Arquitectura y Escultura del Renacimiento Español

Arquitectura española

El Renacimiento italiano suponía la ruptura con algún punto fundamental para España, como era el cristianismo y nuestro pasado con la conquista de Granada, el descubrimiento de América… Y en el ámbito arquitectónico, el Renacimiento italiano no ofrecía ningún tipo de templo que hiciera olvidar la belleza de los templos góticos españoles. El palacio florentino resultaba más atractivo que los viejos palacios hispano-flamencos: más cómodos, más bellos y baratos.

A pesar de esto, los elementos de la arquitectura renacentista fueron penetrando en la península, donde irían siendo incorporados hasta el Renacimiento español, que se suele dividir en 3 etapas: el Plateresco (1500-1530), Purismo (1530-1560) y Escurialense (1560-1590).

La arquitectura plateresca

Se caracteriza por su gran riqueza decorativa que nos recuerda a la escuela lombarda, recubre sus muros con paramentos almohadillados y sus fachadas con una decoración de candelabros, festones, etc. Elementos característicos son la columna abalaustrada con su fuste estrangulado, el capitel alcarreño, el pilar con zapata, las enjutas con medallones; los arcos característicos de medio punto, carpanel y un derivado del conopial que se utiliza en Salamanca; en las cubiertas con artesonados con labores de lacería mudéjar, alfardones y almizates.

Los arquitectos del plateresco son Lorenzo Vázquez (por introducir las formas renacentistas en España, el primero en utilizar el paramento almohadillado, sus obras son el Colegio de la Santa Cruz…), Juan de Álava (arquitecto de las catedrales de Plasencia y Salamanca y la fachada del convento de San Esteban). Salamanca es la ciudad del plateresco, su piedra de gran calidad, idónea para una labor minuciosa y cuidada, con su color rojizo. En Castilla la Nueva, a Alonso de Covarrubias se le atribuye el Palacio de Santa Cruz y la fachada del Palacio Arzobispal de Alcalá de Henares. Pedro Gumiel, con gran personalidad, denominada estilo Cisneros, su obra se encuentra entre el plateresco y mudéjar con gran personalidad utilizando el ladrillo, el yeso, y adoptando la técnica del esgrafiado como el ala capitular en la catedral de Toledo, la capilla de San Ildefonso.

Purismo

Los arquitectos españoles empiezan a desarrollar que la idea de belleza no reside en la belleza de las proporciones o la armonía del conjunto, en Italia significa la reacción bramantesca. La nueva arquitectura estará basada en la pureza de las líneas, que adquirirá un tono grandioso y monumental, los muros lisos quedando el almohadillado, las columnas de fuste liso y órdenes clásicos; el arco que se utiliza es el de medio punto, moldurado y con casetones en su intradós.

El primer arquitecto fue Diego de Siloé, que se le encargará la construcción de la catedral de Granada, se plantea respetar lo anterior haciendo una iglesia moderna introduciendo las formas clásicas que había aprendido en Italia intentando lograr un soporte con gran forma que el de los pilares góticos, lo resolverá levantando un pilar clásico sobre un altísimo pedestal. Otra obra, la escalera dorada de la catedral de Burgos. Otro arquitecto, Pedro de Machuca, su arquitectura muestra las formas del renacimiento español y desarrollará las formas bramantescas como el Palacio de Carlos V. Andrés de Vandelvira, discípulo de Siloé, trabajando junto a él en la iglesia del Salvador de Úbeda, le corresponde las columnas, la capilla mayor y la puerta; su obra es la catedral de Jaén, el hospital de Santiago y el ayuntamiento de Úbeda. En Castilla, con Alonso de Covarrubias trabajando en la Puerta de la Bisagra en Toledo rompiendo las normas de la arquitectura clásica, reservando el cuerpo de sillería para las torres, la fachada con un gran arco de triunfo y un arco central rematado con el escudo de los Austrias, sus obras: el Alcázar toledano, la iglesia de la Magdalena de Getafe, etc. Rodrigo Gil trabaja en Castilla, en la fachada de la Universidad de Alcalá de Henares, se interesa por destacar los elementos arquitectónicos.

Escurialense

En 1561, el traslado de la capital a Madrid por Felipe II hace surgir el estilo escurialense, significa que rompe con las formas arquitectónicas castellanas y no se pierde la tendencia al purismo, este éxito no lo alcanzó hasta el inicio del barroco. Felipe II mandó construir el Escorial para desagraviar la divinidad, su arquitectura es de estilo escurialense que se basa en la solidez de unas estructuras clásicas que carecen de decoración. El proyecto inicial fue encargado a Juan Bautista de Toledo, arquitecto que trabajó en Nápoles, fue aparejador de Miguel Ángel en la construcción de San Pedro; además de Juan Bautista de Toledo participaron también Fray Antonio de Villacastín y Pacciotto, Bergamasco y Juan de Herrera.

Escultura

La exaltación de las formas humanas en detrimento de la expresión de las figuras, esas formas clásicas, válidas para la escultura pagana, la decorativa, y la funeraria, pero es la escultura religiosa la que predomina en España. Se sigue manteniendo la idea de que la escultura debe representar la religión; por eso las formas italianas tardan en introducirse en la península. También es diferente lo italiano y lo español en lo técnico, frente al predominio del mármol al bronce en Italia, en España se labra la madera y más tarde se policroma y se trabaja un par de años después de ser cortada, el labrado se hace directamente o a partir de modelos, una vez tallada la figura se tapan las hendiduras, los defectos con yesos; más tarde se aplica pan de oro o plata y se pinta para después raspar (estofado) y obtener efectos bellos.

La primera etapa de la escultura renacentista en España; muchas familias nobles importan obras de Italia con estilo donatelliano, y se afincan algunos escultores en España como Fancelli, con el sepulcro del príncipe Don Juan y también de los Reyes Católicos; y Pietro Torrigiano, que llega a España por la disputa que tuvo con Miguel Ángel y le obligan a salir de la patria, con su obra el San Jerónimo sintoniza con la tradicional imaginería española junto a su dominio en hélice que tiende a alargar la figura; Felipe Bigarny, escultor francés de formas suaves y sosegadas, su obra el coro de la catedral de Toledo, además colabora con Diego de Siloé o Berruguete en la capilla del condestable de la catedral de Burgos. Siloé, escultor, hace la sillería del coro de San Benito en Valladolid; Bartolomé Ordóñez, estilo clásico con encargos importantes como los sepulcros de Doña Juana y Don Felipe el Hermoso.

En el segundo tercio, Miguel Ángel influye en nuestros escultores como en Alonso de Berruguete, que gozó de protección del emperador Carlos y la emperatriz Isabel y del cardenal Tavera; en Italia estudia a Donatello y a Miguel Ángel y creará un estilo de gran movimiento en que los gestos nunca se repitan, acentúa el contraposto y el movimiento serpentino; sus obras son el retablo de San Benito de Valladolid y la sillería del coro de la catedral de Toledo, y la capilla del hospital de Afuera, donde labra el sepulcro para el cardenal Tavera. Otro escultor, Juan de Juni, en su obra se interesa por la angustia anterior, sus temas preferidos son las piedades, los Cristos muertos, y los santos entierros, aunque también trabaja en alguna fachada… Sus obras como el Santo Entierro de Valladolid o el retablo de la Antigua de Valladolid.