Manifiesto de los intelectuales al servicio de la República
Clasificación del texto
El texto fue escrito el 11 de febrero de 1931 por los intelectuales republicanos. Es, por tanto, un texto circunstancial-narrativo, en el que los intelectuales exponían sus razones para apoyar la República y sus objetivos principales. Es público y tiene una fuente histórica directa y primaria.
Análisis del texto
Para asegurar la comprensión del texto, es necesario definir una serie de términos:
- Sagunto: es una ciudad valenciana en la que Martínez Campos proclamó rey a Alfonso XII. En este fragmento del manifiesto de la Agrupación de Intelectuales al servicio de la República, estas personas están en contra de la monarquía y se declaran a favor de la República, que sería la segunda en la historia de España. Sin embargo, recalcan que no sería fácil pasar de un sistema a otro, ya que la monarquía se negaría en rotundo a ello, a no ser que los ciudadanos presionasen hasta conseguirlo. El pueblo republicano debe valorarse en este objetivo, organizándose en torno a los ideales de la república y haciendo presión al monarca y su sistema.
Los objetivos de este esfuerzo son, en primer lugar, conseguir que todos los intelectuales españoles defiendan y promuevan la República. En segundo lugar, una vez que se ha organizado la agrupación, todos estos individuos se dedicaron a extender su disciplina y sus ideas. En tercer y último lugar, establecen que la agrupación de intelectuales se encargaría de gestionar todo el movimiento, desde los lugares más importantes a los que menos lo sean, así como organizó el estado español una vez llegasen al poder.
Contexto histórico
El texto se sitúa en el siguiente contexto histórico: en un principio la monarquía de Alfonso XII era un sistema liberal, pero debido a una serie de problemas e inestabilidades, el régimen se debilitó. Fue Miguel Primo de Rivera quien aprovechó esa situación y dio un golpe de estado en 1923. Alfonso XIII lo nombró presidente del Gobierno, dando así comienzo a la dictadura. Los republicanos se mantuvieron en la oposición a la dictadura, de igual que los intelectuales que escribieron el texto, criticando la excesiva duración del régimen y su desarrollo. La dictadura pretendió controlar a los intelectuales mediante la censura y la limitación de sus libertades, llegando incluso a cerrar universidades. Se enfrentaron al régimen en todo momento, aunque sufrieron aún más represión. Después se hizo evidente la decadencia del sistema dictatorial debido a los mínimos apoyos y la inestabilidad, y el rey retiró su apoyo a Primo de Rivera y este dimitió. Alfonso XIII confió en el general Berenguer, de ideas conservadoras, que tenía como misión fundamental restablecer el sistema parlamentario liberal y reponer la constitución de 1876. Intentaron devolver el prestigio a Alfonso XIII, pero su figura estaba ya muy manchada. Se formó un nuevo gobierno después que convocara elecciones. Entonces, los partidos republicanos se reunieron y formaron el pacto de San Sebastián, con el que se comprometían a llevar a cabo una insurrección para conseguir la República. Formaron una coalición en las capitales de provincia, ya que en zonas rurales triunfaron los partidos monárquicos. Incluso los partidos republicanos se sorprendieron de los resultados. La monarquía se hundió por la excesiva implicación del rey en un sistema político reaccionario incapaz de renovarse y de abrirse a la sociedad. En 1931 fue proclamada la II República. Así se abría la oportunidad de convivencia democrática, modernización y reformismo económico y social.
Crítica
Aunque las intenciones de la II República eran buenas, hay que decir que nació en circunstancias difíciles, en un contexto internacional complicado por la crisis de los sistemas políticos y parlamentarios liberales y democráticos, la depresión económica, los violentos conflictos sociales y el ascenso de los fascismos en Europa. En el interior, la república contó con un apoyo muy irregular desde medidas y obtención más moderado.
Manifiesto de Alfonso XIII
Clasificación del texto
El texto es de naturaleza circunstancial-narrativa y fue escrito el 17 de abril de 1931 y publicado en el periódico ABC. Escrito por Alfonso XIII, rey de España en aquel momento, es un texto público, oficial y nacional en el que el rey se excusa y defiende ante las críticas de los republicanos.
