Tercera Guerra Púnica y Triunfos Romanos
3- Se emprende la tercera guerra contra los cartagineses, en el año seiscientos dos de la fundación de la ciudad. Siendo cónsules L. Manlio Censorino y M. Manilio, (después) de cincuenta y un años de la segunda guerra púnica. Estos habiéndose marchado atacaron Cartago. Entonces Escipión, nieto de Escipión el africano, militaba allí como tribuno, y un gran miedo y reverencia había hacia él entre todos. Pues no solo era considerado preparadísimo para luchar sino también muy experto y así a través de él fueron llevadas a cabo muchas cosas prosperamente por los cónsules.
4- Luego, el Cónsul Q. Pompeyo, por los de Numancia, la cual ciudad de Hispania fuertísima, derrotado, firmó una paz vergonzosa. Después de él, el cónsul C. H. Mancinus firmó de nuevo con los Numantinos una paz infame, la cual el pueblo y el senado mandaron que fuera infringida y el mismo Mancino fuese entregado a los enemigos para que sobre él reivindicaran la injuria de un tratado libre. Después de tanta ignominia, pues, Publio Escipión el Africano, fue nombrado cónsul por segunda vez y fue enviado a Numancia. Finalmente, mató de hambre a la misma Numancia asediada durante mucho tiempo.
5- En aquél tiempo, Átalo, rey de Asia, hermano de Eumenis, murió y dejó como heredero al pueblo romano. Así, Asia se añadió al Imperio Romano por testamento.
6- Siendo cónsules P. Escipión Nasica y L. Calpurnio Bestia, se declaró la guerra a Yugurta, rey de los númidas, porque hubiera matado a Adérbal e Hiémpsal, hijos de Micipsa hermanos suyos, reyes y aliados del pueblo romano.
Enviado contra él, el cónsul Calpurnio Bestia, sobornado con dinero del rey, firmó con él una paz muy vergonzosa, que fue desaprobada por el senado. Luego, contra él, el año siguiente, partió el mismo Sp. Postumio Albino. En tercer lugar fue enviado el cónsul Q. Cecilio Metelo. Venció a Iugurta con varias batallas, mató a sus elefantes o (más bien/los) capturó, muchas de sus ciudades tomó en rendición.
Y se le sucedió por C. Mario. Éste, a Yugurta y a Bocco, rey de Mauritania, el cual había empezado a llevar ayuda a Yugurta, ganó a la vez. También él mismo tomó algunas ciudades de Numidia y puesto fin a la guerra, capturado Iugurta. Y dos triunfos fueron celebrados sobre Yugurta, el primero gracias a Metello, el segundo gracias a Mario. Sin embargo, Yugurta fue conducido encadenado con sus dos hijos delante del carro de Mario y luego fue ahorcado en la cárcel por orden del cónsul.
Expansión Romana y Amenazas Emergentes
7- En el año 676 de la fundación de Roma, siendo cónsules L. Licinio Lúculo y M. Aurelio Cotta, murió Nicomedes, rey de Bitinia, y nombró heredero al pueblo romano por testamento. Mitrídates, rota la paz, quiso invadir Bitinia y Asia de nuevo. Enviados ambos cónsules contra él, tuvieron distinta suerte.
Terminada la guerra macedónica, permaneciendo la mitridática, la cual, retrocediendo Lúculo, el rey había reanudado con las tropas auxiliares reclutadas, comenzó la guerra cretense. Enviado hacia ésta, Q. Cecilio Metelo capturó toda la provincia en tres años con enormes combates y fue llamado Crético y celebró su triunfo desde la isla. En aquél tiempo también Libia se incorporó al Imperio Romano por testamento de Apión, que había sido su rey, en el cual las ciudades (más) célebres eran Berenice, Ptolemaide y Cirene.
8- Mientras estas cosas son llevadas a cabo, los piratas infestaban todos los mares, así que la navegación en solitario no era segura (incluso) para los romanos victoriosos en todo el mundo. Por lo cual esta guerra fue encomendada a Gneo Pompeyo.
Ascenso de Julio César y la Guerra Civil
9- En el año 693 de la fundación de la ciudad C. Julio César, quien después gobernó, fue hecho cónsul (junto) con L. Bíbulo. La Galia y el Ilírico le fueron asignados con diez legiones. Éste venció el primero a los helvecios, que ahora son llamados Secuanos, luego, ganando a través de guerras dificilísimas, llegó hasta el Océano Británico. Sometió, sin embargo, en nueve años a casi toda la Galia.
10- Pues regresando César victorioso de la Galia empezó a pedir otro consulado. Fue contradicho por el cónsul Marcelo, Bíbulo, Pompeyo y Catón y se (le) ordenó que, licenciados los ejércitos, regresara a la ciudad. Por esta afrenta desde Arímino, donde tenía reunidos a sus soldados, se dirigió con el ejército a la patria. Los cónsules con Pompeyo, todo el Senado y la nobleza entera huyeron de Roma y pasaron a Grecia. Siendo jefe Pompeyo, el Senado preparó la guerra contra César.
César, habiendo entrado en una ciudad vacía, se proclamó dictador. Desde allí se dirigió a las Hispanias. Habiendo regresado de allí, cruzó hacia Grecia, luchó contra Pompeyo. En la primera batalla fue vencido y puesto en fuga, sin embargo escapó, porque, sobreviniendo la noche, Pompeyo no quiso seguirlo. Luego, en Tesalia, en Farsalia, llevadas por ambas partes enormes tropas, lucharon.
Nunca hasta ahora se habían reunido en un único lugar tropas romanas ni mayores ni con mejores jefes. Se luchó sin embargo con gran rivalidad y Pompeyo fue al final vencido y su campamento fue saqueado. Huido el mismo, se dirigió a Alejandría para del rey de Egipto, al cual había sido asignado un tutor por el senado a causa de su juventud, recibir tropas auxiliares. Éste, habiendo perseguido la fortuna más que la amistad, mató a Pompeyo, envió a César su cabeza y su anillo.