Comparativa entre las Filosofías de Platón y Descartes: Ideas, Conocimiento y Ética

Diferencias y Similitudes entre el Pensamiento de Platón y Descartes

Vamos a comparar ciertos aspectos de la filosofía platónica con la filosofía cartesiana. Una de las principales diferencias entre Platón y Descartes son las épocas en las que existieron: Platón nace en una época donde la grande Atenas empezaba a tocar fondo y una serie de declives políticos y militares dan comienzo en su ciudad. Vivió en mitad del cambio del mito al logos y en el pleno desarrollo de materias como la física y las matemáticas. Descartes, conocido como el padre de la filosofía moderna, nace en Francia en una época llena de cambios, inmerso en el Humanismo y en pleno Renacimiento. Estas diferentes épocas influyen en la forma de pensar de estos filósofos.

La Realidad: Ideas y Sustancias

Para empezar, nuestros filósofos deben tener claro qué es exactamente lo que existe y qué es irreal. Platón explica, mediante la teoría de las Ideas, que la realidad son “ideas” y que el mundo auténtico o real (mundo sensible) no es el que podemos ver y tocar, sino el captado por la inteligencia mediante la razón (Mundo inteligible). A estas “ideas”, Descartes las denomina “sustancias”, las cuales se dividen en tres: el pensamiento, la materia y Dios. Descartes también habla de dos mundos diferentes, en el cual el mundo sensible se reduce a cualidades primarias racionales y matematizables como son: forma, movimiento, etc.

Epistemología: El Camino del Conocimiento

Otro de los temas de reflexión en común entre Platón y Descartes es la epistemología, el cómo conocemos lo que existe. Platón distingue dos niveles o grados de saber:

  • El conocimiento científico (la episteme): Desprecia los sentidos, ya que piensa que estos nos pueden engañar, y considera que la verdadera vía de acceso al conocimiento es el razonamiento matemático.
  • La opinión (la doxa): Un saber inferior al conocimiento (la episteme), que se refiere a la realidad sensible y material.

Descartes, por su parte, se centra en cómo conducir la razón por el buen camino y lo muestra, no pretende enseñar, a través de un método cartesiano que tiene un claro talante deductivo.

Antropología: El Dualismo Alma-Cuerpo

En cuanto a la antropología, ambos comparten el dualismo antropológico. Platón habla del dualismo radical alma-cuerpo y de cómo el cuerpo es la sede de las pasiones, del error y que constituye la cárcel del alma, a la cual no deja alcanzar el verdadero conocimiento. Piensa que se debe renunciar a él para poder obtenerlo. Descartes está de acuerdo con el pensamiento platónico del alma-cuerpo y también piensa que el sometimiento de los placeres a la razón garantiza la libertad humana.

La Moral Provisional de Descartes y la Duda Metódica

Descartes nos expone su método y nos indica que es necesario dudar de todo lo que se cree saber. Esta duda es un instrumento metódico para alcanzar su objetivo: la intuición de una idea clara y distinta, evidente, sobre la que no exista ninguna posibilidad de duda. Se trata de encontrar una verdad que pueda ser el punto de partida del edificio del conocimiento. La duda no pretende borrar el pasado, ni rechazar todos los conocimientos adquiridos, sino averiguar cuáles son los principios que la duda no pueda disolver y, por tanto, puedan ser considerados verdaderos. El objetivo último es alcanzar la certeza absoluta a través de la duda.

Surge la pregunta: ¿Cómo actuar cuando nada es seguro? El problema reside en cómo conciliar la irresolución provisional de nuestro juicio, al no considerar nada como cierto por la duda radical, y la necesaria resolución de nuestra voluntad, es decir, el tener que tomar decisiones y llevarlas a cabo en la vida práctica diaria sin caer en el amoralismo.

Máximas de la Moral Provisional

  1. Descartes recomienda guiarnos por las opiniones de los hombres más sensatos, que son los más prudentes. Esto exige observación, discernimiento y juicio. Es mejor seguir la tradición, siguiendo el ejemplo de los más moderados y sensatos, que dejarse llevar por el amoralismo o la falta de norma.
  2. Descartes propone la acción, no la parálisis del “no sé qué hacer”, producto de la incertidumbre y la duda. Actuar, aunque cometamos un error, es preferible a la indecisión paralizante. La constancia en la acción, una vez tomada una decisión, es preferible a la inconstancia y también más provechosa, ya que la vida nos obliga continuamente a elegir y actuar.