Análisis del texto
Para facilitar la comprensión del texto es necesario definir una serie de términos:
- Coyuntura: designa a un conjunto de circunstancias que intervienen en la resolución de un asunto importante. En este manifiesto, Alfonso XIII declara que es consciente de que los ciudadanos españoles no lo quieren como monarca debido al resultado de las elecciones que se habían celebrado. Pero asegura que siempre trabajó a favor del país y con sus mejores intenciones. Reconoce también sus errores y, aunque deja claro que podría ingeniárselas para no dejar el poder en ningún momento, decide retirarse para entrar en conflictos políticos y sociales que desencadenarían una guerra civil. Aun así, quiere mantener sus privilegios ya que le corresponden por nacimiento y por ellos no renunciaría a ellas. Así, deja el poder y se va de España hacia el exilio mientras el país elabora una conciencia colectiva. Por último, pide y fomenta el amor a la patria a todos los españoles.
Contexto histórico
El texto se sitúa en el siguiente contexto histórico: después de la caída de la dictadura de Primo de Rivera, el rey confió al general Berenguer el poder. Este se empeñó en salvar la figura de Alfonso XIII, pero la imagen del rey ya estaba muy deteriorada y era muy impopular entre las clases medias y las obreras. Los partidos republicanos se asociaron y firmaron el pacto de San Sebastián en 1930. En 1931 se celebraron las elecciones que dieron la victoria a la coalición republicana, lo cual sorprendió enormemente en el país. La República fue proclamada el 14 de abril de 1931. Se abrió así la oportunidad de crear un modo de convivencia democrática, modernizar las estructuras del estado e iniciar un amplio programa de reformas económicas y sociales. Tras esto se formó un gobierno provisional. Fue en ese momento cuando Alfonso XIII renunció al trono y partió hacia el exilio. El gobierno estaba constituido por ministros de distintos partidos de centro izquierda bajo la presencia de un solo político de centro-derecha: Niceto Alcalá Zamora. El gobierno tuvo que afrontar diversos problemas: el regionalista y el problema religioso. Se decretaron medidas de extrema urgencia: amnistía general para los presos políticos, proclamación de las libertades políticas y sindicales y la destitución de altos cargos de la administración. En las elecciones a Cortes Constituyentes, la coalición republicana-socialista consiguió una mayoría aplastante. Las primeras elecciones republicanas fueron las más democráticas de las realizadas hasta entonces. La participación fue alta y otorgó la victoria a los partidos del gobierno provisional, en especial al PSOE y al Partido Radical de Lerroux.
Conclusión
La renuncia de Alfonso XIII fue en realidad decidida por los españoles en las elecciones. Hizo más fácil el comienzo de la II República Española y supuso de nuevo la desaparición temporal de la dinastía borbónica de España.
Algunos artículos de la Constitución de 1931
Clasificación del texto
Se trata de un fragmento con algunos de los artículos de la Constitución de 1931, por lo que hablamos de un texto público, oficial y nacional. Fue redactada por los republicanos que habían llegado al poder, es decir, el PSOE y el Partido Radical. Además, es un texto jurídico.
Análisis del texto
Con el fin de facilitar la total comprensión del texto, conviene definir y aclarar algunos términos:
- La nación: es una entidad jurídica y política formada por el conjunto de los habitantes y las instituciones de un país regidas por el mismo gobierno.
Este texto recoge los artículos 1, 3, 11, 26, 36, 67 y 68 de la Constitución de 1931. También establece que la bandera sea de los colores rojo, amarillo y morado. En el tercer artículo establece un estado laico; en el artículo once se presenta la posibilidad de crear un estatuto entre una o varias provincias que lo soliciten. El artículo 26 postula una ley especial que regularía el presupuesto del clero, aunque más bien lo anularía, eliminando las órdenes religiosas que tengan una autoridad distinta de la que pertenece al estado español. Esta constitución, en el artículo 36, asegura los mismos derechos electorales, independientemente del sexo, para todos los ciudadanos mayores de 23 años. Según el artículo 67, el presidente representa a los ciudadanos, siendo el jefe de estado, elegido por las Cortes en el artículo 68.
