Análisis de símbolos y recursos literarios en Lorca

Introducción a los símbolos y recursos literarios

Respecto a los símbolos y recursos literarios, en este fragmento…

TEXTO 1 – ESCENA DEL ABANICO

Aparecen dos grandes símbolos de la obra: el bastón y el agua (“este maldito pueblo sin río, pueblo de pozos”). Cabe señalar el abanico de colores que Adela da a su madre, ya que adquiere una gran importancia al presentar el conflicto que ambas van a tener; y la simbología del contraste de colores de los vestidos de cada una: Bernarda viste de negro, que se asocia a la muerte y tragedia; Adela viste de verde, el color de la esperanza y la fertilidad, que cumple la función de romper el contraste blanco-negro constante en toda la obra.

Lenguaje literario en la obra

Con respecto al lenguaje literario, observamos una metonimia en la frase de Bernarda “llenar mi casa con el sudor de sus refajos y el veneno de sus lenguas”, en la que también hay una metáfora; y se usa la antítesis para contraponer el calor que hay dentro de la casa por el encierro, con el “viento de la calle” que nombra Bernarda. Asimismo, hay un uso despectivo del lenguaje cuando Bernarda se refiere a las mujeres del pueblo como si fueran animales (“andar a vuestras cuevas”, “una manada de cabras”).

TEXTO 2 – FINAL DEL SEGUNDO ACTO

No aparece ningún símbolo relevante, aunque, a lo largo de la obra, destacamos la importancia de los colores (blanco, negro y verde) y el agua en general (estancada y en movimiento). En cambio, abundan figuras literarias, como las comparaciones (“como arrastrada por una maroma”, “como llevados por la mano de Dios”), y las personificaciones (“dando unas voces que estremecen los campos”). También encontramos una metáfora muy lorquiana (“¡carbón ardiendo en el sitio de su pecado!”), que establece la conexión entre la sexualidad libre y la muerte; y una metonimia en la frase de Martirio “yo romperé tus abrazos”, que hace referencia a la relación sentimental mediante el abrazo.

Análisis léxico-semántico

Dentro del análisis léxico-semántico, encontramos el campo semántico de la honra (vergüenza, decencia, pecado), y se establece la antonomía textual entre querer, poder y hacer, en la conversación entre las hermanas. Así mismo, como rasgos morfosintácticos adquieren fuerza poética las exclamaciones de Bernarda (“¡Matadla!”), y predominan los verbos (“la traen arrastrando”, “la quieren matar”, “que vengan todos para matarla”, “acabar con ella”, etc.) frente a otras categorías gramaticales, como la adjetivación, para enfatizar la acción y transmitir la violencia de la situación.

TEXTO 3 – FINAL DEL TERCER ACTO

Observamos símbolos importantes en la obra, como el repique de campanas, que simbolizan la muerte; y la escopeta, que simboliza violencia y muerte; pero el símbolo más potente de este fragmento es el bastón. Al representar el poder de Bernarda, que Adela lo rompa significa que ya no acata las normas de la casa.

Figuras retóricas en el tercer acto

Dentro de las figuras retóricas, observamos una metáfora en la primera intervención de Bernarda cuando dice que le gustaría “tener un rayo entre los dedos”, que alude al deseo de destruir lo que está viendo. También advertimos una metonimia cuando Martirio señala las “enaguas llenas de paja de trigo”, que aluden al honor de Adela, que acaba de yacer con el prometido de su hermana. Encontramos dos hipérboles en “río de sangre” y “mar de luto”, aunque también ‘mar’ y ‘río’ son dos metáforas que simbolizan la vida. A partir de este momento, la vida en esta casa será de dolor, por lo que se dice que “a la muerte hay que mirarla cara a cara”, para personificar el final de la vida.

Análisis léxico-semántico en el tercer acto

Dentro del análisis léxico-semántico, Lorca usa los campos semánticos de las armas (rayo, escopeta, martillo) y del sexo (virgen, doncella). Finalmente, el fragmento termina con la palabra “¡Silencio!”, de gran carga simbólica, que da una estructura circular al texto, ya que es la primera y la última palabra que pronuncia el personaje de Bernarda en la obra.

Conclusión

Como ya se dijo anteriormente, el teatro de Lorca es difícil de encuadrar en un movimiento literario previo, aunque se puede decir que el periodo de obras dramáticas de Lorca constituye un estilo en sí mismo: la temática femenina relacionada con la represión, en la que aparecen distintos roles como la solterona, la estéril, la sumisa, la rebelde, etc.; la muerte, la sexualidad, y el simbolismo lorquiano. Todo ello como denuncia de la situación de la mujer en la Andalucía de la época. Así mismo, Lorca sigue las reglas clásicas de unidad de acción, de espacio y de tiempo; demostrando su dominio del drama clásico.

En conclusión, La casa de Bernarda Alba es una tragedia rural en la que, junto a sus otras grandes obras, Lorca manifiesta su descontento con la dura situación que le tocó vivir a la mujer en la Andalucía de 1936. Además, en ella apreciamos una concepción clásica de la moral: quienes luchan por su amor y por sus derechos, acaban trágicamente, ya que las imposiciones sociales de la España rural de esa época eran muy fuertes.