Arquitectura Moderna y Movimientos Artísticos del Siglo XIX y XX
Escuela de Chicago
En el último tercio del siglo XIX, surge en Chicago un innovador movimiento arquitectónico que podemos considerar el punto de partida de la arquitectura contemporánea. Tras los devastadores incendios de la década de 1870, que destruyeron gran parte de la ciudad, surgió la necesidad de una reconstrucción rápida y eficiente. Se adoptaron estructuras metálicas que permitían alcanzar alturas elevadas, dando origen al rascacielos, emblema de las ciudades industriales desarrolladas. Chicago triunfó con nuevos materiales, tecnología y tipologías de edificios. En la Escuela de Chicago destacan arquitectos como Richardson y Sullivan, con obras como los grandes almacenes Carson, Pirie, Scott y Compañía. La idea central de la escuela era que “la forma siga a la función”, principio que influiría en la arquitectura posterior, especialmente en el racionalismo.
Modernismo
El Modernismo, conocido con diferentes nombres en otros países (Art Nouveau, Jugendstil, Sezession), se desarrolló aproximadamente entre 1880 y 1920, con su apogeo alrededor de 1890. Este movimiento, impulsado por la burguesía en busca de un arte más refinado que el historicismo y la arquitectura del hierro, perseguía la integración de todas las manifestaciones artísticas. Su campo más específico fueron las artes aplicadas o industriales, encontrando en el diseño decorativo de interiores y la ilustración gráfica su mejor forma de expresión. La ornamentación del edificio era fundamental, imitando las formas de la naturaleza, con predominio de la línea curva y ondulante y la representación de flores y animales. Destacan figuras como el escocés Charles Rennie Mackintosh, el belga Victor Horta (con la Casa Tassel), el francés Hector Guimard (con las entradas del metro de París) y el español Antoni Gaudí.
Antoni Gaudí (1852-1926)
Nacido en Reus en una familia de forjadores de hierro, Gaudí adquirió una sólida formación técnico-artesanal. Obtuvo el título de arquitecto, pero trabajó con libertad, alejándose de las posturas académicas. Desarrolló su actividad artística principalmente en Barcelona, ciudad de gran efervescencia cultural. Su obra se inspira en la naturaleza, incluyendo elementos arquitectónicos inspirados en el cuerpo humano, animales y vegetales. Dedicó la última parte de su vida a la Sagrada Familia.
En sus primeras obras, se aprecia la influencia del arte mudéjar en la utilización del ladrillo, azulejos y artesonados. Su arquitectura, llena de color y decorativismo, se caracteriza por el uso de arcos parabólicos. Realizó el Parque Güell, con sus fantasías creativas, y el Palacio Episcopal de Astorga, con referencias al gótico. En Barcelona, destacan la Casa Batlló y la Casa Milà (La Pedrera). En sus últimos años, su religiosidad se acentuó, derivando hacia el misticismo, lo que se refleja en el Templo de la Sagrada Familia, al que dedicó gran parte de su vida.
Neoclasicismo
El Neoclasicismo surge a finales del siglo XVIII, ligado a la Ilustración, un movimiento intelectual que criticaba las estructuras del Antiguo Régimen y aspiraba a un mundo basado en la razón. Esto explica su contenido moral y social.
Escultura Neoclásica
se caracteriza por la vuelta a la Antigüedad clásica debido al descubrimiento de Pompeya y Herculano. Buscan la belleza ideal, equilibrio y armonía. El material más utilizado es el mármol blanco, con superficies pulimentadas y brillantes. Los temas destacan los mitológicos. Hay un enorme interés por el desnudo idealizado. Las tipologías más utilizadas son los monumentos públicos (arcos de triunfo, columnas o retratos ecuestres). Destacan Thorvaldsen y Canova.La pintura neoclásica: también retorna al mundo clásico aunque no existían fuentes directas para su conocimiento. Se inspiran en la naturaleza buscando la belleza ideal. El dibujo adquiere especial importancia y es la línea que proporciona el conocimiento la forma a través de contornos firmes y seguros. La luz fría define volúmenes muy precisos, destaca la nitidez sobre fondos de gran sobriedad, donde suprime cualquier decoración superflua. Los temas son episodios de la Antigüedad con función didáctica. Jacques Louis David: nace en la conciencia política del artista, sus obras se basan en acontecimientos de Francia contemporánea. Se dedicó a la política y tras la caída de Robespierre tras los años del Terror lo encarcelaron. Se convirtió en el pintor oficial de Napoleón y su pintura servirá como propaganda política. Con la Restauración elige el exilio y marcha a Bruselas. Su obra cuenta los acontecimientos de su tiempo. Está 5 años en Italia donde estudia la pintura de Rafael y la escultura grecorromana. De los clásicos busca episodios ejemplares para sus contemporáneos. Trasmite valores de patriotismo, la conciencia, el valor y el sacrificio en su pintura. Entre sus obras destaca El juramento de los Horacios, Marat asesinado, El rapto de las sabinas o La coronación de Napoleón. Destaca en la pintura neoclásica Ingres, sigue la estética neoclásica con magníficos desnudos femeninos y retratos. Destaca su obra La gran Odalisca.