Contexto histórico
Tras la victoria republicana en las elecciones de 1931 y con Alfonso XIII en el exilio, se constituyó un gobierno provisional de coalición integrado por ministros de centro-izquierda y un solo político de centro-derecha: Niceto Alcalá Zamora. Este gobierno tuvo que enfrentarse a dos problemas principales: el regionalista y el problema religioso. Paralelamente, el gobierno decretó una serie de medidas de extrema urgencia: la concesión de una amnistía general para los presos políticos, la proclamación de las libertades políticas y sindicales y la designación de altos cargos de la administración. En las elecciones para Cortes Constituyentes, la coalición formada por republicanos de izquierdas y socialistas consiguió una mayoría aplastante. Fueron las elecciones más democráticas hasta entonces y se formaron nuevas Cortes, cuyo primer cometido fue la elaboración de la Constitución de 1931, muy avanzada para su tiempo. Se establece así la república democrática y de trabajadores de toda clase que se organiza en régimen de libertad y justicia. Aunque fue aprobada por amplia mayoría, existían profundas discrepancias. Los asuntos más polémicos fueron los referentes a la Iglesia y la administración de autonomías regionales, también fue bastante polémica. Por otra parte, el poder legislativo residía en las Cortes y también ellas se encargaban de controlar al gobierno. Solo había una cámara elegida por sufragio universal: el presidente de la República era elegido por los diputados y su mandato duraba seis años. Después de la aprobación de la Constitución en 1931 se formó el primer gobierno constitucional, presidido por Manuel Azaña, e integrado principalmente por republicanos de izquierdas y socialistas.
Conclusión
Aunque la Constitución fue aprobada por mayoría, existían profundas discrepancias, especialmente las reformas religiosas y autonómicas. Esta Constitución integraba ideas y cambios demasiado acusados para la situación política y social inmediatamente anterior y conllevó un mal recibimiento por parte de amplios sectores.
Azaña y el problema religioso durante la II República
Clasificación del texto
Estamos frente a un texto circunstancial-narrativo en el que Manuel Azaña expone sus ideas con respecto a la política religiosa durante la II República, concretamente el 13 de octubre de 1931. Es, por tanto, un texto público, oficial y nacional. Fuente histórica, directa y primaria.
Análisis del texto
Para facilitar la comprensión de este texto, sería conveniente aclarar algunos términos:
- Ultraterreno: es aquello que está más allá de la vida terrenal, es decir, referido a la vida más allá de la muerte, Dios o cualquier preocupación en relación con ello.
En el texto podemos ver la reticencia de los republicanos hacia la religión, puesto que la organización del estado debe realizarse en base a la situación del momento, ya olvidada la monarquía. Insiste Azaña en que la religión es asunto de cada individuo y no debe trascender al estado, que debe ser totalmente independiente de ella. Elimina de esta manera el término “problema religioso” para transformarlo en “problema político”, que es la única competencia de la república. Excluye a las órdenes religiosas de la enseñanza, puesto que lo considera totalmente estúpido, al igual que sería ilógico enseñar a futuros astrónomos que las estrellas están atornilladas en el cielo y obviar lo que sabemos a ciencia cierta acerca de ellas. Concluye Manuel Azaña que la obligación moral de los religiosos sería abandonar esas posiciones retrógradas y enseñar lo que deben.
Contexto histórico
Este discurso se produjo en un contexto complicado, al comienzo de la II República. Azaña era entonces el presidente de la República. Después de las elecciones de 1931, las más democráticas hasta entonces, se formó el gobierno. Estaba formado por los integrantes de los partidos de izquierdas. Se promulgó la Constitución en ese mismo año, en la que se definía a España como “una república democrática y de trabajadores que se organiza en régimen de libertad y justicia”, y se decretó una amplia declaración de derechos de los ciudadanos. El estado era único, aunque se permitían algunas autonomías y nacionalizaciones de empresas o sectores económicos. Las Cortes tenían el poder legislativo. Contaban con una sola cámara elegida por sufragio universal, y que ejercía, además, el control del gobierno. El presidente era elegido por los diputados y su mandato duraba seis años. Se reconoció el voto a la mujer. Lo que más nos interesa es la declaración de un estado laico. La finalidad de este cambio era modernizar y democratizar la sociedad española, aunque se encontró con una serie de problemas. El gran objetivo de la política religiosa era limitar la influencia de la Iglesia y secularizar la sociedad española. Se prohibió a las órdenes religiosas dedicarse a la enseñanza, retirando además crucifijos y otros símbolos religiosos de aulas y otros sitios públicos. Además, se suprimió la obligatoriedad de la enseñanza de la religión en los colegios e instituciones. La separación entre Iglesia y estado implicaba poner fin al mantenimiento económico del clero por parte del estado. Estas decisiones fueron tomadas como una agresión intolerable por la inmensa mayoría de los católicos. Estas reformas chocaban con el clero y los partidos derechistas, que tenían capacidad de movilización e influencia. Ello ocasionó la reorganización de las derechas, que desembocó en el bienio de centro-derecha.
