Primeras Colonizaciones
Los Fenicios: Habitaban en el Líbano, en ciudades-Estado como Sidón y Tiro, y se dedicaban al comercio marítimo. Se convirtieron en los primeros colonizadores de la península al fundar Gadir (Cádiz) hacia el 1004 a.C. A partir del siglo VIII a.C. fundaron factorías como Malaka, Sexi y Abdera, donde instalaron talleres metalúrgicos. Utilizaron ánforas, difundieron el alfabeto fenicio y trajeron sus costumbres y sus formas artísticas que influyeron en las indígenas. La conquista de Tiro por los babilonios en el 573 a.C. hizo que Cartago recogiera su testigo como potencia comercial en el Mediterráneo occidental.
Los Griegos: El avance persa obligó a los griegos a buscar oro y plata en occidente. Entablaron una relación comercial con Tartessos y fundaron Emporion en el 575 a.C. en un islote cercano al golfo de Rosas. Se dedicaron al intercambio de manufacturas por metales y cereales y generalizaron el uso de la moneda. Otros enclaves fueron Hemeroskopeion y Mainake.
Los Cartagineses: Fundaron Ebussus (Ibiza) en el 654 a.C. En el siglo VI a.C. crearon la liga púnica con las antiguas factorías fenicias del sur peninsular, expulsaron a los griegos de Córcega y Cerdeña, dominaron las colonias griegas peninsulares y contribuyeron a la caída de Tartessos. Tras la derrota cartaginesa en la primera guerra púnica contra Roma en 250 a.C., la familia Barca tomó el poder y puso en práctica una política imperialista en la península. Amílcar Barca desembarcó en Gadir en el 237 a.C. para iniciar la conquista, se hizo con el territorio turdetano y se dirigió hacia el norte. Su yerno Asdrúbal fundó Cartago Nova (Cartagena) junto a ricos yacimientos de plomo y en el 226 a.C. firmó con Roma el Tratado del Ebro que puso el límite a la expansión púnica. Le sucedió Aníbal, hijo de Amílcar, que sometió a las tribus levantinas y de la Meseta y tomó Sagunto, aliada romana en el 219 a.C.
Avance de los Reinos Cristianos
Avance hasta el Duero
Se dio entre los siglos VIII y XI, cuando los reinos de Asturias y más tarde León y el condado de Castilla iniciaron la ocupación y repoblación del valle del Duero, consolidando la frontera con la construcción de numerosas fortalezas.
Avance hasta el Tajo
Entre mediados del siglo XI y del XII, el Califato se dividió en Taifas y los reinos cristianos experimentaron una recuperación demográfica y económica. En Castilla, Alfonso VI volvió a unir el reino (luchas contra sus hermanos y hermanas, muerte del rey Sancho II en Zamora, época del Cid…). En el año 1085, tras un largo asedio, tomó la ciudad de Toledo, ciudad que a su importancia ideológica había que sumar que era más grande y rica que cualquier ciudad cristiana. La toma de Coímbra en 1064 consolidó la ocupación, quedaba abierto el camino hacia el valle del Guadiana, pero Alfonso fue derrotado en Sagrajas y Uclés. La frontera con Al-Ándalus se estabiliza en el río Tajo. La hija de Alfonso, Urraca I, se casó con Raimundo de Borgoña, y le entregó a su hermana Teresa y a su esposo Enrique de Lorena, el condado de Portugal, que se independizaría con su hijo Alfonso Enríquez. El hijo de Urraca, Alfonso VII, adoptó el título de emperador. En 1151 firmó con Ramón Berenguer IV el tratado de Tudillén, un intento de delimitación de las tierras musulmanas todavía por conquistar entre Castilla y Aragón. Tras la muerte de Alfonso VII se dividió el reino entre sus dos hijos: entregó a Fernando II, León, y a Sancho III, Castilla. La temprana muerte de Sancho fue aprovechada por las familias nobiliarias para tutelar al heredero Alfonso VIII. En León, durante el reinado de Alfonso IX, sucesor de Fernando II y padre de Fernando III, se celebraron las primeras Cortes.
Avance hasta el Guadiana
Una nueva reacción musulmana protagonizada por los almohades consiguió unificar Al-Ándalus y detener el avance cristiano con la victoria en 1195 sobre Alfonso VIII de Castilla en Alarcos. Pero en 1212, la unión de los reinos cristianos peninsulares (excepto León) consiguió derrotarlos en la decisiva batalla de Las Navas de Tolosa, que abrió las puertas del valle del Guadalquivir a los castellanos. Los portugueses siguieron consolidando su reino. Alfonso Enríquez conquistó en 1143 Lisboa y amplió el territorio por el Alentejo. Alfonso III de Portugal culminó la ocupación del Sur de Portugal, el reino se abrió al Atlántico y desarrolló el comercio marítimo en las ferias de Oporto y Lisboa.
Avance hasta el Guadalquivir
Fernando III el Santo reunió definitivamente a Castilla y León en 1230, ocupó Córdoba (1236), Jaén (1246) y Sevilla (1248) con ayuda del Almirante Bonifaz, quedando el territorio musulmán reducido al reino nazarí de Granada. Su hijo Alfonso X el Sabio tomó Murcia y Cádiz, con lo que Castilla salió al Mediterráneo y al Atlántico. Alfonso X desarrolló una actividad cultural y legislativa para fortalecer el poder real. Los problemas de su reinado fueron las revueltas nobiliarias y la rebelión de los mudéjares que privó al campo de mano de obra especializada. Intentó ser coronado Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Se desató una guerra civil entre sus herederos, en la que ganó Sancho IV. Años más tarde, Castilla sufrió un nuevo intento de invasión norteafricana, los benimerines, que fueron derrotados en la batalla del Salado por Alfonso XI en 1340, quien se adueñó de Algeciras y Tarifa. La nobleza, cada vez más recompensada con nuevos señoríos, disputó el poder a la monarquía. Hubo que esperar hasta 1492 para que los Reyes Católicos terminaran la reconquista.