Comprender los Evangelios y los Escritos del Nuevo Testamento

Escritos del Nuevo Testamento

El Nuevo Testamento se compone de varios escritos que narran la vida de Jesús, la historia de la iglesia primitiva y las enseñanzas de los apóstoles. Estos escritos se pueden clasificar en las siguientes categorías:

  • Hechos de los Apóstoles: Recoge la historia de los primeros 30 años del cristianismo.
  • Los Evangelios: Recogen los aspectos de la vida de Jesús que más le interesan al autor de cada uno de esos 4 relatos, según sean los destinatarios para los que ha puesto por escrito esa narración.
  • Cartas: La mayoría son de Pablo de Tarso, un judío perseguidor de la nueva religión a la que más tarde se había convertido él mismo. Curiosamente, son los escritos más antiguos del Nuevo Testamento. Son cartas al estilo de la época que Pablo escribe a las distintas comunidades cristianas del momento para orientarlas en esa manera de vivir al estilo de Jesús. Hay un grupo de 7 cartas que no son de Pablo y que suelen agruparse bajo el nombre de cartas católicas, dado que van destinadas no a personas o comunidades, sino a los cristianos en general.
  • Apocalipsis: Un libro simbólico que recoge cómo será el final de los tiempos según se la imagina su autor, un hombre que tiene la experiencia de haber conocido los primeros años del cristianismo.

Los Evangelios: La Buena Noticia de Jesús

Evangelio es una palabra que procede del griego y significa buena noticia. Para los apóstoles, esa buena noticia es que Dios se ha manifestado a los hombres a través de la persona de Jesús de Nazaret y les ha enseñado una manera de vivir que merece la pena. Con el transcurso de los años, el cristianismo se difunde y llega un momento en que se pone por escrito esa buena noticia que se predica. No son relatos impersonales de meros copistas ni recogen relatos o discursos que alguien ha grabado para no perder detalle. Cada autor refleja en el texto su personalidad, su mayor o menor conocimiento de Jesús, las necesidades de la comunidad de cristianos para los que el autor escribe el texto. Las fuentes de los evangelios son de tipo oral y escrito. Entre estas últimas destacan documentos escritos que se desconocen como tales, pero que a buen seguro recogían: relatos de la pasión y muerte de Jesús, colecciones de milagros atribuidos a Jesús y colecciones de discursos de Jesús. Los evangelios son obras de creyentes en Jesús que ponen por escrito lo esencial de su fe para ayudar a otros a crecer. No pretenden ser libros de historia ni biografías de Jesús de Nazaret. Todos los hechos que relatan los evangelistas están interpretados desde la fe. Todos los evangelios se refieren al mismo Jesús, pero cada uno de ellos hace hincapié en los aspectos que por alguna razón más le interesan.

Evangelio de San Marcos

Es el más antiguo de los 4 evangelios. Con el evangelio de Mateo y Lucas forma el grupo de los llamados evangelios sinópticos. Debió ser escrito entre el año 65 y 70, posiblemente en Roma, en tiempos de la persecución del emperador Nerón contra los cristianos, en la que mueren San Pablo y San Pedro. Se cree que su autor debió ser Juan Marcos. Cuando escribe su evangelio, no le preocupa tanto reproducir exactamente los hechos y las palabras de Jesús, a quien solo conoce a través de Pedro, sino llevar un mensaje de esperanza a los cristianos que están siendo perseguidos. Su obra es una obra catequética, no historiográfica.

Evangelio de San Mateo

Está escrito en griego, supuestamente por el apóstol Mateo, hacia el año 70-75. Su lenguaje es cuidado, recogiendo pequeños detalles de lo que narra. Utiliza el evangelio de San Marcos como base para escribir el suyo. Añade como novedad el origen y la infancia de Jesús, dado que para los judíos es muy importante la descendencia. Le interesan especialmente las palabras de Jesús, que recoge en los llamados discursos: sermón de la montaña, apostólico, parábolas del reino, eclesiástico, fin de los tiempos. Cada uno de los discursos va precedido o sucedido por un conjunto de milagros que ejemplifican lo dicho en los discursos. El autor utiliza muchas referencias y esquemas del Antiguo Testamento, pero con un nuevo sentido. Transmite dos ideas fundamentales: Jesús es el Mesías esperado por Israel y Jesús funda una nueva comunidad.

Evangelio de San Lucas

Escrito por Lucas hacia el año 80, un cristiano procedente del mundo pagano, de profesión médico. Cultura elevada y gran historiador. Es el evangelio más cuidado literariamente. Escribe de manera cuidada y delicada. Realmente su obra tiene 2 partes: el evangelio y los Hechos de los Apóstoles. Sus destinatarios son cristianos de mentalidad griega. El tema central de su evangelio es la misericordia, la bondad, el amor gratuito, el perdón. Todo ello se concreta en Jesús. Y toda esa buena noticia tiene un carácter universal, es para todos los hombres. En este evangelio tiene una gran importancia la mujer, la madre de Jesús.

Evangelio de San Juan

Autor del libro del Apocalipsis. Se atribuye al apóstol Juan y sería escrito hacia el año 100. Está dirigido a las comunidades cristianas de Asia Menor, formadas por creyentes no judíos que, después de varios años de cristianismo, empiezan a enfrentarse a problemas de interpretaciones del mensaje de Jesús. Tiene un vocabulario muy sencillo y repite muchas palabras, pero muy llenas de significado: renacer, agua, pan, vida, luz, hora. Es un evangelio muy elaborado, el más profundo y muy simbólico. Es el más difícil de entender. Empieza hablando de Juan Bautista como una especie de enlace con el Antiguo Testamento. El centro de interés es la persona de Jesús. Eso se expresa en los frecuentes diálogos de Jesús con distintos personajes y también en largos monólogos. Da una gran importancia a la Pascua. De hecho, se suele dividir el evangelio de Juan en dos partes: el libro de las señales y de las obras, y el libro de la hora.