Casa de Bernarda Alba: Tragedia, Represión y Deseo en la España Rural

1. Autor, Obra y Contexto (1p)

Autor y obra: La casa de Bernarda Alba, escrita por el dramaturgo español Federico García Lorca en 1936, meses antes de su fallecimiento, pertenece a su “trilogía rural” junto con Bodas de sangre (1933) y Yerma (1934). Estas obras exploran temas como la represión social y sexual, y la lucha entre el individuo y las normas sociales. Lorca, figura clave del teatro español del siglo XX, fusiona simbolismo, surrealismo y teatro clásico para crear una atmósfera opresiva.

Contextualización histórica y literaria: Ambientada en la España rural de principios del siglo XX, bajo un régimen patriarcal, la obra refleja la lucha por la libertad individual contra la moral rígida de la época. El ambiente cerrado y claustrofóbico intensifica esta tensión. Lorca, miembro de la Generación del 27, renovó el teatro español con nuevas formas y temas contemporáneos, inspirándose también en la tragedia griega y el simbolismo. La obra captura las tensiones previas a la Guerra Civil, en particular la represión femenina y el conflicto entre deber y deseo.

2. Argumentos, Temas y Personajes (1.5p)

La represión y el control social: La obra explora la opresión, especialmente femenina, en un entorno rural y patriarcal. Bernarda Alba controla a sus hijas, restringiendo su libertad y aspiraciones. Esto refleja la lucha contra la dictadura moral y social.

El conflicto generacional: La tensión entre generaciones es evidente. Bernarda, la autoridad rígida, contrasta con sus hijas, jóvenes e impulsivas. La juventud desafía la tradición, generando conflicto, especialmente con Adela.

El deseo reprimido: El deseo, particularmente el de Adela por Pepe el Romano, es reprimido, llevando a situaciones extremas y a la tragedia final. La represión tiene consecuencias destructivas.

La muerte: Presente a través de alusiones a la muerte de los hombres y la muerte simbólica de las hijas, atrapadas y sin libertad. La muerte, física y espiritual, impregna la obra y se convierte en escape.

Bernarda Alba:

La matriarca autoritaria y rígida, Bernarda, impone un control absoluto tras la muerte de su esposo. Obsesionada con el “honor”, censura las relaciones y la libertad de sus hijas. A pesar de su aparente fortaleza, reprime sus emociones, convirtiéndose en una figura trágica, atrapada en su propio sistema de control.

Adela:

La hija menor, Adela, se rebela contra la opresión. Impulsiva y apasionada, su deseo por Pepe el Romano simboliza la libertad y la impulsa a desafiar a Bernarda. Su suicidio, trágico final, muestra las consecuencias de la lucha por la libertad en un ambiente rígido.

Angustias:

La hija mayor, Angustias, comprometida con Pepe, representa la conformidad social. A pesar de su riqueza, es triste y solitaria. Su matrimonio con Pepe simboliza cómo las convenciones limitan la libertad emocional.

Martirio:

Martirio, la segunda hija, amargada y enferma, también ama a Pepe. Llena de resentimiento, representa el sufrimiento de las mujeres marginadas, atrapadas en sus cuerpos y en un contexto social opresivo.

Poncia:

La criada, Poncia, con una visión clara de la situación, actúa como conciencia moral. Observa y comenta, ofreciendo una perspectiva más amplia del conflicto. Su relación con Bernarda es compleja, respetándola pero criticándola en privado.

Pepe el Romano:

Aunque ausente físicamente, Pepe es el objeto de deseo de las hermanas. Representa la liberación para Adela, pero también la frustración para las demás. Ambiguo, simboliza el deseo y la esperanza, pero también el egoísmo y la manipulación.

Género literario:

Obra teatral en tres actos, con diálogos y monólogos. Sigue la tradición de la tragedia, con conflictos intensos y desenlace fatal. Los personajes luchan contra fuerzas mayores, como las restricciones sociales y familiares, enfocándose en el sufrimiento, la opresión y la fatalidad.

Características formales en relación con Lorca:

La obra refleja la poesía y el simbolismo de Lorca, con imágenes como el silencio, la muerte, el color negro y el agua. Incorpora la cultura popular española y el folklore andaluz.

Características formales en relación con la época:

Parte de la Generación del 27, mezcla lo clásico y lo moderno. Utiliza elementos del teatro griego, como el chorus implícito y el destino trágico, junto con técnicas modernas como el simbolismo, el surrealismo y la angustia existencial. Refleja las tensiones de la sociedad española, entre el conservadurismo y el deseo de cambio, representativo de la situación pre-Guerra Civil.

En resumen, la obra es una tragedia con la marca de Lorca en sus símbolos, tensión emocional y crítica social. Refleja el contexto de la España de los años 30 en sus dinámicas familiares y sociales.