Concepto de educación

LA PERSPECTIVA DE LA MORAL EXISTENCIALISTA.
CONCEPTO DE “SUJETO SITUADO”.
EXÁMEN 5.
Para Simone de beauvoir es importante dejar clara la perspectiva filosófica en la
que se sitúa al llevar a cabo su investigación. Su pensamiento se enmarca en la
corriente filosófica del existencialismo por lo tanto la perspectiva que adopta es la
de la moral existencialista.
Desde este punto de vista, todo sujeto humano es constitutivamente libre y solo se
realiza como ser humano cuando se transciende, se supera en proyectos vitales
que le abren nuevos horizontes de libertad y nuevas oportunidades. Los seres
humanos han de establecer sus propios fines e ir constituyéndose a través de sus
acciones. En otras palabras: Decidir y actuar es lo que define al ser humano, por
ello el ser humano es sobretodo libertad. No hay esencias, su ser es no ser. Así es
como Beauvoir comparte uno de los principios básicos del existencialismo: La
existencia precede la esencia. Los seres humanos no pueden caracterizarse en
virtud de una cierta naturaleza común a todos los individuos, cuyos rasgos puedan
establecerse de antemano. Solo hay ser cuando actúa inventándose los fines de
su acción. Existir es hacerse mediante proyectos libres por ello los seres humanos
son los únicos responsables del sentido de sus actos.
Pero el ser humano es también existencia compartida ya que los demás también
pueden contribuir al desarrollo de la libertad individual u obstaculizarla. Cuando el
sujeto no puede decidir o actuar, la existencia se degrada y se cosifica. Es por eso
que en el pensamiento beauvoireano el mal consiste en obstaculizar la libertad de
los demás o renunciar uno mismo a ella y el bien consecuentemente, consiste en
procurar oportunidades para la acción y en facilitar la libertad de los otros y asumir
la libertad propia.
Una vez dicho todo esto también es importante destacar el concepto de “sujeto
situado”. Para ello se ha de saber que todo sujeto humano se encuentra en una
situación determinada la cual puede favorecer o no su libertad. La situación en la
que se encuentra es el contexto complejo en el que ha de decidir los fines de su
acción. La situación está compuesta de diferentes condicionamientos tanto
biológicos como sociales. Para las mujeres, la opresión que los hombres han
ejercido sobre ellas ha forzado una situación en la que las mujeres no se han
podido desarrollar completamente de manera autónoma. A raíz de este hecho
podemos definir un concepto beauvoireano, “Caer en la inmanencia”.
Este concepto significa perder la autonomía que caracteriza al sujeto. Supone
degradarse en un “En si” en el que deja de ser posible elegir la dirección de la vida.
Sin embargo, la existencia permite a los seres humanos salir de su inmanencia.
Por lo tanto, el ser humano es siempre sujeto situado: “sujeto” porque ha de
decidir para que ser pero “situado” porque la decisión se efectúa en un complejo
contexto concreto aunque los elementos que constituyen la situación pueden
asumirse de distintos modos, no todos harán el mismo esfuerzo moral.
Otro punto importante de la filosofía beauvoireana es el hecho de que las mujeres
han sido confinadas en su mayoría en una situación ambigua porque como todo
ser humano son libertad autónoma pero los hombres les han impuesto una
dependencia a ellos. Mientras que los hombres y las mujeres no se reconozcan
como sujetos, las relaciones entre ellos serán insatisfactorias.
Las mujeres están educadas para no sentir la necesidad de asumir su propia
existencia como consecuencia los varones aceptan este papel por ellas. Esto es
perjudicial para ellas ya que pierden su autonomía y se degrada su existencia y
perjudicial para ellos ya que deben de actuar de manera continua por ambos.
Además de esta ambigüedad, también cabe remarcar que su condición humana
también es ambigua. Hombres y mujeres son por un lado libertad y existencia pero
por otro lado se encuentra todo aquello que los vincula como especie. La carne
representa el aspecto menos humano y el espíritu alude la indeterminación de la
conciencia que hace posible su existencia. La propuesta moral beauvoireana invita
a una doble aceptación para permitirles el reconocimiento mutuo y el
establecimiento de relaciones libres e igualitarias. Desde esta perspectiva la
autenticidad vendrá dada por el reconocimiento y aceptación de la libertad tanto
propia como la de los demás y para ello se deben inventar sus propios fines. Esto
se opone a la noción de “mala fe” que supone huir de la libertad.
Otro punto es la “jerarquía de intereses”, una propuesta humanista y emancipatoria
en la que la ética conduce a la política. Por eso en la obra de Simone de beauvoir
encontramos la exposición de los elementos fundamentales para conseguir la tan
anelada transfromación social. En ella se pide autonomía y libertad para las
mujeres en todos los aspectos además de igualdad entre ambos sexos y una
buena educación.