Miguel Hernández nace en 1910 en el seno de una familia de tratantes de ganado.
Pocos momentos culturales hay en la historia de España más brillantes que en los primeros 30 años de este siglo, en los que la poesía estuviera en situación de mayor auge. Miguel Hernández llegó muy tarde a la Generación del 27 y muy temprano a la Generación del 36. Miguel Hernández tampoco escapa de la dialéctica frecuente en la época entre vanguardia y compromiso./ Durante su adolescencia había leído a escondidas de su padre, asentado en las tradiciones de la época. Era apreciado en su pueblo por su saber deslumbrantemente precoz./
Etapas de la poesía de Miguel Hernández
Cuatro grandes etapas podemos advertir en su poesía:
- En un primer momento creativo marcado por el neobarroco marcado de la Generación del 27. Es la etapa oriolana, donde el poeta se fija en la naturaleza que describe con todo tipo de detalles. Es la etapa amoroso-existencial, donde los objetivos más cotidianos se convierten en metáfora.
- En segundo lugar, una escritura que sume propósitos de propaganda. El poeta se enfrenta a la contienda primero con voz que anima y luego con voz de horror.
- En tercer lugar, un intimismo rehumanizador muy ligado a su biografía. Todo se vuelve una sombra que amenaza hasta la voz de la esperanza.
- En cuarto lugar, la etapa del cancionero y romancero se caracterizan por el misterio de la vida y la muerte./ El mundo poético de esta obra se convierte en un testimonio de la poesía autobiográfica que inaugurará una parte de la poética de posguerra.
Primera etapa: Los primeros poemas
Los primeros poemas de Miguel Hernández datan de 1929-1932, y fueron publicados en distintas revistas poéticas oriolanas, aquí reflejó su esfuerzo por superar sus limitaciones, imitando a los modelos que tiene a su alcance./ La primera obra de Miguel Hernández comprende a los poemas que se agrupan en el libro “Perito en lunas” inspirado en Góngora, se caracterizó por la minimización del referente y la anécdota y eliminando el sentimiento y la subjetividad./
En esta etapa se aprecia:
- El neobarroquismo por la presencia de fórmulas retóricas y metáforas.
- El neopopularismo de raíz tradicional que se da en “Dos cantares”.
Segunda etapa: El rayo que no cesa
El segundo periodo creativo que gira en torno a “El rayo que no cesa” Miguel Hernández más auténtico y personal ya que sigue los dogmas de la humanización. Ahora el amor es la pasión privilegiada que se entiende como redención de la vida y como tortura, cuando no se tiene. El rasgo más destacado de este momento es la angustia existencial. Aparecen símbolos cargados de significado violento y agresivos como “tribunal de tiburones” y simbología taurina. La humanización hernandiana llega a su punto máximo en algunos poemas de esta obra. Además, capta el resurgir del interés hacia el Romanticismo.
Tercera etapa: La politización
Dos libros: “Viento del pueblo” y “El hombre acecha”. En el primer registro, temática habitual en la poesía del conflicto bélico y en el segundo no llegó a distribuirse por el fin de la guerra. Como poesía de guerra ha llegado Miguel Hernández a la cota superior de compromiso. El mérito de Miguel Hernández fue el haber desatendido el compromiso primordial de todo escritor tiene a su trabajo.
Cuarta etapa: El compromiso social
El fin de la guerra y la cárcel hicieron retroceder el compromiso hernandino hacia la mera humanización. De este momento hasta su muerte en 1942, está la cuarta etapa.
En la primera etapa de Miguel Hernández sublima en trabajo y la abnegación como peldaños de la escalera con la que se alcanza a Dios. En su primera obra de teatro condena los actos revolucionarios de los campesinos. La situación social y política de la época de Miguel Hernández era la misma que la de fines del siglo XIX./ Este periodo conformista y reaccionario del pensamiento hernandino va desapareciendo ya en algunas muestras de sentimiento costumbristas dando paso a la poesía del pueblo. Esta posición procedía de la Generación del 98. La diferencia consiste en que Miguel Hernández, sin la cultura de los anteriores, sí aporta propuestas en sus escritos. La nueva vida de Miguel Hernández en la capital española, provoca que abandone el lastre ideológico oriolano y se va a decantar hacia el lado más débil, el pueblo trabajador. Abandona la poesía pura y católica e inicia una poesía impura marcada por su ímpetu social, la defensa de los valores humanos, etc. El poeta comienza a liberarse así mismo: se trata de las primeras muestras de poesía social. Este poeta fundamentará su compromiso político no en ideas abstractas o teorías sino en experiencias cotidianas sufridas por él o por los suyos./
Cuando se declara la guerra se decanta por el bando republicano, que identifica con los pobres, el poeta considera que su única arma es la poesía, cultivará una poesía de propaganda que pasará por las trincheras,/ Los dos libros poéticos de esta etapa fueron “Viento del pueblo” y “El hombre acecha”. El primero constituye la faceta optimista, el estilo es claro y transparente. En el segundo se plasma la visión negativa de la guerra. Toda la obra de Miguel Hernández recoge un profundo contenido de poso social, su poesía social es una síntesis del dolor compartido y de denuncia contra la injusticia capitalista, en defensa de las clases explotadas. Tras su viaje a la URSS encontramos poemas dirigidos a ensalzar la política soviética por la ilusión de su régimen comunista. Por último, hay que comentar dos prosas donde se capta el pensamiento y la posición ideológica de Miguel Hernández en materia educativa, ambas escritas durante la guerra.