Ascenso y Crisis de la Segunda República Española: Elecciones, Reformas y Conflictos (1931-1936)

La Segunda República Española: De la Esperanza a la Guerra (1931-1936)

El Fin del Bienio Conservador y las Elecciones de 1936

En el otoño de 1935, durante la fase final del bienio conservador o radical-cedista (1933-1935), una grave crisis de gobierno sacudió España. El Partido Radical se vio afectado por escándalos de corrupción como el caso del estraperlo (una ruleta trucada que, mediante sobornos, se intentó implantar en varios casinos) y el asunto Nombela (malversación de fondos por políticos radicales). Estos escándalos debilitaron la coalición gubernamental. Los radicales de Lerroux perdieron legitimidad y se hizo evidente la necesidad de un cambio en el poder.

Gil Robles (líder de la CEDA) intentó ser nombrado presidente del gobierno, pero el presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, se opuso. A finales de diciembre, Alcalá Zamora convocó elecciones para febrero de 1936.

Para las elecciones, los partidos de izquierda (republicanos, socialistas y comunistas) se unieron en el Frente Popular, una coalición con un programa que incluía:

  • Amnistía para los encarcelados por la revolución de octubre de 1934.
  • Reintegración de cargos y empleos para los represaliados políticos.
  • Aplicación de la legislación reformista suspendida.

La CNT no se unió al pacto, pero no pidió la abstención, lo que implicaba un apoyo tácito al Frente Popular. Los partidos de derecha formaron coaliciones (Bloque Nacional: CEDA, monárquicos y tradicionalistas), pero no lograron una candidatura única ni un programa consensuado.

El Frente Popular ganó las elecciones con el 48% de los votos. Las derechas obtuvieron el 46,5% y el centro el 5,4%. La derecha predominó en las dos Castillas, León, Navarra y parte de Aragón, mientras que la izquierda triunfó en las grandes ciudades (Madrid, Barcelona, Valencia), zonas industriales y regiones del litoral.

La Caída de la Monarquía y la Proclamación de la República

Tras la dimisión de Primo de Rivera, el rey Alfonso XIII intentó restaurar la normalidad constitucional con la “dictablanda” de Berenguer, pero su impopularidad y la crisis de los partidos dinásticos lo impidieron. En 1930, los partidos antimonárquicos firmaron el Pacto de San Sebastián para instaurar la República. Hubo intentos de sublevación militar, como la fallida Sublevación de Jaca.

En febrero de 1931, Berenguer dimitió y el almirante Aznar convocó elecciones municipales el 12 de abril. El triunfo republicano en las ciudades llevó a la proclamación de la II República el 14 de abril y al exilio de Alfonso XIII. Se formó un Gobierno Provisional con los firmantes del Pacto de San Sebastián, que convocó elecciones a Cortes en junio, ganadas por la coalición republicano-socialista.

Los principales partidos eran:

  • Republicanos de centro-derecha: Partido Radical (Lerroux) y Derecha Liberal Republicana (Alcalá Zamora y Miguel Maura).
  • Republicanos de izquierda: Acción Republicana (Azaña), Partido Radical Socialista y Ezquerra Republicana.
  • PSOE: Principal organización obrera, dividida entre moderados (Prieto) y radicales (Largo Caballero).

La Constitución de 1931 y el Gobierno Republicano-Socialista

El gobierno republicano-socialista redactó la Constitución de 1931, que establecía:

  • Soberanía popular basada en los trabajadores.
  • República presidencialista.
  • Separación Iglesia-Estado (aconfesionalidad y laicismo).
  • Derecho de autonomía.
  • Sufragio universal, incluyendo el voto femenino (tras un intenso debate).

La Constitución reflejaba principalmente las ideas de la izquierda, provocando la dimisión de Alcalá Zamora por la cuestión religiosa y su sustitución por Azaña. La Derecha Republicana y el Partido Radical abandonaron la coalición. Alcalá Zamora fue nombrado Presidente de la República.

El Bienio Reformista (1931-1933): Las Reformas de Azaña

Entre 1931 y 1933, Azaña presidió el gobierno con republicanos de izquierda y socialistas, impulsando reformas para modernizar España:

  • Reforma Agraria: Buscaba corregir la mala distribución de la tierra, permitiendo la expropiación de latifundios. Su lenta implantación generó impaciencia y ocupaciones de tierras.
  • Reforma Laboral (Largo Caballero): Mejoró las condiciones de los asalariados con leyes sobre desempleo, derecho a huelga, vacaciones y jornada de 8 horas en el campo. La oposición de caciques y empresarios impidió su plena aplicación.
  • Reforma Militar: Buscaba reducir la intervención del ejército en política y el número de oficiales (Ley de Retiro, supresión de la Academia Militar de Zaragoza, creación de la Guardia de Asalto).
  • Autonomía de Cataluña: Estatuto de Nuria (1932). En el País Vasco, el Estatuto se aprobó en 1936, tras la guerra civil, debido a la oposición inicial del PNV y la cuestión religiosa en Navarra.
  • Cuestión Religiosa: Política laicista (matrimonio civil, divorcio, expulsión de la Compañía de Jesús), generando oposición entre los católicos, agravada por la quema de iglesias en 1931.
  • Educación: Impulso a la escuela pública y laica, ampliando escuelas e institutos y promoviendo las Misiones Pedagógicas.

