Análisis de Climogramas e Insolación en la Península Ibérica

Diagramas ombrotérmicos

A) Precipitaciones

En el climograma de la izquierda, la precipitación anual es muy elevada (1268 mm), con todos los meses por encima de los 80 mm (excepto julio). Se encuentran dos máximos pluviométricos en primavera y en otoño, aunque la estación más lluviosa parece ser el invierno.

En el climograma de la derecha, las precipitaciones son escasas (607 mm), con todos los meses por debajo de ochenta, salvo noviembre, diciembre y enero. Las lluvias se concentran en otoño e invierno, estación en la que se sitúa el máximo pluviométrico. En primavera existe un incremento muy ligero.

B) Temperaturas y aridez

En el climograma de la izquierda, la temperatura media es de 14,2º, con una oscilación térmica que aproximadamente oscila entre los 10º y los 20º. En el de la derecha, la temperatura media es más elevada (18,2º), con una amplitud térmica igualmente más alta, pues oscila entre los 10º y los 28º – 30º.

La aridez consiste en unas precipitaciones insuficientes para que la vegetación se mantenga en una situación óptima. En el primer climograma no existen meses secos ni aridez, pero en el segundo nos encontramos con cinco meses secos (de mayo a septiembre). O sea, un caso de aridez general.

C) Tipos de clima

En el primer climograma, la elevada pluviometría, el máximo pluviométrico en invierno, la amplitud térmica media con inviernos moderados y veranos frescos y, por último, la ausencia de aridez nos indican que nos encontramos con un clima oceánico que se puede localizar en Galicia, Asturias, Cantabria o País Vasco. En concreto, se trata de la ciudad de Santander.

En el segundo climograma, la escasez de las precipitaciones y su distribución irregular, la elevada amplitud térmica con inviernos moderados y veranos muy calurosos y, por último, la presencia de aridez general nos indican que nos encontramos con un clima mediterráneo que se puede localizar en Andalucía o en la franja costera de Murcia, Comunidad Valenciana, Cataluña y Baleares.

Precipitaciones medias anuales

A) Distribución

Comunidades Autónomas con más de 1200 mm: Castilla y León, Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, Madrid, norte de Navarra, Aragón, Cataluña y Extremadura, puntos de Castilla La Mancha y en Andalucía.

B) Relación con el relieve

La altitud provoca que las precipitaciones sean más abundantes en los sistemas montañosos y, dentro de éstos, en los picos más elevados; mientras que se registran precipitaciones inferiores en las zonas situadas a menor altitud, como las llanuras y depresiones. En los sistemas montañosos, las lluvias son de carácter orográfico, descargando en las zonas de barlovento, muy húmedas, mientras que las zonas a sotavento son secas, por el efecto Foëhn, como el Valle medio del Ebro, el sureste peninsular y la cuenca zamorana. La disposición del relieve oeste-este permite la entrada de borrascas atlánticas al resto de la península. No obstante, la elevada altitud de la Meseta y la anchura de la Península provocan un debilitamiento de estas borrascas hacia el este. De ahí que los valores de la zona centro-este sean siempre inferiores a los 800 mm.

C) Comparación noroeste-sureste

En el noroeste, las lluvias son abundantes (con áreas de 800 y 1200 mm), se reparten de forma regular a lo largo de todo el año; registrando un máximo en otoño-invierno. No hay sequía estival; mientras que en el sureste peninsular son muy escasas (menos de 300 mm) e irregulares, aparecen más de cuatro meses secos. En el noroeste, las lluvias son finas y persistentes, el agua se infiltra en el suelo y no provocan torrencialidad; sin embargo, en el sureste, son lluvias torrenciales, provocadas por tormentas, originando una fuerte erosión sobre un suelo pobre en cobertera vegetal.

En el noroeste, las precipitaciones se originan al estar esta zona afectada todo el año por la entrada de numerosas borrascas de procedencia atlántica, que recorren el territorio de noroeste a sureste, disminuyendo el grado de precipitaciones conforme se adentran en el interior de la península, hacia el sureste, donde llegan con escasa o nula humedad. Por otra parte, los sistemas montañosos del noroeste peninsular actúan como barrera o muro de contención de estas borrascas, explicando la abundancia de precipitaciones en esta zona; mientras que en el sureste peninsular las escasas precipitaciones se explican por su situación a sotavento de las cordilleras Béticas. Las precipitaciones de esta zona se deben a borrascas térmicas y a situaciones de gota fría, que aparecen sobre el Mediterráneo al finalizar el verano, por el recalentamiento del mar. Por ello, las máximas se dan en otoño.

Insolación peninsular

A) Zonas con menor insolación

La Coruña, Lugo, Orense, Pontevedra, Asturias, Cantabria, Vizcaya, Álava, Guipúzcoa, Navarra, León, Palencia y Burgos.

B) Factores y elementos

Los factores del clima que contribuyen en la insolación son:

  • La latitud.
  • El relieve, que influye por su altura, por su disposición y por su orientación.
  • La dinámica atmosférica.

Los elementos del clima que intervienen en la insolación son:

  • La nubosidad.
  • La humedad.
  • La niebla y la calima.
  • La presión atmosférica.
  • Las precipitaciones.

Otros elementos naturales relacionados con la insolación son las aguas y la vegetación.

La variada insolación de Andalucía se debe a la diversidad de su medio físico. Los niveles más altos se registran en el Valle del Guadalquivir, por su baja altitud, y en las hoyas granadinas, encerradas entre cadenas montañosas. Los niveles más bajos se localizan en ciertos enclaves montañosos, donde la altura aumenta la nubosidad y las precipitaciones, y en los sectores costeros más afectados por las borrascas formadas en el golfo de Cádiz.

C) Repercusiones económicas

La insolación repercute en las siguientes actividades económicas: las actividades agrarias, la disponibilidad hídrica y energética y el turismo.

  • Actividades agrarias: Los niveles altos de insolación permiten una mayor variedad de cultivos, incluyendo algunos propios del clima subtropical. En contrapartida, la elevada insolación supone la escasez de recursos hídricos.
  • Energías: Los valores altos de insolación aumentan la evaporación y disminuyen las disponibilidades hídricas para el aprovechamiento industrial o la producción de energía hidroeléctrica. En cambio, favorece notablemente el aprovechamiento de la energía solar para la generación de electricidad, el calentamiento del agua y la calefacción.
  • Turismo: Especialmente el de sol y playa, que es el modelo predominante en España, se ve favorecido por los elevados niveles de insolación.