Análisis de la Revolución de 1868 en España

La Revolución de 1868

La Revolución de 1868, conocida como “La Gloriosa”, fue la última revolución liderada por la burguesía. Aunque sus impulsores buscaban un cambio de gobierno más que una transformación social, el amplio apoyo popular le dio un carácter revolucionario.

Causas de la Revolución

Entre los factores políticos, destaca el monopolio del poder por parte de los moderados y unionistas.

Existía una oposición política de partidos no dinásticos, como el carlista, que reclamaba el trono para Carlos VII, y el demócrata, defensor de la soberanía popular y el sufragio universal.

El aislamiento de la monarquía llevó a progresistas y demócratas a un acuerdo para destronar a la reina Isabel II.

En cuanto a los factores sociales, el malestar por los consumos fue notable, pero los gobiernos liberales se mostraron reacios a eliminarlos.

El rechazo al reclutamiento de quintas generó revueltas. Además, las crisis de subsistencia y otros factores económicos agravaron la situación.

La crisis fue más severa en el centro de la Península debido a la dificultad de abastecimiento por la deficiente red de comunicaciones. La falta de previsión del gobierno, que permitió la exportación masiva de grano, afectó a las clases más desfavorecidas.

La crisis del antiguo régimen se unió a la del sector industrial, especialmente en el ferroviario, lo que llevó a la descapitalización de empresas y a una crisis bancaria. El desempleo creció debido a la finalización de las obras del ferrocarril.

La industria textil también sufrió por problemas internos y externos, disminuyendo las inversiones y aumentando su desfase con la industria inglesa. El desabastecimiento encareció la materia prima, provocando el cierre de industrias textiles catalanas y despidos.

Desarrollo de la Revolución

En Ostende, Prim fue elegido jefe del Comité Revolucionario. La revolución comenzó con un pronunciamiento de la marina en Cádiz. Prim regresó del exilio y se constituyó la Primera Junta Revolucionaria.

Se dieron a conocer los principios revolucionarios que inspiraban el pronunciamiento.

Las fuerzas leales a Isabel II fueron derrotadas por el general Serrano, y la reina se exilió, desapareciendo la monarquía sin apenas resistencia.

Las Juntas Revolucionarias se extendieron por todo el país, defendiendo un programa político más radical.

Se formó un Gobierno Provisional con Prim, Figuerola, Ruiz Zorrilla y Sagasta.

Tras la disolución de las Juntas, el Gobierno Provisional suprimió las milicias populares, estableció la peseta, abolió los derechos de puerta e implantó un arancel librecambista.

El Gobierno Provisional publicó un Manifiesto a la Nación que recogía las demandas de las Juntas, excepto la abolición de las quintas.

Consecuencias de la Revolución

Las elecciones de 1869 dieron la victoria a la coalición monárquico-demócrata. Las nuevas Cortes elaboraron una Constitución que establecía una monarquía democrática y una amplia declaración de derechos.

Las Cortes nombraron una Regencia encabezada por el general Serrano, y Prim se convirtió en Jefe de Gobierno. Prim se encargó de buscar un monarca, y finalmente Amadeo de Saboya fue proclamado Rey de España.

La Regencia y la monarquía de Amadeo I enfrentaron problemas políticos y sociales:

  • La Guerra de la Independencia en Cuba.
  • El inicio de una guerra carlista en 1872.
  • La división del partido progresista en el Partido Constitucional y el Partido Radical.

Esta división aumentó la escisión dentro de la coalición revolucionaria. Los conflictos sociales, los levantamientos armados por la no supresión de las quintas y la crisis económica consolidaron el movimiento republicano.