Catedral de Notre Dame de París: Arquitectura y Escultura Gótica

Catedral de Notre Dame de París: Arquitectura y Escultura Gótica

Fachada Oeste: Portadas y Esculturas

La fachada oeste de la catedral de Notre Dame se divide en tres cuerpos horizontales y tres calles verticales. El primer cuerpo está ocupado por tres puertas abocinadas que se corresponden con las tres naves interiores. Esta es la zona donde se concentra la mayor parte de la decoración escultórica. Cada una de las puertas queda separada por un contrafuerte que termina en el segundo cuerpo.

La disposición de las esculturas en las portadas góticas deriva del esquema del románico: se concentra en un tímpano que aparece franqueado por las arquivoltas que conforman los arcos abocinados, y hay un parteluz que ayuda a soportar el peso de las esculturas del tímpano. Las tres portadas están dedicadas a temas diferentes:

  • Portada Sur (Santa Ana): Es la más antigua y se puede calificar como tardorrománica, como se aprecia en cierto esquematismo en los relieves o la disposición de las figuras en las arquivoltas.
  • Portada Central (Juicio Final): Levantada en el siglo XIII, pero muy restaurada en el siglo XIX, representa un Juicio Final, con características diferentes a las del románico. Ya no hay un Pantocrátor hierático, sino que las figuras tienden a un mayor naturalismo.
  • Portada Norte (Virgen María): Dedicada a la Virgen, titular de la iglesia, también fue restaurada en el siglo XIX.

Las obras de restauración del siglo XIX fueron consecuencia de los daños causados durante la Revolución Francesa, época en la que el pueblo cargó contra las riquezas y el poder de la Iglesia, y lo que representaba, atacando muchas obras religiosas, como esta catedral.

Características de la Arquitectura Gótica en Notre Dame

Aunque la disposición de las esculturas nos remita al románico, la arquitectura gótica tiene una serie de características propias que aparecen en esta obra. Hay un mayor interés por el naturalismo; las figuras intentan parecerse más al modelo natural y, aunque aparecen muchos temas repetidos del estilo anterior, su tratamiento es diferente. Ya no hay un Pantocrátor que infunda miedo al pueblo, ahora las imágenes de Dios y la Virgen son más cercanas. Basta comparar las obras de Notre Dame con otras como Moissac o Santiago de Compostela para comprobar la evolución.

Por eso, los personajes abandonan los gestos hieráticos y la frontalidad, se giran, parecen conversar e incluso algunos sonríen. Algunas de estas características ya se intuían en El Pórtico de la Gloria, pero son propias del gótico. Sin embargo, aunque desaparecen las estrecheces que veíamos en el románico, la escultura, como la pintura, siguen siendo artes que dependen de la arquitectura y que están subordinadas a ella.

Segundo Cuerpo: Galería de los Reyes y Rosetón

El segundo cuerpo comienza por una galería de esculturas, una característica que se repite en muchas catedrales francesas del siglo XIII, como Amiens o Reims. Se cree que representa a los antiguos reyes de Judá del Antiguo Testamento, pero durante la Revolución Francesa muchos fueron mutilados porque el populacho los asimiló con reyes franceses, y casi todos perdieron la cabeza, que hubo de ser restaurada.

El segundo cuerpo sigue dividido en tres calles por dos contrafuertes, entre los que aparecen dos vidrieras de arcos geminados enmarcados en un arco apuntado y un rosetón en medio, enmarcado en un arco de medio punto abocinado. Las vidrieras son uno de los elementos fundamentales del arte gótico. Los arquitectos buscaban crear en el fiel la sensación, al entrar en la iglesia, de estar en la Jerusalén Celeste. Para ello, elevaron los muros gracias a los arcos apuntados y las bóvedas de crucería, buscando la creación de edificios de carácter vertical. Además, gracias al nuevo sistema de arbotantes y contrafuertes, se permitieron la audacia de ir sustituyendo el muro por ventanas, que cada vez irán tomando más protagonismo.

El vano predomina sobre el macizo en forma de grandes vidrieras que hacen que se reduzca (como en Notre Dame) el espacio de las tribunas o directamente se eliminen, como en otras obras. Estas son las características fundamentales de la arquitectura gótica, muchas de las cuales aparecen en la obra parisina.

Notre Dame: Una Iglesia de Transición al Gótico

Sin embargo, Notre Dame no puede considerarse el ejemplo paradigmático del gótico clásico, sino que es una iglesia de transición. Sus naves son muy altas, pero no consiguen esa sensación ascensional de otras obras porque mantienen el triforio. En el exterior, no hay gabletes ni pináculos, elementos que aparecen en muchas iglesias para subrayar ese carácter, y las torres terminan en plano y no en un chapitel, como sucede en Chartres, Burgos o León.

Los arcos apuntados resultan algo achatados o, en el caso de la fachada que estamos viendo, las vidrieras parecen más estrechas que en otras obras francesas, y la decoración es mucho más escasa, apareciendo solamente tréboles de tres hojas, un motivo propio de este estilo, en las enjutas de los arcos.

Tercer Cuerpo: Torres y Gárgolas

La transición al último cuerpo se marca con una galería de arcos apuntados bajo una balaustrada, que dan ligereza al conjunto y no tienen valor sustentante. Justo encima se levantan las dos torres. Esta es la zona a la que pueden acceder los turistas y en la que se encuentran las famosas gárgolas que representan seres monstruosos, una alegoría de la victoria del bien (iglesia) sobre el mal.

Se trata, otra vez, de una obra del siglo XIX y, en este caso, no funcionan, como en otros casos, para evacuar el agua de los tejados, sino que son decorativas. En cualquier caso, se trata de uno de los elementos más conocidos, tanto por las visitas de los turistas como por la imagen que el cine y la literatura han dado de la catedral desde que Víctor Hugo escribiera El Jorobado de Notre Dame en el siglo XIX.