Arte Ibérico: Escultura, Santuarios y Necrópolis en la España Prerromana

Arte Ibérico: Un Legado Cultural en la Península Ibérica

Contexto Histórico y Geográfico

Los antiguos griegos denominaban Iberia a la península ibérica, aunque este término se aplicaba principalmente a las tierras que se extendían a lo largo de la costa mediterránea. Las culturas ibéricas, que florecieron en la España prerromana, alcanzaron un notable nivel de desarrollo urbano. Su influencia se extendió desde la baja Andalucía y el estrecho de Gibraltar hasta los Pirineos, abarcando una amplia franja de territorio que bordeaba el mar, desde el Atlántico onubense y gaditano hasta toda la costa mediterránea hispana.

Desarrollo y Características del Arte Ibérico

El arte ibérico, que se desarrolló entre los siglos VI y I a.C., con su apogeo en los siglos V y IV a.C., es el resultado de la interacción entre las poblaciones indígenas del litoral e interior, donde la influencia tartésica era significativa, y los pueblos más desarrollados del Mediterráneo oriental que llegaron a la península en busca de metales. Este arte refleja diversas influencias: el sustrato tartésico, la influencia oriental a través de los fenicios, la influencia griega, púnica y, posteriormente, la romana. Todo ello confluyó en un arte con una marcada personalidad.

Características Generales

  • El arte ibérico se centra en torno a santuarios y necrópolis.
  • La arquitectura tiene una importancia secundaria, al menos según los hallazgos actuales.
  • La escultura es la manifestación artística más representativa.
  • Destacan también la orfebrería y, especialmente, la cerámica.

La Escultura Ibérica

A partir de la segunda mitad del siglo VI a.C., la mayoría de los pueblos ibéricos experimentaron una rápida evolución hacia formas de cultura urbana relativamente desarrolladas. Entre los logros más destacados de esta evolución se encuentra la escultura mayor en piedra. Por razones aún no del todo claras, estas culturas sintieron la necesidad de plasmar sus concepciones religiosas de una manera diferente a como se había hecho hasta entonces en la Península, y la escultura fue el medio principal que utilizaron.

La creación de este tipo de obras presupone varios factores:

  • La existencia de fuertes convicciones religiosas, sociales y estéticas.
  • La presencia de talleres y artesanos especializados con conocimientos técnicos avanzados.
  • Individuos poderosos que encargaban las obras.
  • Una sociedad capaz de comprender y asimilar dichas obras.

Estatuas y Relieves en Piedra

Las estatuas y relieves están esculpidos en piedra caliza, una variedad muy blanda que, al ser extraída de la cantera, se podía labrar fácilmente. Al estar expuestas a la intemperie, la piedra se endurecía. Estas obras estaban policromadas.

Damas

Las damas fueron concebidas como monumentales urnas funerarias, ya que presentan en la espalda un hueco para contener las cenizas del difunto. El rico vestuario y las joyas que portan reflejan la alta consideración de la mujer en esta sociedad.

  • La Dama de Elche (La Alcudia de Elche, siglo V a.C.): Se trata del busto de una joven profusamente engalanada. En la parte trasera tiene una oquedad, utilizada como depósito cinerario. Posiblemente fuera una figura de cuerpo entero. Está realizada en caliza porosa. La joven presenta una actitud rigurosamente frontal, viste camisa, túnica y manto sobre los hombros. Un gran collar triple cubre su pecho, y la cabeza se adorna con un complejísimo tocado: un velo sobre peineta y dos grandes rodetes laterales a los que van unidos los pendientes. Destaca la fuerte helenidad de su rostro y la fuerte ibericidad de su atuendo. Es la más perfecta de las esculturas ibéricas encontradas hasta ahora.

