Hacia la Liberación de la Mujer: El Pensamiento de Simone de Beauvoir
En “El final del segundo sexo”, bajo el título “Hacia la liberación”, y en “La mujer independiente”, Simone de Beauvoir expone los caminos que la mujer debería seguir para alcanzar su plenitud como ser humano. Analiza las posibilidades concretas de esta liberación.
a) El Trabajo como Garantía de Libertad Concreta
Beauvoir afirma que cuando la mujer deja de ser un “parásito”, el sistema político y social basado en su dependencia se desmorona. La mujer se vuelve activa, productora, dueña de su trascendencia y se afirma como sujeto.
b) Evolución de la Mentalidad Social Tradicional
Aunque la ley ampara la independencia femenina y el trabajo garantiza su autonomía económica, la sociedad no ha evolucionado al mismo ritmo. El trabajo, que debería ser liberador, se convierte en una nueva forma de opresión al sumarse a las tareas domésticas. Además, Beauvoir señala que el problema de las mujeres es, en realidad, un problema de hombres. Es necesario un cambio de mentalidad en los hombres, eliminando los privilegios que los sitúan por encima de la mujer.
Mientras que al hombre se le permite desarrollar su vocación sin chocar con un destino predeterminado, a la mujer se le exige convertirse en objeto, disolviéndose como sujeto. Beauvoir destaca la diferencia en la percepción de la vestimenta: para el hombre es comodidad, para la mujer es una definición de su ser, impuesta por la mirada masculina de la sociedad.
c) La Necesidad de Acción por Parte de las Mujeres
La inacción femenina se debe a su situación de oprimidas. El feminismo, según Beauvoir, no ha sido un movimiento autónomo porque las mujeres carecen de conciencia de grupo.
d) La Consideración de la Sexualidad Femenina
La percepción de la sexualidad femenina también coloca a la mujer en una posición de inferioridad respecto al varón.
e) La Importancia de una Educación Igualitaria
Para que la liberación sea posible, la educación debe ser igualitaria para hombres y mujeres. El peso de la educación tradicional es un lastre. Incluso cuando la mujer trabaja y no tiene imposiciones directas, ella misma se autoimpone limitaciones. El esfuerzo formativo de la mujer no es valorado de la misma manera que el del hombre, independientemente de su estado civil o familiar.
f) La Maternidad Libre como Factor Clave
La maternidad es otro factor que impide la libertad plena de la mujer. Los avances científicos, como el control de la natalidad y la inseminación artificial, contribuyen a la equiparación de los sexos y promueven un cambio de mentalidad hacia la maternidad libre.
g) Superación del Narcisismo y Cultura del Esfuerzo
Beauvoir argumenta que no se puede cambiar el mundo al margen de él. Las mujeres deben sentirse habitantes de pleno derecho del mundo para conquistar la igualdad. Deben superar el narcisismo, impuesto por el “mito del eterno femenino”, y valorar el esfuerzo y el aprendizaje riguroso para triunfar en campos como el arte y la literatura.
En definitiva, cuando todo ser humano pueda colocar su orgullo más allá de la diferencia sexual, la mujer podrá unir su historia, problemas y esperanzas a los de la humanidad.
La Mujer como Sujeto ‘Situado’: Una Interpretación Existencialista
Algunas críticas a Beauvoir la acusan de interpretar la opresión femenina como un caso de “mala fe”, ignorando su defensa de la posibilidad de cambiar el estatus de la mujer en la sociedad patriarcal.
El Concepto de ‘Situación’ en Sartre
Jean-Paul Sartre, en *El Ser y la Nada*, define “situación” o “facticidad de la libertad” como las circunstancias que obstaculizan el ejercicio de la libertad humana. La libertad solo puede manifestarse en situación. El ser humano siempre encuentra dificultades, pero es libre de elegir sus proyectos y de cambiarlos si se enfrenta a obstáculos. No ejercer la libertad es un caso de “mala fe”. Para Sartre, no hay situaciones que favorezcan más o menos la libertad.
La Interpretación de Beauvoir: La Libertad ‘en Situación’
Beauvoir, en la Introducción a *El Segundo Sexo*, adopta la perspectiva de la moral existencialista. Cuando la libertad de un ser humano es reprimida, su existencia (su capacidad de hacer proyectos libremente) se degrada. Esto puede deberse a la “mala fe” (consentimiento del sujeto) o a la opresión (causada por otro). La libertad humana siempre está “en situación”, y esta situación actúa como un obstáculo. La libertad “se puede aumentar o disminuir desde fuera”. Nuestros actos pueden influir en las posibilidades de libertad de los demás. Modificar la situación implica modificar las posibilidades de libertad.
Existen personas, grupos y pueblos cuya situación les permite un mayor grado de libertad que a otros. Beauvoir compara a las votantes europeas del siglo XXI con “las mujeres de un harén”. La mujer, en la sociedad descrita por Beauvoir, se encuentra en una situación de opresión infligida, donde no cabe hablar de “mala fe”.