Causas y contradicción de la caída del régimen conservador

10.1. LA PROCLAMACIÓN DE LA SEGUNDA REPÚBLICA. LA CONSTITUCIÓN DE 1931. EL

BIENIO REFORMISTA (1931-1933) 1. PROCLAMACIÓN DE LA II REPÚBLICA (14 DE Abril DE 1931)


GOBIERNO PROVISIONAL

La caída de la monarquía de Alfonso XIII se produjo por la victoria de republicanos y
socialistas en las elecciones municipales del 12 de Abril de 1931. Aunque salieron elegidos más
concejales monárquicos que republicanos, éstos ganaron en 45 de 50 capitales de provincia, así
como en las zonas mineras e industriales. Muchos ayuntamientos al conocer los resultados
proclamaron la República; como reconocíó el propio Aznar (Jefe de Gobierno), “el país se había
acostado monárquico y se levantó republicano”. Alfonso XIII anunció su marcha de España. La II
República fue proclamada el 14 de Abril.
Se formó a continuación un Gobierno provisional, a partir del Comité que firmó el Pacto de
San Sebastián (1930), presidido por Alcalá Zamora, que incluía a republicanos conservadores
(Alcalá Zamora), republicanos de izquierda (Azaña), republicanos radicales (Lerroux) y
socialistas del PSOE (como Largo Caballero o Indalecio Prieto). Este Gobierno convocó elecciones
para Cortes constituyentes.
La República contaba con el apoyo de la mayoría de los intelectuales, las clases medias y
una parte importante del movimiento obrero. Desde el principio, tuvo que hacer frente a
diversos problemas, como:
1) Una coyuntura internacional desfavorable: repercusiones de la Crisis de 1929, crisis de
la democracia en varios países europeos y ascenso del fascismo y del comunismo.
2) La proclamación en Barcelona (por Francesc Macià, líder de Esquerra Republicana de
Cataluña) de la República catalana independiente el mismo día en que se proclamaba la
República en Madrid. El Gobierno se comprometíó a buscar una solución.
3) Debido a la simpatía del clero por la monarquía de tipo conservador, los
republicanos fueron tomando posiciones anticlericales. El primer conflicto surgíó cuando el
cardenal Segura en una pastoral atacó a la República y ensalzó a Alfonso XIII. El Gobierno
exigíó la dimisión del cardenal. Por otro lado, se acentuó el vandalismo anticlerical
(actos de pillaje, quema de conventos, etc.).


Las primeras elecciones republicanas fueron las más democráticas hasta el momento (votaron todos los varones mayores de 23 años), con una participación muy alta. El PSOE fue el que obtuvo más escaños, seguido del Partido Radical de Lerroux. La izquierda arrolló al centroderecha.

2. LA CONSTITUCIÓN DE 1931


La Constitución democrática y republicana de 1931: – Definía España como una “República democrática de trabajadores organizada en régimen de libertad y justicia”, afirmando con ello la soberanía popular. – Afirmaba la separación de los tres poderes del Estado. – Establecía las Cortes unicamerales, que tenían poder legislativo y control sobre el Gobierno. Este era responsable ante las Cortes, que podían retirarle su confianza. – Determinaba que las Cortes fueran elegidas por sufragio universal (incluyendo por primera vez a las mujeres). – El presidente de la República era elegido de forma indirecta a través de las Cortes. No podían ocupar el cargo militares, eclesiásticos ni miembros de la familia real. El presidente actuaba como poder moderador del sistema y permanecía en el cargo por un periodo de seis años. – Incluía una amplísima Declaración de Derechos, que superaba con mucho a las Constituciones más progresistas del XIX. – Consideraba un Estado único (“Estado integral”), pero admitía posibles autonomías regionales, regidas por estatutos de autonomía. – La propiedad privada quedaba subordinada al interés nacional facilitando las nacionalizaciones. – Declaraba un Estado laico con libertad de conciencia y culto. (Se prohibía a la iglesia ejercer la industria, el comercio y la enseñanza) – La cultura y la educación aparecía como función primordial del Estado, que debía extenderla a todo el mundo sin discriminación económica. 


