Conceptos Fundamentales de Filosofía y Ética: Tomás de Aquino y el Humanismo Renacentista

Glosario de Términos Filosóficos y Teológicos

Abstracción
Operación del intelecto mediante la cual se separan del singular aquellas propiedades que se denominan universales.
Creación
Acto mediante el cual se da el ser y, con él, la existencia a otros seres. El agente de tal acto debe ser omnipotente, porque actúa sin una materia preexistente; ese ser es Dios.
Esencia
Aquello en lo que consiste una cosa y por lo cual pertenece a un conjunto de cosas, y puede ser definida y clasificada.
Filosofía
Ejercicio de la razón o intelecto natural para conocer la realidad a partir de sus principios, tener capacidad de explicarla y llegar a demostraciones verdaderas sobre ella.
Intelecto
Según Santo Tomás, facultad mediante la cual se conocen las esencias de las cosas, es decir, la forma o la estructura que hace que sean lo que son y cuyo contenido es inteligible.
Teología
Ejercicio de la razón aplicada a los contenidos de la verdad revelada con la intención de comprenderla y explicarla mejor y de un modo sistemático, pero sin pretender reducirla a la capacidad del intelecto mismo para conocer, porque esa verdad lo sobrepasa.
Voluntad
Según Tomás de Aquino, facultad mediante la cual el ser humano apetece el bien en general y puede dirigirse a él, lo capacita para tomar sus propias decisiones e imponerse a sus deseos y apetitos con el fin de alcanzar tal bien. Para Ockham, la voluntad es la capacidad de decidir realizar una acción o no, con independencia de su valoración moral.
Antropocentrismo
Visión que considera que el ser humano y sus necesidades constituyen el centro de la reflexión a partir del cual es posible explicar el conjunto del cosmos.
Dignidad Humana
Concepto desarrollado en el humanismo para designar el estatuto ontológico propio del ser humano frente al resto de los seres, con el fin de distinguirlo de ellos.
Humanismo
Corriente de pensamiento cultural y social que defiende que el ser humano es la principal criatura y que, para llegar a su plenitud, debe cultivar sus facultades espirituales.
Realismo político
Teoría política propia de Maquiavelo según la cual el fin de conseguir, mantener o aumentar el poder político justifica el empleo de cualquier medio para lograrlo.
Renacimiento
Movimiento cultural y social que se desarrolló entre los siglos XV y XVI, que tenía como principal objetivo la recuperación de la tradición cultural grecolatina.

Antropología según Santo Tomás de Aquino

Teoría General del Ser Humano

Siguiendo la teoría aristotélica, Santo Tomás describió al ser humano como unidad sustancial de alma y cuerpo. Además, destacó la noción de persona acuñada por Boecio, con la que se afirma que el ser humano es una sustancia individual de naturaleza racional. Para los pensadores cristianos, la referencia al ser humano como «animal racional» era insuficiente. Lo que añade la noción de persona es que todo ser humano es único, un individuo con un acto de ser (existencia) irrepetible, y un alma y un cuerpo únicos. La individualidad de la persona se manifiesta en el hecho de que el ser humano es un fin en sí mismo, capaz de reflexión y de intimidad.

Antropología Filosófica

El ser humano es un ser compuesto, no simple, porque está formado por el alma y el cuerpo. Ambos trabajan juntos como una unidad, no solo como partes separadas. Ahora bien, no son partes al modo usual, ya que el alma es forma del cuerpo. Según el filósofo dominico, el alma humana es el principio que da vida al cuerpo y lo capacita para realizar las actividades propias de los seres vivos.