Las reformas generaron crispación. A la oposición de monárquicos (golpe de Sanjurjo de 1932) se sumó la hostilidad de propietarios, militares y católicos. El descontento de anarquistas y campesinos llevó a huelgas y ocupaciones, con enfrentamientos en Arnedo y Casas Viejas, cuya represión provocó la ruptura de la coalición y la dimisión de Azaña.

En este periodo se aprobó el voto femenino, tras el debate entre Clara Campoamor y Victoria Kent. Aunque los republicanos de izquierda y centro votaron en contra, la medida se aprobó con apoyo del PSOE, la derecha católica y nacionalistas, permitiendo a las mujeres votar en 1933.

El Bienio Conservador o Radical-Cedista (1933-1935)

Tras la crisis de Casas Viejas, la coalición republicano-socialista se rompió. Azaña dimitió y se convocaron elecciones en 1933. Socialistas y republicanos de izquierda se presentaron por separado, mientras que las derechas se reorganizaron. La CEDA (Gil Robles) se convirtió en la principal fuerza de la derecha, aunque dividida internamente. A su derecha, partidos como Renovación Española (Calvo Sotelo), la Comunión Tradicionalista Carlista y Falange Española y de las JONS (Primo de Rivera) mostraban hostilidad a la República.

La CEDA obtuvo 115 diputados y el Partido Radical (Lerroux), 102, formando un gobierno radical con apoyo parlamentario de la CEDA. Gil Robles no presidió el gobierno por su tendencia autoritaria. Bajo Lerroux, se paralizaron las reformas:

  • Devolución de tierras a terratenientes.
  • Presupuesto para el culto y clero.
  • Amnistía a Sanjurjo y otros golpistas.

El PSOE, influenciado por su ala radical (Largo Caballero), promovió huelgas. En octubre de 1934, cuando la CEDA obtuvo tres ministerios, la UGT convocó una huelga general revolucionaria. Lluis Companys proclamó el Estado Catalán. En Asturias, una insurrección de mineros socialistas, anarquistas y comunistas tomó la cuenca minera y sitió Oviedo. El gobierno declaró el estado de guerra y envió al Ejército de África, sofocando la revuelta (1.500 muertos).

La Revolución de Octubre de 1934 fortaleció el autoritarismo de la CEDA. Se detuvo a 30.000 personas, se suspendieron la Ley de Reforma Agraria y el Estatuto de Cataluña, y se anuló el proyecto de reforma constitucional.

En septiembre de 1935, el gobierno de Lerroux cayó por los escándalos del Estraperlo y Nombela. Alcalá Zamora rechazó a Gil Robles y nombró a Manuel Portela Valladares, pero ante la falta de apoyo, se convocaron elecciones en febrero de 1936.

El Frente Popular y el Golpe de Estado de 1936

En 1935, el gobierno radical de Lerroux se debilitó por los escándalos de corrupción (Estraperlo y Nombela). Gil Robles intentó asumir el gobierno, pero fue rechazado por Alcalá Zamora, quien convocó elecciones en febrero de 1936.

El Frente Popular (republicanos, socialistas y comunistas) ganó con el 48% de los votos, mientras la derecha dividida obtuvo el 46,5%. El nuevo gobierno, liderado por Azaña y Casares Quiroga, impulsó reformas:

  • Amnistía a los presos de la revolución de 1934.
  • Restauración del Estatuto de Autonomía de Cataluña.
  • Medidas agrarias.

La movilización popular se intensificó (huelgas, ocupaciones de tierras). El PSOE (Largo Caballero) y los anarquistas defendían posturas radicales. La derecha respondió con oposición, destacando la Falange Española, que empleó la violencia.

Los militares organizaron un golpe, liderado por el general Mola, con apoyo de monárquicos, carlistas, falangistas y contactos con Italia y Alemania. El asesinato de Calvo Sotelo (14 de julio) aceleró la conspiración. El 17 de julio, la sublevación comenzó en Melilla, extendiéndose a otras guarniciones (18 y 19 de julio). Franco lideró el Ejército de África hacia la Península. Los sublevados controlaron zonas clave (Pamplona, Sevilla, Castilla la Vieja). El gobierno reaccionó tarde y entregó armas a las milicias.

El golpe, previsto como una toma rápida del poder, fracasó y desembocó en la Guerra Civil.