Análisis del Convenio de Vergara: Clave para la Paz en la España del Siglo XIX

Convenio de Vergara (1839)

Análisis del Documento Histórico

Clasificación y tipología: Se trata de fragmentos del Convenio de Vergara, una fuente primaria de naturaleza histórico-circunstancial. Este documento, crucial para comprender el fin de la Primera Guerra Carlista, fue ratificado por el capitán general Baldomero Espartero (bando liberal) y el teniente general Rafael Maroto (bando carlista). Dirigido principalmente al ejército carlista, su propósito era anunciar el fin de la guerra y los acuerdos políticos y militares.

Análisis del Contenido

Los fragmentos presentan el Convenio de Vergara, firmado en 1839 por Espartero y Maroto, que permitió la rendición de las tropas carlistas bajo ciertas condiciones. Este acuerdo fue posible gracias al triunfo de la facción carlista moderada (Gómez, Zaratieguí y Maroto), que buscaba la paz a cambio del respeto a los fueros. Los carlistas extremistas, defensores del absolutismo, rechazaron cualquier negociación. Maroto inició las negociaciones sin el consentimiento del pretendiente Carlos e incluso ordenó el fusilamiento de generales carlistas conservadores (como Guergué), acusados de traición.

El acuerdo de paz se basa en diez artículos, tres de los cuales se incluyen en el texto, mostrando un espíritu conciliatorio.

  • Artículo 1: Ambigua promesa de mantener los fueros vascos y navarros. Espartero se comprometía a “recomendar” a las Cortes su concesión o modificación, actuando con independencia, ya que esto era competencia exclusiva de las Cortes.
  • Artículo 2: Reconocimiento de los empleos, grados y condecoraciones de los oficiales carlistas, facilitando su integración en el Ejército español.
  • Artículo 4: Retiro o licencia para generales, brigadieres, jefes y oficiales que hubieran servido en el ejército carlista.

Contexto Histórico

Tras la muerte de Fernando VII en 1833, se inicia la Primera Guerra Carlista. Los carlistas, partidarios del absolutismo y de Carlos María Isidro, se enfrentaron a los isabelinos, defensores de Isabel II y del liberalismo. Esta guerra civil, marcada por su crueldad (200.000 muertos), tuvo un inicio favorable a los carlistas gracias a la estrategia de Zumalacárregui. Tras su muerte en 1835, los liberales, liderados por Espartero, tomaron el control. La guerra se prolongó debido a la táctica guerrillera de los carlistas y el apoyo campesino. El desgaste del conflicto dividió a los carlistas entre los partidarios de la paz y los que querían continuar la guerra. Finalmente, en agosto de 1839, se firmó el tratado de paz en Vergara, donde los carlistas aceptaron a Isabel II como reina.

Conclusión

El Convenio de Vergara puso fin a la Primera Guerra Carlista. Los carlistas aceptaron a Isabel II a cambio del respeto a los fueros y la integración de sus militares en el ejército. El sector carlista más intransigente, liderado por Cabrera, continuó la lucha durante un año más en Aragón y Valencia. Espartero ganó gran popularidad, recibiendo el título de Duque de la Victoria y convirtiéndose en líder del partido progresista.