Características y evolución del teatro de Buero Vallejo: Un estudio de ‘Historia de una escalera’

Contexto y características del fragmento de *Historia de una escalera*

A la vista del siguiente fragmento de Historia de una escalera, de Buero Vallejo, se explican las características que permiten atribuirlo a su autor o a su época (teatro posterior a la Guerra Civil).

FERNANDO: (Abrazándola por el talle) Carmina, desde esta mañana voy a trabajar de firme por ti. Quiero salir de esta pobreza, de este sucio ambiente. Salir y sacarte a ti. Dejar para siempre los chismorreos, las broncas entre vecinos… Acabar con la angustia del dinero escaso, de los favores que abochornan como una bofetada, de los padres que nos abruman con su torpeza y su cariño servil, irracional…

CARMINA: (Reprensiva) ¡Fernando!

FERNANDO: Sí. Acabar con todo esto. ¡Ayúdame tú! Escucha: voy a estudiar mucho, ¿sabes? Mucho. Primero me haré delineante. ¡Eso es fácil! En un año… Como para entonces ya ganaré bastante, estudiaré para aparejador. Tres años. Dentro de cuatro años seré un aparejador solicitado por todos los arquitectos. Ganaré mucho dinero. Por entonces tú serás ya mi mujercita, y viviremos en otro barrio, en un pisito limpio y tranquilo. Yo seguiré estudiando. ¿Quién sabe? Puede que para entonces me haga ingeniero. Y como una cosa no es incompatible con la otra, publicaré un libro de poesías, un libro que tendrá mucho éxito…

CARMINA: (Que le ha escuchado extasiada) ¡Qué felices seremos!

FERNANDO: ¡Carmina! (Se inclina para besarla y da un golpe con el pie a la lechera, que se derrama estrepitosamente. Temblorosos, se levantan los dos y miran, asombrados, la gran mancha blanca en el suelo).

Introducción a la obra de Buero Vallejo

Antonio Buero Vallejo es un autor perteneciente al teatro posterior a la Guerra Civil, una época difícil para este género, pues no solo los grandes maestros (Valle-Inclán y Lorca) habían muerto, sino que la mayoría de los autores importantes se habían exiliado. Buero Vallejo comienza a escribir en los años 40 y continúa en los 50. Junto con Alfonso Sastre, constituye uno de los autores más representativos de la dramaturgia de posguerra.

Buero Vallejo se caracteriza por combinar lo social y político con lo existencial. En sus obras subyace la tragedia del deseo de realización humana, truncado por las limitaciones sociales. Desarrollará una extensa obra en la que, mediante procedimientos de ocultación, expone críticas a determinados aspectos del régimen franquista (prisioneros políticos, falta de libertad creativa, etc.).

Además de un uso exhaustivo de los elementos escénicos (iluminación, juegos con los decorados o el sonido), Buero utiliza un procedimiento que le permitirá burlar la censura: la presentación de los acontecimientos como hechos históricos, con lo que el autor se desentiende (hasta cierto punto) de las palabras de sus personajes.

Una constante en la obra de Buero será también la aparición de personajes con taras físicas o mentales, que se convierten en un símbolo de la sociedad española, mutilada por el régimen franquista.

Etapas en la obra de Buero Vallejo

Se distinguen tres etapas principales en su obra:

  1. Etapa existencial (hasta 1957): Destacan Historia de una escalera (1949), obra a la que pertenece el texto seleccionado, y En la ardiente oscuridad (1950). En ambas, los personajes se mueven entre ilusiones y esperanzas de escapar de la triste realidad, rasgo que podemos encontrar en el fragmento, en el que el personaje de Fernando sueña con convertirse en aparejador, publicar su libro de poemas y salir de la miseria en que vive: “Dentro de cuatro años seré un aparejador solicitado por todos los arquitectos. Ganaré mucho dinero. Por entonces tú serás ya mi mujercita, y viviremos en otro barrio, en un pisito limpio y tranquilo”. La escalera donde se desarrolla la acción simboliza la inmovilidad social y personal (en el fragmento, se advierte la localización en un edificio de pisos por la referencia a “las broncas entre vecinos”). Otro rasgo representativo es la frustración de unos personajes a los que la realidad les impide cumplir sus sueños y proyectos, lo que en el fragmento se plasma a través del carácter simbólico que adquiere la caída de una vasija que derrama su contenido y que los despierta de su ensoñación: “Se inclina para besarla y da un golpe con el pie a la lechera, que se derrama estrepitosamente. Temblorosos, se levantan los dos y miran, asombrados, la gran mancha blanca en el suelo”.
  2. Etapa social: Serie de obras de temas históricos en las que el pasado sirve para reflexionar sobre el presente. Buero burla así la censura y llega al público (posibilismo). Se inicia en 1958 con el estreno de Un soñador para un pueblo, sobre la figura de Esquilache. Otras obras destacadas son Las Meninas (1960) y El concierto de San Ovidio (1962). La doble historia del doctor Valmy y El tragaluz (1967) pueden considerarse obras de transición (introduce personajes que actúan como narradores y que comentan los hechos que suceden en el escenario).
  3. Etapa de renovación formal (a partir de 1970): La acción llega a través de la visión subjetiva de uno de los personajes (efectos de inmersión). En El sueño de la razón (1970), el público vive la sordera de Goya; en Llegada de los dioses (1971), el espectador ve en el escenario las alucinaciones de Julio, que es ciego; en La fundación (1974), el público cree con Tomás, mentalmente trastornado, que la celda en que esperan varios condenados a muerte es una lujosa fundación; y en La detonación (1977) nos presenta los pensamientos de Larra en los breves minutos que anteceden al pistoletazo con el que acaba con su vida.

Obras posteriores a la Transición

A partir de la Transición, Buero seguirá estrenando obras como Jueces en la noche (1979), Caimán (1981), Lázaro en el laberinto (1986) o Misión al pueblo desierto (1999).