Análisis del poema ‘Un día habrá una isla’ de Pedro García Cabrera: Expresión de anhelo y libertad

Contexto y trayectoria de Pedro García Cabrera

“Un día habrá una isla” es un poema del autor canario Pedro García Cabrera, incluido en su obra Las islas en que vivo. García Cabrera (Vallehermoso, La Gomera, 1905) se trasladó a Tenerife en 1913. En La Laguna, realizó sus estudios de bachillerato y magisterio, además de iniciar la carrera de Ciencias Químicas.

Primeras obras y colaboraciones (1926-1930)

Entre 1926 y 1928, colaboró con la revista Hespérides (Santa Cruz de Tenerife), junto a autores como López Cruz, Westerdahl y Pérez Minik. En esta época, escribió su primera obra literaria, Líquenes, de estilo neopopulista y ultraísta.

Compromiso político y la Gaceta del Arte (1930-1936)

En 1930, se afilió al Partido Socialista Obrero Español (PSOE), y fue candidato en las elecciones de 1931. Su compromiso social y político, siempre socialista, marcó su vida y obra. En 1932, fundó, junto con Westerdahl, Pérez Minik y López Torres, la Gaceta del Arte, revista clave en la vanguardia canaria hasta 1936. Su actitud de libertad creadora, patente en obras como La rodilla en el agua y Transparencias fugadas, anticipaba su adhesión al surrealismo.

La II Exposición Internacional del Surrealismo (1935)

En 1935, Andrés Bretón y Benjamin Péret inauguraron en Tenerife la II Exposición Internacional del Surrealismo, gracias a la Gaceta de Arte. Este evento, que antes había tenido lugar en París, fue crucial en la trayectoria de García Cabrera.

Guerra Civil y exilio

Al estallar la Guerra Civil, el poeta fue detenido por su militancia republicana. Llevado al campo de concentración de Villa Cisneros, escapó, uniéndose al frente republicano en Andalucía. Un accidente le llevó a un hospital donde conoció a Matilde Torres, su futura esposa. Trasladados a Baza, se separaron ante la caída de la ciudad. García Cabrera intentó sin éxito exiliarse desde Cartagena.

Participación en revistas literarias

A lo largo de su vida, colaboró en revistas como Hespérides, Cartones y Gaceta del Arte, plataformas para su obra y espacios de encuentro con otros artistas.

Etapas de la obra de Pedro García Cabrera

La obra de García Cabrera se divide en cuatro etapas:

  1. Etapa intimista y modernista: Obras de estilo modernista.
  2. Etapa vanguardista: Rasgos surrealistas. Destaca Transparencias fugadas, de verso libre y lenguaje sencillo.
  3. Etapa de la Guerra Civil: Relato de sus vivencias durante la guerra, desde su detención hasta su regreso a Tenerife.
  4. Etapa social: Denuncia de las desigualdades e injusticias del franquismo. Destacan Al mar fui a por naranjas y Las islas en que vivo.

“Un día habrá una isla”: Esperanza y libertad

Las islas en que vivo, obra a la que pertenece “Un día habrá una isla”, es una de las más importantes de García Cabrera. Trata la esperanza de un futuro mejor mediante la libertad, no solo para los represaliados del franquismo, sino para todos. “Un día habrá una isla” comparte el tema principal de la obra: el amor a la isla y el deseo de libertad tras la Guerra Civil. El poema se enmarca en la cuarta etapa del autor, reflejando la falta de libertad y el aislamiento del régimen franquista.

El doble significado de “isla”

En este poema, “isla” tiene un doble valor: representa el lugar físico donde viven los isleños y el sentimiento de soledad y aislamiento del hombre moderno. El autor sostiene que este sentimiento solo puede compartirse con quienes han sufrido la guerra o el odio.

Análisis métrico y recursos estilísticos

El autor utiliza la métrica para reflejar sus sentimientos y su anhelo de cambio. El poema abunda en personificaciones, dando vida a la naturaleza para identificarse con ella. Los versos 8 y 10 presentan un polisíndeton, expresando que el horizonte y las personas que mantienen la esperanza son los que no cesan. Destaca la aliteración de la letra “s” en el verso 2, representando el sonido del silencio y la soledad. La expresión “silencio amordazado” es una sinestesia que intensifica los sentidos del lector. El autor usa “en ella” para referirse a la isla sin nombrarla, agilizando la lectura. Un hipérbaton en los versos finales refuerza el poema, captando la atención y añadiendo elegancia. Predominan los sustantivos abstractos, expresando los sentimientos del autor, y se usa el presente y el futuro perfecto para exponer la situación de decadencia de la España de la época y el anhelo de un futuro mejor.