Conclusión
Cuando Azaña leyó este discurso, quizá no sopesó las consecuencias que podía tener, pues la Iglesia siempre ha sido un sector con grandes influencias y peligroso si se le quitan sus privilegios tan fácil y rápidamente. Sin embargo, el estado laico es lógico, la separación Iglesia-estado es un imprescindible en la ideología republicana y es normal que se aplicase.
Ley de Bases de la Reforma Agraria
Clasificación del texto
La Ley de Bases de la Reforma Agraria es un texto jurídico publicado en la Gaceta de Madrid el 21 de septiembre de 1932 por el gobierno republicano. Es, por ello, un texto oficial, público y nacional.
Análisis del texto
Para una mejor comprensión del texto es necesario definir una serie de términos que en él aparecen:
- La república: es el sistema de gobierno que estaba vigente en 1932. Se basaba en la ausencia de la figura monárquica, que sería sustituida por un presidente del gobierno. Corresponde a una postura de izquierdas que se basa en el progresismo.
La Ley de Reforma Agraria fue aplicada y válida en toda España perteneciente a la República y que poseyese tierras agrícolas. Cualquier provincia y sus tierras estaban afectadas por ella. Se establece en el texto que se llevaría a cabo en Andalucía, Extremadura, Ciudad Real, Toledo, Albacete y Salamanca. Encomienda al IRA, el nuevo órgano del Estado, la tarea de llevar a cabo la Reforma Agraria. Su función consistía en proporcionar a los campesinos encargados de las tierras cultivadas el dinero necesario para sacar adelante la producción. Ello se haría mediante la creación de un organismo encargado de dar los créditos necesarios. Se decreta en esta ley el tipo de tierras que tienen posibilidad de estar afectadas por la reforma. Por un lado, si los propietarios del territorio lo donan u ofrecen, será aceptado. También aquellas que estén trabajadas, ya que la propiedad de esas tierras no ofrece beneficio alguno y podría deberse a la especulación o para recibir el dinero que les proporciona su renta. Incluye también en este grupo las tierras que estén mal cultivadas, ya que estarían desaprovechadas al igual que las anteriores.
Contexto histórico
Tras la proclamación de la República y las elecciones de 1931, que dieron la victoria a los partidos de izquierdas, se formó el gobierno republicano propiamente dicho. Las Cortes tuvieron el cometido de redactar la Constitución de 1931, que definía a España como una “república democrática y de trabajadores de toda clase que se organiza en régimen de libertad y justicia”. Posteriormente, el gobierno tenía el objetivo de modernizar y democratizar la sociedad española mediante una serie de reformas, entre ellas, la reforma agraria. Este era, sin duda, el proyecto económico y social de mayor magnitud para la República, porque España seguía siendo un país eminentemente agrario; los campesinos representaban casi el 50% de la población activa y algunos de ellos vivían sin tierras y sumidos en la miseria. Los objetivos principales eran: la entrega de parcelas a los campesinos para evitar conflictos rurales, ambos el poder económico de los grandes terratenientes e incrementar la producción agrícola y los niveles de renta y consumo del campesinado, para estimular el desarrollo de la industria y el comercio. La Ley de Reforma Agraria se aprobó en 1932, aun con la abstención de los partidos de derecha. Para la modernización de la agricultura se expropiaron las tierras pertenecientes a los aristócratas. De esta manera, las tierras expropiadas pasaban a ser propiedad del estado para ser destinadas al entendimiento de campesinos para su explotación. Su proclamación desató grandes expectativas entre los jornaleros y provocó desasosiego entre los propietarios. Fue llevada a cabo por el IRA; sin embargo, los resultados fueron escasos y desembocó en una gran inestabilidad social.
Conclusión
La reforma agraria fue una de las medidas más grandes y llamativas que la República llevó a cabo. Sin embargo, no se obtuvieron los resultados deseados y, en consecuencia, los jornaleros ávidos de tierra se sintieron muy decepcionados por la República. Las derechas se sentían atraídas por la expropiación de las tierras tan agresiva y se generarían fácilmente tensiones dentro de la izquierda. Esa división no traería beneficios a la República.