Autores Exiliados
Francisco Ayala (1906-2009)
Su obra está comprometida con el ser humano y con la sociedad, con una profunda carga intelectual. Destacan obras como Muertes de perro (1958).
Ramón J. Sender (1901-1982)
Autor comprometido y realista, de gran fuerza creadora. Una de sus obras más conocidas es Siete domingos rojos (1932).
Max Aub (1903-1972)
Su obra es testimonial, crítica y comprometida con el ser humano y la sociedad, al igual que su teatro. Destaca El laberinto mágico, escrita entre 1943 y 1965.
Rosa Chacel (1898-1994)
Los temas principales en su obra son la razón, la soledad y la libertad. Una de sus novelas más importantes es Teresa (1941).
Década de los Cuarenta
Camilo José Cela (1916-2002)
Supuso un punto de inflexión en la literatura de posguerra con obras como Nuevas andanzas y desventuras de Lazarillo de Tormes (1944). En La colmena introduce novedades formales como la ruptura cronológica, la falta de un argumento definido y la objetividad conseguida al dejar hablar a sus personajes. El tema principal es la incertidumbre, y el lenguaje utiliza la ironía.
Carmen Laforet (1921-2004)
Su narrativa se caracteriza por el relato en primera persona, con tintes existencialistas y carácter autobiográfico.
Miguel Delibes (1920-2010)
Sus obras se ambientan en entornos rurales y pequeñas ciudades. Se pueden distinguir tres etapas: la primera, con La sombra del ciprés es alargada; la segunda, con El camino (1950); y la tercera, donde experimenta con nuevas técnicas. Los temas recurrentes son la infancia, la guerra, el amor, la naturaleza, la soledad, la muerte, la denuncia social y las injusticias.
Década de los Cincuenta
Se distinguen dos tendencias: el realismo objetivista (conductismo) y el realismo crítico, que muestra la opinión del autor sobre las injusticias. Los temas principales son la vida en el campo, en el mar, el mundo del trabajo, la ciudad, la vida burguesa y la Guerra Civil.
Rafael Sánchez Ferlosio (1927-2019)
Con El Jarama (1955) ofrece un buen ejemplo de realismo objetivista.
Ana María Matute (1925-2014)
Destaca su obra Los Abel (1948).
Ignacio Aldecoa (1925-1969)
Autor de El fulgor y la sangre (1954).
Carmen Martín Gaite (1925-2000)
Autora de Entre visillos (1957).
Década de los Sesenta
Se produce una etapa de renovación y experimentación con las técnicas de la novela, como consecuencia del agotamiento del realismo anterior. Se caracteriza por la ruptura del orden cronológico, cambios en la estructura, la difuminación de la trama, la concentración o reducción del espacio, el perspectivismo, el uso de elementos paraverbales y un lenguaje rico en recursos retóricos.
Luis Martín-Santos (1924-1964)
Su obra Tiempo de silencio supone una exploración social que abarca desde las clases intelectuales acomodadas hasta el lumpen proletariado, pasando por una burguesía decadente. Utiliza la ironía, desajustes entre realidad y ficción, cierta discordancia cronológica, las tres personas narrativas, abundantes elementos metafóricos, descripciones, diálogos, monólogos, digresiones, mezcla de géneros, un lenguaje rico y preciso, y numerosas figuras retóricas.
Juan Goytisolo (1931-2017)
Autor de Juegos de manos (1954).
Década de los Setenta
Se caracteriza por el realismo, la influencia de los medios de comunicación, la variedad de temas y estilos, y la diversidad de géneros.
Francisco Umbral (1932-2007)
Magnífico estilista, con un lenguaje ágil, variado y expresivo. Destaca Mortal y rosa (1975).
Manuel Vázquez Montalbán (1939-2003)
Uno de los “novísimos”, reavivó el género policiaco con obras como Yo maté a Kennedy (1972).
Eduardo Mendoza (1943-)
Introduce el experimentalismo al unir la intriga tradicional con técnicas experimentales, investigando diversos géneros y estilos. Destaca El laberinto de las aceitunas (1982).
Juan José Millás (1946-)
Autor de El mundo (2007).
José María Merino (1941-)
Conjuga en sus relatos el gusto por narrar con la experimentación técnica, como en Novela de Andrés Choz (1976).
De los Ochenta a la Actualidad
Las tendencias principales son la novela especular o metanovela, la novela de intriga o policiaca, la novela histórica, la novela de autoficción, la novela psicológica e intimista, la novela lírica y estilística, y la novela culturalista.
Últimos Años
Se caracteriza por la influencia de escritores anglosajones, el distanciamiento de la Guerra Civil y la posguerra, la parodia de los productos de los medios de comunicación, temas como el problema del paro y sus consecuencias, y la combinación de la calidad literaria con el marketing.
El Ensayo de Posguerra
Durante los años cuarenta y principios de los cincuenta, los principales temas giran en torno a España desde la perspectiva ideológica de la dictadura. En los cincuenta, una cierta apertura ideológica permite la asimilación de autores extranjeros. En los sesenta y setenta, diversos acontecimientos culturales impulsan el género ensayístico. Con la democracia, resurge el ensayo político, a menudo heterodoxo y antidogmático, en la prensa. En los ochenta y noventa, el ensayo se centra en los cambios sociales, con un lenguaje divulgativo para un público amplio.