Componentes Clave de la Cultura: Autoconciencia, Conocimientos y Costumbres

La Autoconciencia o Autoconocimiento

Aquí nos encontramos con algo que no parece tener ningún parecido en el mundo animal: la autoconciencia, la capacidad que tienes tú y cualquier otro ser humano de darse cuenta de sí mismo. Cuando hablamos de autoconocimiento nos estamos refiriendo a que cada uno de nosotros sabe que es cada uno y, además, se siente como un individuo diferente de todos los demás. Pero no es solo eso, es que nos damos cuenta de lo que nos pasa y, además, nos conocemos a nosotros mismos. Con espejo o sin espejo delante, nos reconocemos; sabemos (o eso creemos) qué es lo que queremos y por qué lo queremos. Además, aparte de pensar, de querer, de desear, de enfadarnos, sabemos que pensamos, queremos, deseamos, nos enfadamos y, lamentablemente, también sabemos que tendremos que morir, y eso nos preocupa.

Parece ser que todo esto es lo que nos hace realmente personas y en eso radica nuestra dignidad. Porque si no fuéramos capaces de reconocernos a nosotros mismos, ¿cómo podríamos saber que somos los mismos que aquel que estaba en su escuela estudiando primaria? ¿O cómo podríamos saber que somos los mismos que merecimos un castigo (y nos lo impusieron) por enredar en clase, o que nos premiaron porque habíamos hecho un estupendo trabajo sobre las hormigas o sobre las tortugas? Todo esto solo es posible por la autoconciencia, porque tenemos conciencia de nosotros mismos.

Hubo un filósofo contemporáneo, Martin Heidegger, existencialista, que decía que el “hombre es un ser para la muerte”. Como no sabes quién es Heidegger, ya sabes lo que tienes que hacer. Hay montones de información en enciclopedias, historias y otros documentos.

Conocimientos

Los conocimientos se refieren, sobre todo, a informaciones “objetivas” sobre la naturaleza y la sociedad, sobre cómo son las cosas que suceden en un determinado ámbito cultural, qué relación podemos tener con ellas y qué efectos pueden tener sobre nosotros. Todos los pueblos, de los más primitivos a los más avanzados en complejidad cultural, saben enfrentarse a la realidad cotidiana, sean cuales sean sus creencias. Los conocimientos dependen, claramente, del medio en el que se desarrolle una determinada cultura y de las experiencias previas que haya tenido ese grupo de personas con esos elementos del medio.

Creencias

Cuando estamos hablando de creencias nos referimos sobre todo a una serie de ideas, que normalmente están sin comprobar, de las que se piensa que tienen alguna influencia en nosotros. Esas creencias pueden ser religiosas o no. Evidentemente, las supersticiones, por ejemplo, forman parte de las creencias. Los ritos religiosos también forman parte de las creencias y, obvio es decirlo, las divinidades admitidas por cada cultura forman parte de su sistema de creencias. Hay otras muchas creencias y todos vivimos inmersos en un mundo de creencias, aunque no seamos conscientes de este hecho: cada uno acepta y aprueba su casta, su tribu, su clase social, los prejuicios de su grupo, el etnocentrismo de su país y muchas cosas más. Todas estas ideas poseídas sin examen racional y sentidas emocionalmente se manifiestan en conductas concretas.

Arte

Se trata de una manera muy especial de relacionarse con la naturaleza, con las (supuestas) fuerzas de la naturaleza, con los demás seres humanos y, por supuesto, con fuerzas supranaturales. El arte es un medio expresivo de sensaciones, sentimientos y cosmovisiones que refleja, claramente, los distintos modos de sentir de los distintos pueblos.

Moral

Se trata de las normas de conducta que son admisibles o rechazables en una sociedad determinada. Como resulta obvio después de una ligera inspección de distintas culturas, se trata de conjuntos de normas claramente diferentes en el fondo y en la forma. Estas normas se fundamentan en una serie de valores que dan lugar a nuestras actitudes. Los valores son, en el fondo, juicios sobre la deseabilidad, la aceptabilidad o el rechazo.

Derecho

Aparte de la moral, nos encontramos con normas que regulan de modo explícito la convivencia entre los individuos de una sociedad o las relaciones entre individuos de distintas sociedades. Estas relaciones son muy amplias, desde relaciones de propiedad hasta relaciones de poder. Es claro que los distintos sistemas jurídicos dan forma a las sociedades en las que se desarrollan, al tiempo que vienen condicionados por las mismas sociedades que los crean.

Costumbres

En este apartado tenemos que incluir las maneras habituales de comportarse y de actuar en los días de diario o en los días festivos, de las distintas colectividades humanas. Consideramos, por tanto, todas aquellas cosas a las que nos referimos diciendo aquello de “en mi casa es costumbre…”, o “en mi pueblo acostumbramos…”, o “en Andalucía no se acostumbra…”. Se trata, sin duda, de una de las características más sobresalientes a la hora de definir las culturas. Por supuesto que incluimos las formas de vestir, las fiestas populares, las cosas que se comen o no se comen, las formas de comer y un largo etcétera que tú misma te puedes ir imaginando.