3. EL BIENIO REFORMISTA (1931-1933) El primer Gobierno constitucional fue presidido por Manuel Azaña (Acción Republicana), y formado por republicanos de izquierdas y socialistas. Como gesto de conciliación, se cedíó la presidencia al conservador Alcalá Zamora. El objetivo fue realizar una profunda transformación de la realidad española, a través de las siguientes reformas: – Reforma religiosa: Extinción del ” presupuesto de clero y culto ” en el plazo de dos años, ya que la separación entre Iglesia y Estado implicaba poner fin al mantenimiento económico del clero por parte del Estado; disolución de la Compañía de Jesús y confiscación de sus bienes inmuebles; prohibición a las órdenes religiosas de ejercer la enseñanza (esta medida fue la más polémica de todas); reconocimiento del matrimonio civil y del divorcio. El clero interpretó estas medidas como una provocación. – Reforma educativa y cultural: Se centró en la enseñanza primaria, para que fuese gratuita, laica y obligatoria. Se incrementó el presupuesto en educación en un 50%Pero esta medida trajo consigo un serio problema por la inexistencia de una infraestructura suficiente: faltaban escuelas y profesores. Destacaron iniciativas como las Misiones Pedagógicas, con la finalidad de llevar la educación y la cultura al mundo rural; el grupo de teatro universitario La Barraca, dirigido por García Lorca, que representaba obras de teatro clásico español por toda España. – Autonómica: De acuerdo con el compromiso adquirido con Macià, se encargó la elaboración de un proyecto de Estatuto de Cataluña a los propios catalanes bajo la iniciativa de Esquerra Republicana. Aunque el Estatuto que finalmente aprobó el Parlamento español recortaba el proyecto inicial, fue bien aceptado. En él se creaba un Gobierno autónomo, la Generalitat, compuesto de tres órganos (un Parlamento, un Consejo Ejecutivo equivalente a un consejo de ministros, y un presidente). Sus competencias se limitaban a cultura, obras públicas y orden público. Las primeras elecciones situaron a Maciá en la presidencia de la Generalitat y a Companys en la del Parlamento. En el País Vasco, el PNV y los carlistas elaboraron un proyecto de Estatuto tan tradicionalista que fue rechazado por el Parlamento; su aprobación no llegaría hasta 1936. – Reforma del Ejército: Se convirtió en un asunto prioritario, del que se encargó Manuel Azaña (Ministro de la Guerra en el Gobierno provisional y en el primer Gobierno constitucional). Sus objetivos eran ganarse la fidelidad del Ejército para la República y aumentar su eficacia. Para ello se colocó al frente de las principales capitánías generales a militares de confianza política y se permitíó a los oficiales pasar a la reserva sin disminución de sueldo. 


Así se consiguió alejar de las armas a muchos militares monárquicos. Estas medidas supusieron una importante reorganización, así como el sometimiento del Ejército al poder civil. Además, se creó la Guardia de Asalto como cuerpo adicto a la República y encargado del orden público, sustituyendo al Ejército en esta función. – Reforma Agraria: Era el proyecto económico y social más importante debido a que España seguía siendo un país eminentemente agrario, los campesinos representaban el 50% de la población activa y la mayoría de ellos eran jornaleros agrícolas (sin tierras). La estructura latifundista de la propiedad, especialmente en Andalucía, empujaba a los campesinos en situación de miseria a ocupaciones ilegales y estallidos de violencia. El Gobierno provisional había adoptado medidas urgentes con el fin de proteger a arrendatarios y jornaleros: prohibieron a los propietarios de tierras que expulsaran de ellas a sus arrendatarios mediante la cancelación del contrato, extendieron a los jornaleros agrícolas la jornada de ocho horas, obligaron a contratar a los jornaleros del término municipal al que pertenecían… La Ley de la Reforma Agraria se aprobó en 1932. Supuso una frustración para los campesinos: se tardó demasiado en elaborar y aprobar la Ley; para su aplicación se creó el Instituto de Reforma Agraria (IRA) que actuó de forma lenta y burocrática; las expropiaciones, que requerían indemnización, fueron limitadas debido a la poca capacidad de pago del Estado. Los campesinos, insatisfechos, recurrieron a la habitual ocupación ilegal de tierras. La oposición a estas reformas fue protagonizada por: – Los Anarquistas: En plena dictadura de Primo de Rivera, se había creado la Federación Anarquista Ibérica (FAI). La FAI y la CNT impulsaron la iniciativa obrera y campesina ante la excesiva lentitud de las reformas republicanas. Dentro de estas agitaciones, la más destacada fue la producida en la localidad gaditana de Casas Viejas (Enero 1933) donde los campesinos se sublevaron y atacaron a la Guardia Civil. Eso justificó el envío de la Guardia de Asalto que tomó medidas desproporcionadas para acabar con la sublevación. El gobierno se vio desacreditado por las duras medidas policiales que contribuyeron a su crisis y caída. – El Ejército: Las conspiraciones militares fueron continuas y la República adoptó una política de sanciones suaves que reflejaban su temor al ejército.
De todas ellas la que llegó más lejos fue la del general Sanjurjo, director general de la Guardia Civil (Sevilla 1932). Fue un golpe precipitado y con escasa coordinación que fue sofocado con facilidad. El General Sanjurjo fue condenado a muerte aunque se le conmutó la pena por la de prisión perpetua. 


– La Iglesia: El cardenal Segura manifestó públicamente su adhesión al desaparecido régimen monárquico, lo que unido a otros incidentes provocó su expulsión de España. – Los partidos políticos de la derecha se podían clasificar en dos grupos. Por un lado la derecha posibilista, donde destaca la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) de Gil Robles, cuya estrategia consistía en conquistar el poder por las urnas y convertir la República de izquierdas en una República conservadora. Por otro lado estaba la derecha monárquica y antirrepublicana, que quería acabar con la República mediante la conspiración militar y que estaba representada por el Partido Carlista o Tradicionalista y Renovación Española de Calvo Sotelo. Por último, aunque con carácter minoritario, estaba la extrema derecha en donde surgieron diferentes partidos totalitarios que acabaron uníéndose a la Falange Española fundada por José Antonio Primo de Rivera, en 1933.