Literatura Española en el Siglo XVIII
El siglo XVIII es, en toda Europa, el Siglo de las Luces. Es un siglo expansivo y optimista, marcado por la crisis del Antiguo Régimen, en el que se imponen la razón y la crítica frente a la autoridad.
La Ilustración
Se conoce como Ilustración el movimiento cultural e ideológico que se desarrolló en Europa en el siglo XVIII. Los ilustrados creen en la necesidad de cambios y reformas en la sociedad, y buscan el progreso de la raza humana por medio de la razón; además, la verdad y el saber hacen libre al hombre. Son amantes del ser humano (filántropos), piensan que éste es bueno por naturaleza y abogan por la solidaridad y la fraternidad. Tienen un espíritu laicista, defienden la libertad espiritual y la tolerancia religiosa. La mayoría son partidarios de la religión natural (deísmo).
Con sus obras buscan enseñar deleitando (docere et delectare); así, la literatura es para ellos un medio para educar al pueblo, para cambiar la forma de pensar y, por tanto, de actuar, consiguiendo así el anhelado progreso. De aquí surge el afán didáctico que les caracteriza; la importancia de la prensa y los periódicos será decisiva en este momento. Pero también se preocupan por la estética, y proponen una vuelta a las reglas y al orden de la cultura clásica (Neoclasicismo).
El Ensayo
El ensayo es el género preferido por los autores de la época: su carácter didáctico, las posibilidades que ofrece para tratar temas prosaicos y para argumentar y exponer ideas con una finalidad divulgativa, consigue educar a los lectores. Entre los ensayistas más importantes del siglo XVIII se encuentran el Padre Feijoo, José Cadalso, Jovellanos e Ignacio Luzán.
Ignacio Luzán
Luzán escribió su Poética, una obra en la que se expone cómo escribir según la estética neoclásica española. Luzán explica que es necesario observar la realidad y unir conocimiento e inspiración para crear una obra verosímil capaz de enseñar deleitando.
Jovellanos
Jovellanos demuestra un estilo claro, conciso, sobrio y elegante; escribió numerosos ensayos analizando la situación de España en distintos aspectos y proponiendo cambios y reformas. En ellos trata temas:
- Culturales y artísticos: Memoria sobre la policía de espectáculos y diversiones públicas; Memorias histórico-artísticas de arquitectura, etc.
- Económicos: Informe en el expediente de la ley agraria, Informe sobre el fomento de la marina mercante, etc.
- Políticos: Memoria en defensa de la Junta Central, Elogio de Carlos III, etc.
- Didácticos y científicos: Memoria sobre la educación pública, Oración sobre el estudio de las Ciencias Naturales, etc.
- Jurídicos, etc.
Entre sus ensayos también encontramos algunas cartas y nueve diarios. También es autor de dos sátiras: Sátira a Ernesto y Canto guerrero.
Padre Feijoo
El Padre Feijoo consiguió consolidar definitivamente el castellano como lengua culta frente al latín. En sus ensayos utiliza un método experimental y los criterios de la razón para eliminar cualquier error en diversos temas de interés general. Además, destaca por su amplitud de miras, aprecia otras culturas y la obra de escritores extranjeros. Su obra más importante, Teatro crítico universal, es una miscelánea que recoge tanto temas humanísticos como científico-divulgativos, con una gran crítica de las falsas creencias populares y una propuesta reformista de la enseñanza. En sus Cartas eruditas y curiosas tiene una intención parecida a la anterior, pero está escrita en forma epistolar, con un lenguaje más coloquial.
José Cadalso
José Cadalso destaca por su obra de carácter neoclásico con matices románticos. Su obra Noches lúgubres, en la que relata cómo un hombre desesperado por la muerte de su amada piensa en desenterrarla, se considera prerromántica. En Eruditos a la violeta critica la superficialidad y la ineptitud. Pero su obra más destacada es Cartas marruecas, 90 cartas en las que emplea el perspectivismo para reflexionar sobre temas morales, la sociedad contemporánea y sobre la historia de España de una forma humana, viva y palpitante. Busca criticar, pero le duele España, convirtiéndose en el precedente de Larra y de autores de la Generación del 98.
La Narrativa
Dentro de la narrativa de la época destacan:
- Diego Torres y Villarroel (Visiones y visitas de Torres con Quevedo por Madrid; Vida, ascendencia, nacimiento, crianza y aventuras del doctor Don Diego Torres y Villarroel)
- El Padre Isla (Historia del famoso predicador fray Gerundio de Campazas)
- Pedro de Montegón con su Eusebio.
El Teatro
En el teatro del siglo XVIII encontramos tres tendencias:
- Un teatro postbarroco que carece de interés por su falta de didactismo y por la repetición de temas barrocos.
- Una corriente popular en la que destaca el sainete de Ramón de la Cruz.
- Otra neoclásica que engloba la tragedia (de mala calidad) y la comedia.
Las comedias neoclásicas se caracterizan por la verosimilitud que le aportan el realismo y la naturalidad, por respetar la norma de las tres unidades, por la aparición de personajes de clase media y por el didactismo propio de la época. En la comedia neoclásica destaca Leandro Fernández de Moratín (El viejo y la niña, El sí de las niñas, La comedia nueva, El barón, La mojigata…), que escribe sobre conciertos matrimoniales y sobre la educación de los jóvenes de su tiempo, y critica la comedia popular de su tiempo. Su obra supone la plenitud de la comedia neoclásica.
El Sainete
El sainete de Ramón de la Cruz, a pesar de su falta de didactismo y la simplicidad de un costumbrismo superficial, es de gran interés por recoger la tradición y la cultura popular de su época, y por contribuir a que ésta se consolidara. Escribió sainetes de costumbres (La pradera de San Isidro), satíricos (El petimetre), de crítica social y literaria (Manolo), etc.
La Poesía
Dentro de la poesía, hay muchas tendencias, grupos y escuelas en este siglo. La poesía ilustrada se caracteriza por su oposición a la barroca, por la renovación de la estética poética, basada ahora en la sencillez expresiva y no en el retoricismo. Encontramos una gran variedad de temas:
- La naturaleza
- La mujer
- La amistad
- El beatus ille
- Los avances de la ciencia y la técnica
Destaca el gusto por temas prostibularios y sexuales (El arte de las putas de Nicolás Fernández de Moratín, y El jardín de Venus de Félix Samaniego). Acorde con los ideales de la época, existe una poesía didáctica encarnada en la fábula, donde destacan Iriarte y Samaniego con sus respectivas colecciones de fábulas.