Arqueología Subacuática: Explorando el Patrimonio Sumergido

Introducción

La arqueología subacuática se dedica al estudio de restos arqueológicos sumergidos, no solo en el mar, sino también en ríos y lagos. Esta disciplina, ignorada durante mucho tiempo, ha cobrado relevancia en las últimas décadas, especialmente a partir de los años 80, con el desarrollo de medios técnicos que permiten su práctica y una creciente preocupación por la protección del patrimonio cultural subacuático.

Legislación y Protección

La protección legal del patrimonio cultural subacuático es compleja, especialmente en aguas internacionales. En 2001, las Naciones Unidas establecieron la Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático. En España, la protección del patrimonio subacuático ha sido impulsada por la creación de centros oficiales de arqueología subacuática en Cataluña, Valencia y Andalucía en los años 90.

El patrimonio cultural subacuático abarca todos los rastros de existencia humana con carácter cultural, histórico o arqueológico que hayan estado bajo el agua, parcial o totalmente, por lo menos durante 100 años. Esto incluye sitios, estructuras, edificios, objetos, restos humanos, buques, aeronaves y otros medios de transporte, junto con su contexto arqueológico y natural. Un pecio, por ejemplo, se define como un barco hundido, sin importar su época.

Importancia y Multidisciplinariedad

La arqueología subacuática protege estos restos hundidos. Desde la antigüedad, ha existido interés en la búsqueda y recuperación del cargamento de barcos naufragados. Los barcos tienen mayor riesgo de hundirse cerca de la costa, lo que facilita su visualización y acceso. La arqueología subacuática es una disciplina multidisciplinar que requiere la colaboración de historiadores, restauradores, químicos, geólogos y antropólogos, entre otros, para reconstruir la historia que encierra el patrimonio arqueológico subacuático. Esta historia abarca ciudades, comercio, rutas comerciales, episodios bélicos, batallas navales e intercambios culturales.

Arqueología Subacuática en España

España, con su extensa costa, ha estado a la vanguardia de la arqueología subacuática mundial. En 1982, se creó el Museo y Centro Nacional de Investigaciones Arqueológicas Subacuáticas en Cartagena, donde se custodian importantes descubrimientos. A partir de los años 90, se establecieron centros de investigación en Cataluña, Valencia y Cádiz. En 2009, el Ministerio de Cultura elaboró el Libro Verde para unificar criterios de investigación e intervención en restos subacuáticos.

A nivel regional, existen diferencias en la legislación. En Andalucía, la Ley del Patrimonio Histórico Español de 1985 sentó las bases para la protección del patrimonio subacuático, y en 2007 se promulgó una ley específica para la comunidad andaluza.

Metodología de la Investigación

La Carta Arqueológica Subacuática se encarga de localizar, identificar y evaluar los yacimientos arqueológicos sumergidos, así como de valorar los riesgos a los que están sometidos. Esta información permite establecer medidas de protección y diseñar estrategias de intervención. En 2009, la Dirección General de Bienes Culturales inscribió 56 zonas arqueológicas en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz y declaró 42 zonas de servidumbre arqueológica, otorgando a los yacimientos subacuáticos la misma protección que a los terrestres.

El método y las técnicas de la arqueología subacuática son similares a las empleadas en tierra, adaptándose al medio acuático. El proceso de investigación consta de las siguientes fases:

  • Documentación: Análisis de fuentes escritas, orales, arqueológicas y cartográficas.
  • Prospección: Reconocimiento del terreno para detectar, posicionar e identificar restos en superficie.
  • Excavación: Eliminación de sedimentos y registro de la información. Se considera el último recurso por ser un proceso irreversible.
  • Conservación: Medidas preventivas para evitar el deterioro de los restos. Se prioriza la conservación in situ si no hay garantías de preservación fuera del agua.
  • Difusión: Dar a conocer los resultados obtenidos a la sociedad.