Análisis de la Escultura del David de Miguel Ángel

Escultura del David

Localización:

Galería de la Academia, Florencia (Italia). Hasta 1947 la escultura estuvo situada en la Plaza de la Señoría de la misma ciudad.

Autor:

Miguel Ángel Buonarroti (1475-1564). Fecha: 1501-1504

Estilo:

Renacimiento italiano. Cinquecento.

Características:

  • Escultura en bulto redondo.
  • 4,34 metros de altura.
  • Método: obra realizada sobre mármol, mediante cincel. Para su realización Miguel Ángel recibió un bloque de mármol, estrecho y muy alto, que llevaba abandonado muchos años en la Catedral de Florencia.

Descripción general:

El David de Miguel Ángel representa a gran tamaño a este rey bíblico, al estilo clásico: completamente desnudo y como atleta, que sujeta en su mano izquierda una honda (apoyada sobre su hombro) y, en la derecha, la piedra. Son claramente apreciables los rasgos del rostro, el ceño fruncido, la musculatura, la diartrosis y el contrapposto de la figura.

Simbolismo

Miguel Ángel representa al rey David como atleta, pero no como joven atleta, sino como un hombre en la plenitud de su vida.

El artista eligió, como motivo para la obra, el momento previo al enfrentamiento de David con el gigante Goliat. De ahí, el aspecto contenido y expectante que nos muestra la figura, con los rasgos típicos de un luchador que se apresta al combate. Esa expectación se traduce en la mirada, enormemente penetrante, y se expresa también mediante la tensión corporal: la musculatura (e incluso los tendones y las venas) son claramente perceptibles. En definitiva, podemos hablar de un movimiento claramente contenido, que se convierte en pura tensión corporal.

Además, para que la tensión no pueda confundirse con un absoluto equilibrio, Miguel Ángel empleó el contrapposto y aumenta los volúmenes de ciertas partes del cuerpo, que vienen a simbolizar la fortaleza (no solo ni mayormente física) del rey David. Tales rasgos son claramente perceptibles en el tamaño de la cabeza (cuyo canon corresponde a 1/8 del total del cuerpo) y en la potencia y tamaño de la mano derecha, que sujeta la piedra, arma que el rey empleará para derrotar a Goliat. Todo ello conduce al concepto de terribilità que caracteriza otras obras del autor.

Todos estos rasgos convierten a la figura escultórica del rey David en un símbolo de la libertad, y representan a la perfección los ideales renacentistas de belleza masculina.

La Plaza de San Pedro

La larga historia de los proyectos de la plaza revela el esfuerzo para interpretar cómo edificar una iglesia que, Bramante y Miguel Ángel habían concebido y construido de otra manera: con planta de cruz griega y una gran cúpula (linterna, sobrecuerpo, se había dejado de lado la de cruz latina de la antigua basílica constantiniana. Los diversos arquitectos que propusieron modelos fueron: Bramante, Rafael, Miguel Ángel, Carlo Maderno.

La plaza es una gran explanada trapezoidal que se ensancha lateralmente mediante dos pasajes, con forma elíptica, de columnatas rematadas en una balaustrada sobre la que se asientan las figuras de ciento cuarenta santos de diversas épocas y lugares; en su interior se encuentran dos fuentes, una en cada foco de la elipse, y en medio de la plaza se erigió un monumental obelisco (de 25 metros de alto y 327 toneladas), un bloque pétreo sin inscripciones traído desde Egipto que estaba en el centro de un circo romano. En 1586 el Papa Sixto V decidió colocarlo frente a la Basílica de San Pedro en memoria del martirio de San Pedro en el Circo de Nerón. Se le conoce como el “testigo mudo”, pues junto a este se crucificó a Pedro. La esfera de bronce de la cúspide que, según la leyenda medieval, contenía los restos de Julio César, fue reemplazada por una reliquia de la cruz de Cristo. Los dos pasajes de columnas (284 de 16 metros cada una) se abren a cada lado simbolizando el abrazo de acogida de la Iglesia al visitante que parece invitar a entrar.

