Análisis del Pensamiento Cartesiano: Del Cogito a la Realidad

Problema del Conocimiento

Descartes introdujo un cambio significativo en la filosofía moderna al centrarse en el origen y fundamento del conocimiento. Su enfoque buscaba superar el escepticismo y la oscuridad de la Escolástica medieval. Inspirado en la física emergente y el método deductivo de las matemáticas, buscó reconstruir el edificio del saber bajo la luz de la razón. Utilizando la metáfora del árbol, Descartes conceptualizó la unidad de los conocimientos, donde la metafísica representaba las raíces, la física el tronco y otras ciencias como medicina, mecánica y moral, las ramas. Su método de búsqueda incluía intuición y deducción, respaldado por reglas como evidencia, análisis, síntesis y enumeración.

La duda metódica fue clave en su proceso, cuestionando incluso la realidad perceptible y las certezas matemáticas. Sin embargo, el “Cogito, ergo sum” reveló la certeza de la existencia como entidad pensante. Descartes argumentó que esta certeza no solo era la primera verdad, sino también el prototipo de toda certeza. Su análisis de las ideas como adventicias, facticias e innatas destacó la diversidad y objetividad de los contenidos mentales, concluyendo con la idea de que pensar en ideas era fundamental para la comprensión del conocimiento.

Problema de Dios

En su búsqueda de certeza y fundamento del conocimiento, Descartes, tras afirmar “Cogito, ergo sum“, se enfrenta al solipsismo al reconocer que la existencia del ser pensante necesita ser respaldada por algo más. Para ello, argumenta que la idea de un ser perfecto e infinito, es decir, la idea de Dios, no puede tener su origen en un ser imperfecto como él. La perfección incluida en la idea de Dios, según Descartes, no puede ser causada por algo menos perfecto. Así, postula que esta idea es innata, colocada en su mente por el Creador, comparable al sello de un artesano en su obra.

La demostración de la existencia de Dios se convierte en un punto crucial en el razonamiento de Descartes. Argumenta que, siendo el engaño un defecto y Dios perfecto, este último no podría querer engañarlo. Dios, entonces, se convierte en la garantía de certeza y en la justificación de la existencia real del mundo exterior. Este paso es esencial para el proyecto filosófico de Descartes, consolidando la validez de su conocimiento al basarlo en la perfección divina y superar así las dudas iniciales que llevaban al solipsismo.

Problema del Ser Humano

Descartes defiende la existencia de tres sustancias: Dios (res infinita), alma o mente (res cogitans), y el mundo físico (res extensa). Aunque afirma la existencia del cuerpo y el alma, su dualismo genera críticas de solipsismo, ya que solo asegura la existencia intelectual propia. Después de demostrar la existencia de Dios y la fiabilidad de las percepciones sensoriales, concluye que somos tanto res cogitans como res extensa, uniendo cuerpo y alma.

El problema surge en la relación entre mente y cuerpo, que Descartes intenta resolver con la glándula pineal en el cerebro. Sin embargo, críticos como Isabel de Bohemia argumentan que esta solución no aclara la conexión entre el alma inextensa y el cuerpo extenso, simplemente trasladando el problema a un órgano específico.

Hobbes y Spinoza critican el dualismo cartesiano. Hobbes propone una alternativa monista, sosteniendo que todo es res extensa. Spinoza afirma que el hombre sigue las leyes de la naturaleza, poniendo en duda la libertad humana dentro del marco cartesiano. Estas críticas plantean desafíos significativos al modelo dualista de Descartes sobre la naturaleza del ser humano y su relación con el mundo.

Problema de la Realidad

Descartes, tras la duda metódica, concluye que la realidad se compone de tres sustancias: Dios (res infinita), la mente (res cogitans), y el cuerpo (res extensa). La existencia de Dios garantiza la verdad de la percepción sensorial y del mundo físico. La noción de sustancia, definida como algo que existe por sí mismo, se aplica tanto a Dios como a las sustancias finitas. Cada sustancia tiene atributos específicos y modos de manifestación. La mente tiene atributo de pensamiento y modos como entendimiento y voluntad. El cuerpo tiene atributo de extensión y modos como figura y movimiento.

Descartes describe el mundo físico como un mecanismo determinista, negando el vacío y proclamando que la materia es infinitamente divisible y homogénea. Establece leyes del movimiento que incluyen la conservación del estado, la conservación de la dirección y la conservación de la cantidad de movimiento. La realidad, según Descartes, opera como un reloj donde todo se explica por el movimiento de sus partes, sustentando así su visión mecanicista del universo.