Además, el alma es espiritual. Esto significa que es inmaterial y puede realizar actividades sin la necesidad del cuerpo: conocer y amar (las acciones propias del intelecto y la voluntad). Decir que la persona es una sustancia individual y racional significa que, aunque existen otros tipos de sustancias, solo algunas son racionales. Según Tomás de Aquino, lo que define al ser humano es que sea una sustancia, pero además, que sea individual y racional. La individualidad del ser humano está garantizada, porque tanto el alma como el cuerpo son únicos e irrepetibles. En cuanto a la racionalidad, solo el ser humano, entre todos los seres creados y corporales que existen, es capaz de conocer la esencia de las cosas porque tiene intelecto.

Antropología Teológica

Para entender completamente las ideas de Tomás de Aquino sobre el ser humano, hay que tener en cuenta lo que dice sobre la verdad revelada. En el Génesis se dice que Dios creó al ser humano a su imagen y semejanza. El ser humano es imagen de Dios porque tiene de manera limitada algunas cualidades divinas, como el intelecto y la voluntad. La semejanza con Dios se encuentra en el alma espiritual del ser humano. Finalmente, la Biblia dice que el ser humano fue creado del barro de la tierra (materia) y se le dio el espíritu o aliento divino. Con este espíritu, el ser humano se torna vivo, inteligente y libre.

Ética Teleológica de Santo Tomás de Aquino

La ética de Santo Tomás es teleológica, por la importancia que se le otorga al fin. Según Santo Tomás, el ser humano busca la felicidad como finalidad de su vida y sus acciones.

Acciones Humanas y Actos del Hombre

Destacó que, frente a los seres inertes e irracionales, el ser humano es capaz de actuar libremente; esto es, la persona conoce y delibera sobre el fin al que dirigirse. Mediante la voluntad, se determina a actuar o no. Solo estas acciones son propiamente humanas. Explicó que el ser humano realiza determinados actos que no proceden de su voluntad, sino que se producen al margen de ella y de la libertad. Llamó a este tipo de acciones actos del hombre.

La Ley Natural

El ser humano, al poder tomar decisiones, busca lo bueno y, al final, la felicidad. Sin embargo, podemos preguntarnos si hay alguna guía que nos ayude a alcanzarla. Según Santo Tomás, existe una ley eterna que se identifica con el gobierno racional del universo por parte de Dios. Éste, como ser inteligente, crea el mundo e inscribe en cada criatura una finalidad propia que ordena sus movimientos.

La ley eterna inscrita en el ser humano es la ley natural, que es la recepción en el intelecto humano de la ley divina. La ley natural es conocida, por tanto, de modo inmediato (aunque incipiente) por todo ser humano. La ley natural está en todos los seres humanos y puede ser conocida por ellos, por lo que es obligatoria y para todos. No se puede justificar el no seguirla por ignorancia. Aunque todos tienen la libertad de seguirla o no, a veces se pueden cometer errores al entenderla, ya que se conoce de manera limitada. Por eso, es importante enseñar la conciencia moral desde la infancia.

La ley natural se encuentra en los primeros principios de la razón, que son las reglas y verdades fundamentales. El intelecto descubre dentro de sí mismo principios que guían la acción. El principal precepto o primer principio de la ley natural establece que «el bien ha de buscarse; el mal ha de evitarse». Este mandato implica la radical distinción entre el bien y el mal. El primer principio de la razón práctica se concreta en otros preceptos secundarios que atienden a las inclinaciones del ser humano: la conservación y la transmisión de la vida, y la búsqueda del conocimiento de la verdad.

La Felicidad Humana y la Bienaventuranza

Para alcanzar la felicidad humana o terrenal, es preciso el ejercicio de las virtudes humanas. Santo Tomás aceptó la distinción aristotélica entre virtudes intelectuales y virtudes morales. A las que el Aquinate denominó cardinales —tienen una gran relevancia en la orientación de la acción. Entre ellas se encuentran:

  • La prudencia
  • La justicia
  • La fortaleza
  • La templanza

El ser humano tiene diferentes deseos y emociones en su vida, por lo que a veces no elige lo mejor y puede cometer errores. Las personas tienen la capacidad de ser felices o de arruinar su vida tomando decisiones equivocadas. Según la Revelación y la Biblia, esto está relacionado con el concepto de pecado, ya que la debilidad y la incapacidad de hacer el bien vienen del pecado.