Al realizarse un cuadripórtico, aumentaban las dificultades para alinear las columnas. La columnata mezcla elementos del orden toscano como las columnas, pilares y lesenas y jónico en lo restante (especialmente la ausencia de triglifos). La idea era mostrar un aspecto severo y austero que diera más fuerza a la fachada de la basílica (que usa orden corintio) aumentando incluso a la vista su tamaño

Análisis de la obra El Expolio

El motivo del cuadro, El expolio, es el momento inicial de la Pasión en el que Jesús es despojado de sus ropas. El pintor se inspiró en un texto de San Buenaventura, pero la composición que ideó no satisfizo al cabildo. En la parte inferior izquierda colocó a la Virgen, María Magdalena y María Cleofás, aunque no consta en los evangelios que estuviesen allí, mientras que en la parte superior, por encima de la cabeza de Cristo, situó a gran parte del grupo que lo escoltaba, inspirándose en iconografías antiguas bizantinas. El artista debía representar a Cristo no como Dios, sino como hombre y víctima inocente de las pasiones humanas. Concentró todos los elementos, principales y secundarios, dispersos en sus cuadros anteriores, en una sola acción alrededor del protagonista. Lo rodeó de un grupo apretado de cabezas duras y sombrías, cada una con personalidad propia. Introdujo dos episodios diferentes a sus pies, cerrando la escena inferiormente. Se trata del hombre que prepara la cruz y, enfrente, las tres Marías que lo observan con tristeza. “La unidad de composición es tan perfecta que todo el interés lo absorbe la figura de Cristo”. El maestro supo crear este efecto, estableciendo una composición en círculo alrededor de Jesús. Todo lo que no es el protagonista se encuentra oscurecido y rebajado, mientras que Cristo se ilumina y destaca. Así el rostro iluminado de Cristo y su túnica roja forman un contraste muy fuerte con los oscuros rostros de los acompañantes y con la entonación gris que domina el cuadro.

La bóveda de la Capilla Sixtina

La bóveda de la Capilla Sixtina estuvo decorada con un cielo raso de estrellas doradas sobre un fondo azul. Desde su construcción hasta la intervención de Miguel Ángel, el techo de la Capilla Sixtina se divide en varias secciones:

  • La bóveda: es donde están pintadas las escenas del Génesis.
  • Los lunetos y las enjutas laterales: es donde están los antepasados de Cristo.
  • Los triángulos: donde se encuentran los profetas.
  • Las enjutas de las esquinas o pechinas: donde están las cuatro historias clave de la Salvación del pueblo de Dios.

El Juicio Universal

Arriba, mirando hacia la izquierda está Cristo, este es un juez implacable, con la mano derecha alzada, en actitud de condenar. La Virgen, que está a su lado, aparece resignada a la hora de la justicia. Los demás personajes de la corte son los profetas, los apóstoles, los mártires. A la derecha del Mesías están los elegidos, a la izquierda los réprobos. En el cielo, entre los lunetos, están alineados los ángeles con los instrumentos de la Pasión. Abajo, a la izquierda, la escena de la resurrección de los muertos: un grupo de Ángeles, en el centro, que llevan el libro del juicio, tocan las trompetas, mientras de los sepulcros destapados salen los muertos. Y mientras los buenos suben al cielo en medio de la rabia de los demonios, los malos son arrojados a los abismos.

El Juicio Universal (1535-1541).

A pesar de la belleza de la composición, el hecho de que las figuras apareciesen desnudas según el gusto del artista escandalizó a la Iglesia que una década después mandó a un pintor que añadiese unos taparrabos a todos los participantes.

La Capilla Sixtina fue restaurada entre los años 1980 y 1994 con la ayuda de Japón. Algunos repintes de Volterra fueron eliminados, pero otros se dejaron, partes originales de Miguel Ángel se habían raspado y no era posible recuperarlas.

La paleta original de Miguel Ángel: de intensos colores, contrastados claroscuros, así como meditadas tensiones dramáticas antecedente del más excelente manierismo.

Miguel Ángel se negó a pintar los frescos sostenido por un andamiaje, para solucionar un problema que parecía insoluble Miguel Ángel efectuó un innovador sistema de andamios prácticamente autoportantes que se soportaban mediante ajustes laterales en las paredes.