7.2 LA RESTAURACIÓN BORBÓNICA (1874-1902): LOS NACIONALISMOS CATALÁN Y VASCO Y EL REGIONALISMO GALLEGO. EL MOVIMIENTO OBRERO Y CAMPESINO.
Durante el Siglo XIX surgieron una serie de movimientos que estaban en desacuerdo con la existencia de una única nacíón en España y se opónían a implantar el modelo centralista de la Restauración propuesta por Cánovas del Castillo. Son los llamados regionalismos, los cuales defendían la existencia de otros estados basándose en las realidades históricas y culturales.
Encontramos el nacionalismo catalán
. Surgíó a partir de ciertos cambios en la economía y sociedad catalanas y se vio muy influenciado por el Romanticismo. Así, aparece la Reinaixença, un movimiento cultural que pretendía recuperar el catalán como lengua y transformar socialmente Cataluña. Su oposición frente a la Restauración canovista impulsó la creación de un catalanismo político, liderado por Valentí Almirall. Este fundó el Diari Catalá y el Centre Catalá, primera organización política que reclamaba un mayor autogobierno para Cataluña. Años más tarde Almirall propuso el Memorial de agravios (1885), mediante el cual la burguésía pretendía convencer al rey de implantar medidas que protegieran la industria catalana frente al librecambismo liberal. Dicho documento promovíó la fundación de la Lliga de Catalunya, la cual defendía el derecho catalán frente a la unificación impuesta por el Código Civil. Posteriormente, se convirtió en la Uníó Catalanista,l liderada por Enric Prat de la Riba, que redactó los principios del catalanismo conservador, recogidos en las Bases de Manresa. Entre los puntos principales se encontraba el federalismo, la defensa de los valores tradicionales y religiosos y la implantación de un mayor autogobierno. Sin embargo, el primer partido catalanista no surgíó hasta 1901, cuando Prat de la Riba y Francesc Cambó crearon la Lliga Regionalista, formada por burgueses y campesinos que reclamaban la política defendida por el nacionalismo catalán.
Por otro lado el nacionalismo vasco, movimiento que pretendía rescatar la cultura y lengua vasca tras ciertos cambios sociopolíticos en la regíón. La etnia vasca era superior a la española basándose en una visión legendaria. Esta ideología se vio motivada por la llegada de inmigrantes de otros territorios españoles que acudían a trabajar en la industria siderúrgica vasca. Por lo que aumentaron las ideas racista y xenófobas.Además, la derrota de los conservadores en la Tercera Guerra Carlista (1872-1876) concluyó con la abolición de los fueros. Esto provocó que Sabino Arana, defensor de las ideas conservadoras, nacionalistas y racistas, se convirtiera en el mayor representante de los burgueses y campesinos. Fundó el Partido Nacional Vasco (PNV) 1895, de carácter independentista, donde defendía que la etnia y tradiciones vascas no debían mezclarse con la herencia cultural española, representada por los maketos. Pero la muerte de Arana en 1903 hizo que estas ideas se suavizaran y siguieran dos líneas distintas; la independencia vasca o un mayor autonomismo.
Galicia fue origen también de movimientos de este tipo, pero menos radicales. El regionalismo
Gallego pretendía actualizar la economía y sociedad de su tiempo y crear una burguésía poderosa. Su inicio estuvo marcado por iniciativas culturales protagonizadas por Rosalía de Castro y Manuel Murgía. Este líderó la Asociación Regionalista Gallega, partidaria de un regionalismo liberal que pronto adoptaría una postura más tradicional mediante la figura de Alfredo Brañas.
A este conjunto de movimientos se le sumó el surgimiento del movimiento obrero con el anarquismo y socialismo, comos nuevas tendencias sociales. El anarquismo aparecíó en 1868 y se consolidó durante el Gobierno liberal de 1881. Aprobó la Ley de Asociaciones, que permitíó que los anarquistas aumentaran su presencia en Cataluña y Andalucía.
Sin embargo, se diversificó en dos tipos de actitudes claramente diferenciadas: el terrorismo y el impulso de la cultura mediante la literatura. Se creó también la Federación de Trabajadores de la Regíón Española (FTRE) de Anselmo Lorenzo, que redujo su apoyo social con la aparición de una organización anarquista secreta y violenta (La Mano Negra). Entonces empezaron a dominar la sideas más radicales, defensoras del terrorismo. Así, se puso una bomba en el Liceo de Barcelona o se llevó a cabo el asesinato de Cánovas del Castillo. Estas conductas obligaron al Gobierno a desarrollar una gran represión contra los anarquistas, en el Proceso de Montjuïc (1895) donde 5 militares fueron condenados a muerte. El anarcosindicalismo quedó reducido hasta la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), que contó con el apoyo de los sectores agrícolas e industriales. El socialismo se redujo a las zonas de Asturias, País Vasco y Madrid. En 1879, Pablo Iglesias fundó el Partido Social Obrero Español (PSOE) que difundíó sus ideas a través del semanario. El Socialista donde participaba la Uníón General de Trabajadores (UGT), movimiento contrario al anarquista, pero apoyaba sus ideas colectivistas, anticlericalistas y antiburguesas de manera más moderada.