La Bienaventuranza es la felicidad perfecta y se alcanza solo tras la muerte, gracias a la contemplación directa de Dios. Aunque esta felicidad no es terrena, se ayuda de las virtudes teologales en la propia vida. Estas son:

  • La caridad
  • La esperanza
  • La fe

Pensamiento Político de Santo Tomás de Aquino

Tomás de Aquino recogió gran parte del pensamiento político aristotélico, como la afirmación de la naturaleza social del ser humano y la necesidad de un gobierno que dirija la actividad de la ciudadanía hacia el bien común. Agregó que el fundamento último de la sociedad es Dios, ya que la naturaleza humana ha sido creada por Él. El fin del Estado es procurar que la vida de los individuos sea buena, para que puedan alcanzar la felicidad.

Por otra parte, meditó sobre las relaciones entre la Iglesia y el Estado, tema habitual en el pensamiento político de su época. Comparó estas relaciones con las que existen entre la fe y la razón. El Estado debe gozar de completa autonomía en lo que respecta al fin natural del ser humano, pero ha de subordinarse a la Iglesia en los asuntos relacionados con el fin sobrenatural de este.

Santo Tomás rechazó el gobierno despótico y arbitrario, por dos motivos:

  • El Estado se aleja de su propósito, que es buscar el bien común de los ciudadanos. Tomás de Aquino, al igual que Aristóteles, defendió que el bienestar de la comunidad debe ser más importante que el bienestar individual, aunque el bien personal también forma parte del bien común.
  • Sus leyes se alejan de la ley natural. Todos, incluidos los gobernantes, están sometidos a la ley de Dios, que se expresa en la ley natural. Si la ley positiva —que es la que promulga la autoridad humana— se aparta de la ley natural, entonces no es verdadera ley y los súbditos no tendrán obligación de obedecerla.

El poder de los gobernantes viene de Dios a través del pueblo. Si abusan de su poder, se convierten en tiranos. El pueblo tiene el derecho de quitar a un tirano, siempre que sea seguro que no traerá problemas peores.

En cuanto a las formas de gobierno, Tomás de Aquino recogió la división aristotélica que distinguía tres buenas —monarquía, aristocracia y democracia respetuosa de la ley— y tres malas —tiranía, oligarquía y democracia demagógica.

Humanismo y Renacimiento

El Humanismo hace referencia a un conjunto de ideas sobre la naturaleza del ser humano que lo definen como un ser llamado a perfeccionarse mediante el cultivo de las artes y las letras, con el fin de alcanzar la excelencia. Según esta definición, varias épocas de la historia pueden ser vistas como humanistas, como la época clásica en Atenas con Pericles y la Edad Media, cuando se crearon universidades y otros lugares para aprender.

El Humanismo no se caracteriza tanto por la aparición de nuevos temas de reflexión como por un nuevo enfoque en su tratamiento. No constituye un sistema de ideas propiamente dicho, sino una actitud teórica que se vertebra en torno al hombre, afirmando su supremacía sobre el mundo natural y que soslaya la dimensión trascendente que había dominado entre los pensadores de la Edad Media.

En cuanto al pensamiento político, cabe destacar que la época grecolatina a la que mira el Renacimiento —sobre todo, cuando conoció su máximo esplendor— se caracterizó por la defensa de los regímenes políticos más acordes a la naturaleza libre e igual de todos los seres humanos: la democracia y la república. A partir de los postulados de la filosofía y la política griegas, y del derecho romano, del Humanismo se desprende una crítica a los regímenes caracterizados por el despotismo y la desigualdad, como la monarquía y la tiranía. La promoción de un humanismo cívico y de una cultura republicana y democrática es un rasgo característico de los autores humanistas.