Introducción
La distribución espacial de la población analiza la forma en que ésta se localiza sobre el espacio. La distribución de la población en España es muy irregular, con áreas de concentración y otras de vacío. España cuenta actualmente con 47.432.893 de habitantes (01/01/2022), de los cuales 5.417.883 son extranjeros (01/01/2022). La densidad de población española ha aumentado con el tiempo hasta alcanzar 94 hab/km2. Un valor inferior a la media de la U.E. Sin embargo, esta cifra media esconde fuertes contrastes espaciales entre áreas de concentración, que superan claramente el promedio nacional y áreas de despoblamiento, donde no se alcanzan los 25 hab/km2.
Características de la Distribución de la Población Española
La población española presenta estas características:
- Aumento generalizado de la densidad de población.
- Contraste entre un litoral, fuertemente poblado y un interior semivacío.
- Concentración en áreas urbanas frente al despoblamiento de las zonas rurales.
Podemos decir que la distribución de la población en España es muy irregular. Existen fuertes contrastes entre un interior semivacío (menos de 25 hab/km2) y un litoral denso y muy poblado, con las excepciones de Madrid y Sevilla. El interior tiene menor crecimiento natural y una estructura de población envejecida.
Factores que Influyen en la Distribución de la Población
Las causas que explican las distintas densidades de población en el territorio español son las siguientes:
Factores Geográficos
El clima, la altitud y la irregularidad topográfica son factores geográficos que influyen en la distribución de la población.
Factores Demográficos
Los factores demográficos están ayudando a consolidar la oposición interior-periferia, pues las poblaciones del interior son las que presentan un menor crecimiento natural y una estructura de población más envejecida, frente a un litoral expansivo apoyado en una población joven.
Factores Socioeconómicos
Los factores socioeconómicos son hechos o situaciones de naturaleza social o económica que atraen a la población hacia determinadas zonas geográficas o la repelen de otras. El factor básico de las desigualdades desde la Edad Moderna ha sido la emigración.
Evolución y Tendencias de la Distribución de la Población
La acción conjunta del crecimiento vegetativo y los procesos migratorios, particularmente en la historia reciente, han modificado las pautas de distribución espacial de la población española. Este modelo polarizado de distribución de la población continúa reforzándose.
Las áreas en las que podemos observar una mayor concentración de población son:
- Los litorales gallego y vasco y en menor medida el asturiano y cántabro, que mantiene prácticamente estable su población.
- Litoral mediterráneo en toda su extensión, y en menor medida litoral atlántico andaluz.
- La aglomeración madrileña.
- Otras ciudades, principalmente las situadas a lo largo de los principales ejes de transporte.
- Los grandes valles y áreas de regadío, especialmente los valles del Guadalquivir y del Ebro.
Las áreas de mayor vacío peninsulares son las montañosas destacando el Pirineo, el Sistema Ibérico o Sierra Morena. De todas estas áreas, destacan por ser grandes vacíos, las áreas de montaña y espacios rurales, destacando especialmente el entorno de la Cordillera Ibérica, desde Burgos y Soria en el norte hasta Cuenca y Albacete en el sur. Sector que se ha venido a denominar la “España vacía”. Ello no se debe solamente a los factores geográficos (altitud), sino a que fueron las zonas más afectadas por el éxodo rural.
Las causas de esta distribución se remontan a la Edad Moderna, si bien se acentuaron desde mediados de los cincuenta del pasado siglo hasta la actualidad. En la década de 1960 crecieron las regiones industriales (Cataluña, País Vasco, Madrid y Valencia) y las áreas turísticas mediterráneas e insulares gracias a las migraciones hacia ellas desde las zonas más pobres del interior. Este gran éxodo rural se intensifica con la política industrial de ejes y polos de desarrollo del “modelo desarrollista” del franquismo, implementado en España a través de una política de desarrollo indicativa.
En los últimos años la población rural ha perdido importancia (“éxodo rural”) frente a las ciudades grandes y medias, (con mayor poder de atracción ante la posibilidad de empleo, mejores servicios y comunicaciones). Sin embargo, los territorios más dinámicos son las periferias urbanas y no los centros de las ciudades que aumenta de forma lenta o incluso pierden población.
Las tendencias actuales, marcadas por la primacía de los servicios, la difusión espacial de la industria, la agricultura tecnificada y el desarrollo endógeno de las Comunidades Autónomas, apuntan a la consolidación demográfica de Madrid, del eje mediterráneo (prolongado hasta Andalucía Occidental (N-340 o AP-7) y el eje de Ebro, que conecta el eje mediterráneo con País Vasco y Navarra.