran sobre su organización.
La elección de los diputados y el viaje de estos a Cádiz fue un proceso difícil debido al estado de guerra. Ante las dificultades se optó por nombrar sustitutos elegidos entre miembros de la ciudad. El ambiente liberal de Cádiz, que hasta hacía pocos años había mantenido el monopolio del comercio con las colonias, estando poblada por ello por numerosos comerciantes y gente de negocios, influyó en gran medida en su producción legislativa y su marcado espíritu liberal, atemperado por los representantes del Antiguo Régimen, cuyo número era igualmente importante, procedentes del ámbito eclesiástico.
En Septiembre de 1810 se abrieron las Cortes, formada por una cámara única, frente a la tradicional representación estamental.
En su primera sesíón se aprobó el principio de Soberanía Nacional
3.2.) La Constitución de 1812
Una comisión se encargó de redactar el proyecto de Constitución. Tras su debate se promulgó el 19 de Marzo de 1812 (día de San José, de ahí que fuera conocida popularmente como la Pepa).
La Constitución consta de 10 títulos y 348 artículos. Se trata de un texto muy largo, lo cual denota que fue fruto de un trabajo muy minucioso. Diseña un sistema político vertebrado por la Soberanía Nacional (artículo 3º) y la Monarquía Parlamentaria.
Contiene una amplia declaración de derechos del ciudadano, entre los que destacan la libertad de pensamiento y de opinión (aunque con limitaciones asociadas a un desarrollo legislativo posterior), la igualdad ante la ley, el derecho de propiedad, el derecho a la educación.
Establece un nuevo sistema basado en la división de poderes: