Conductos Biliares y Vesícula Biliar
Tanto el colédoco como el conducto pancreático poseen sus propios esfínteres de músculo liso. Ambos desembocan en la ampolla de Vater (o ampolla hepatopancreática), la cual también tiene su propio esfínter (esfínter de Oddi). Este diseño permite controlar el flujo de bilis y jugo pancreático hacia el duodeno, evitando que la bilis entre en el páncreas y que las enzimas pancreáticas entren en el colédoco. Estos esfínteres permanecen cerrados, excepto durante la expulsión de bilis y jugo pancreático.
El consumo excesivo de alcohol aumenta los niveles de triglicéridos en sangre, lo que espesa la bilis y afecta el funcionamiento de este sistema. Si las enzimas pancreáticas no pueden entrar en la ampolla de Vater, se produce una inflamación del páncreas conocida como pancreatitis.
Estructura de la Vesícula Biliar
Siendo una víscera hueca, la vesícula biliar presenta las siguientes capas:
- Serosa: peritoneo visceral
- Muscular: 2 tipos
- Submucosa:
- Mucosa: con pliegues que permiten cambios de volumen. Estos pliegues son menos evidentes cuando la vesícula está llena y no tienen función de absorción.
El sistema linfático de la vesícula biliar lo comparte con el hígado. Su inervación está dada por el nervio vago (parasimpático) y segmentos de la médula torácica (simpático).
Páncreas Exocrino
El páncreas es una glándula digestiva accesoria alargada, ubicada retroperitonealmente, que vierte su producción al exterior. Tiene una estrecha relación con el duodeno y se divide en tres partes: cabeza, cuerpo y cola. La cabeza se encaja en la curvatura en forma de C del duodeno.
El tejido glandular del páncreas está formado por acinos pancreáticos que se reúnen en conductos cada vez más grandes, formando el conducto pancreático principal, el cual desemboca en el duodeno.
El páncreas produce dos tipos de secreciones:
- Secreción exocrina: jugo pancreático producido por las células acinares, que se secreta al duodeno a través de los conductos pancreáticos.
- Secreciones endocrinas: hormonas como el glucagón y la insulina, producidas por los islotes pancreáticos de Langerhans, que se liberan a la sangre.
Conductos Pancreáticos
Conducto pancreático principal: se extiende desde la cola del páncreas hasta la cabeza, donde se une al colédoco (formado por la unión del conducto hepático común y el conducto cístico). Ambos desembocan en la ampolla de Vater, que a su vez desemboca en el duodeno a través de la papila duodenal mayor. Existe una fusión anatómica, pero no funcional, entre el conducto pancreático principal y el colédoco.
Conducto pancreático accesorio: desemboca en el duodeno, en el vértice de la papila duodenal menor.
Estructura Histológica del Páncreas Exocrino
El páncreas exocrino se organiza en acinos pancreáticos, que dan lugar a conductos de tamaño creciente. Se distinguen dos tipos de células:
- Células acinosas: la mayoría, se ubican en la periferia de los acinos.
- Células centroacinosas: se ubican en el centro de los acinos.
El páncreas está reforzado por tabiques de tejido conectivo que delimitan los lobulillos pancreáticos. Estos tabiques proporcionan soporte y permiten el paso de vasos sanguíneos y conductos pancreáticos. Los conductos entre los lobulillos se denominan conductos interlobulillares. A medida que se acercan a la cabeza del páncreas, los conductos se fusionan y aumentan de tamaño. Los conductos más grandes presentan una estructura similar a la de una víscera hueca, con mucosa, submucosa y una capa de músculo liso que forma los esfínteres. Los conductos más pequeños, denominados conductos intralobulillares, se encuentran entre los acinos. En orden de tamaño, los conductos pancreáticos son: conducto intercalar (cada uno de los conductos del acino), conducto intralobulillar (dentro del lobulillo), conducto interlobulillar (de gran tamaño) y conducto principal.
Secreción Pancreática
Las células acinares son las responsables de la producción exocrina del páncreas. Se caracterizan por tener gránulos de secreción que contienen enzimas digestivas. La bilis y las secreciones pancreáticas desembocan en el mismo nivel del duodeno porque las enzimas pancreáticas necesitan la bilis para activarse. La digestión se completa en el duodeno gracias a estas enzimas.
Las enzimas pancreáticas se liberan en forma inactiva (precursores) para evitar la autodigestión del páncreas (pancreatitis). Su activación requiere condiciones específicas, como un pH adecuado. Las células de los conductos intercalares, mediante la absorción o secreción de agua, sodio y bicarbonato, regulan el pH en la luz del duodeno para que las enzimas pancreáticas puedan funcionar correctamente. La hormona colecistoquinina (CCK), liberada por el duodeno, regula la secreción de estas células.