  • La Dama de Baza (siglo V a.C.): Descubierta en 1971 por el profesor Francisco Presedo en una tumba de la necrópolis de Baza. La obra, realizada en piedra caliza tallada en un solo bloque, representa a una dama sentada en un trono, con los pies sobre un escabel. El trono tiene sus patas delanteras terminadas en garras de león y el respaldo ensanchado formando dos grandes alas. En su lateral derecho lleva una oquedad que contenía los huesos quemados de un difunto, por lo que la escultura servía de urna funeraria. La dama viste doble camisa blanca, túnica azul orlada con cenefa de ajedrezado en rojo, y manto de igual policromía que le cubre la cabeza. Sobre el pecho, dos grandes collares con los mismos motivos que los de Elche, y en el cuello, tres collares más. Sobre la cabeza, un profuso tocado, similar al de Elche, con algunas variantes: la ausencia de los grandes rodetes y que a aquella el manto le dejaba la cabeza descubierta. En las orejas, sendos pendientes prismáticos muy voluminosos. Asoman bajo el tocado mechones de pelo negro. La mano derecha descansa abierta sobre su rodilla, y la izquierda, cuajada de anillos, sujeta a un pajarillo.

  • La Gran Dama Oferente del Cerro de los Santos (siglo IV a.C.): El Cerro de los Santos es un santuario donde se han encontrado gran cantidad de esculturas. La Gran Dama Oferente es la obra más conocida. Vestida con camisa doble que abrocha en el cuello con un pasador en T, túnica y manto decorado con zigzag, que deja la cabeza al descubierto. Entre sus manos sostiene un vaso que ofrece a la deidad. El pecho está cubierto por cuatro collares. En la cabeza lleva un complejo tocado del que le cuelgan dos pendientes terminados en aretes. Se caracteriza por un gran esquematismo, debido a la incapacidad del autor para distinguir las materias de las distintas partes de la modelo. El tamaño es un poco inferior al natural. Junto a ella han aparecido damas sedentes y estantes, varones estantes, un posible matrimonio, cabezas tocadas y desnudas, y una amplia variedad de peinados tanto masculinos como femeninos. Quizás el santuario tuviera relación con la salud a través de manantiales curativos, lo que justificaría su prolongada pervivencia: desde el siglo IV a.C. hasta la etapa romano-republicana.

Representaciones de Animales

Son esculturas de bulto redondo. Se desconoce el destino para el que fueron realizadas. Se barajan varias posibilidades: guardianes de las puertas del poblado, guardianes mágicos de tumbas y de lugares de culto para protegerlos de los malos espíritus, o portadores de la fuerza de una divinidad. Son figuras de leones, toros, esfinges, bichas (grifos). Se relacionan estilísticamente con esculturas de Mesopotamia que llegarían en forma de estatuillas pequeñas y de asas de arquetas de marfil.

  • El dios-toro de Porcuna (Jaén, siglo IV a.C.): Muy estilizado, con decoración geométrica y escápulas de placas adosadas.
  • El León de Baena.
  • Los leones de Nueva Carteya.
  • El Toro de Osuna (Sevilla).
  • La Bicha de Balazote (siglo IV a.C.): Representa a un ser mítico de cuerpo de toro y cabeza antropomorfa con cuernos, largas barbas y bigote. El rostro es anguloso y los labios muy prominentes, como queriendo subrayar los rasgos de bestialidad. Por el lado derecho no está esculpido, sino que formaba parte de un sillar. La iconografía es idéntica a la de Aqueloo, de las monedas sículas, el dios-río contra el que luchó Heracles. Estaría situado en una torre funeraria.
Relieves

Son frecuentes también los relieves encontrados en los distintos yacimientos excavados, con temas muy variados.

  • En el Cerrillo Blanco de Porcuna se han encontrado numerosos relieves representando luchas entre dos contendientes, entre animales y entre hombres y animales. Pertenecen al siglo V a.C.
  • Los Relieves de Osuna aparecieron como sillares reutilizados en la muralla de Urso, del siglo III y II a.C.

Estatuillas de Bronce

Conocidas como muñecos por sus buscadores y traficantes, estas pequeñas estatuillas de bronce (de 4 a 2 cm) resultan muy interesantes para conocer la indumentaria (vestidos, adornos, armas) de la población ibérica. Tienen una acusada influencia de la Grecia Arcaica.

Tipos de Estatuillas

  • Guerreros: A pie o a caballo. Eran exvotos dedicados a los dioses, toscamente tallados, de rasgos esquemáticos. Llevan armas (casco, lanza, jabalina, falcata).
  • Mujeres: Aparecen representadas con mantos que les cubren la cabeza y el vestido ceñido al cuerpo. Se muestran en actitud de ofrecer palomas.
  • Animales.