Heráclito y Nietzsche: Una Crítica a la Tradición Filosófica
1. La Crítica de Heráclito a la Percepción Sensorial
El texto resalta la perspectiva de Heráclito, quien desafiaba la interpretación convencional de los sentidos. Mientras otros filósofos rechazaban la percepción sensorial por su variabilidad, él cuestionaba su fiabilidad al mostrar las cosas con duración y unidad. Heráclito consideraba que la falsedad no residía en los sentidos en sí mismos, sino en la interpretación racional que imponía conceptos como la unidad o la sustancia.
Para Heráclito, la razón era la responsable de distorsionar la percepción sensorial al intentar imponer una estructura conceptual sobre el devenir y el cambio. Esta distorsión llevaba a concebir el ser como una ficción vacía, donde el mundo aparente, tal como lo perciben nuestros sentidos, era visto como el único verdadero. Por el contrario, el “mundo verdadero” concebido por otros filósofos era considerado una adición engañosa.
Esta perspectiva invita a reflexionar sobre la naturaleza de la realidad y nuestra relación con ella. Heráclito desafía la búsqueda de una verdad estática y eterna, resaltando la importancia de aceptar la naturaleza cambiante del mundo y de reconocer el mundo aparente como la verdadera esencia de nuestra experiencia perceptual.
2. Conceptos Clave en Nietzsche
2.1. Nihilismo
Con esta tesis, Nietzsche rechazaba la idea, principalmente de Platón y el Cristianismo, de poner la vida en algo externo a los sentidos, en un mundo más allá. Para Nietzsche, la vida es un suspiro y “vivirla” al estilo platónico o cristiano no es vivirla. Solo si consiguiéramos rechazar la idea de poner la vida en algo exterior, le podríamos volver a dar el verdadero sentido a la vida. Con esto, y a partir de este nihilismo, podríamos llegar al superhombre.
2.2. Dionisiaco
Lo dionisiaco viene del autor Dionisio, y se basa en los impulsos y el mundo como un caos y azar. Para Nietzsche la decadencia del ser humano se dio cuando Platón rechazó la realidad del mundo sensible (dionisiaco) y se centró en la realidad del mundo inteligible (apolíneo). Nietzsche decía que tenemos que vivir de un modo dionisiaco.
2.3. Transmutación de Valores
Nietzsche decía que la sociedad había impuesto en nosotros una falsa conciencia a través de falsos valores. La transmutación se basa en romper con estos falsos valores para dejar de tener una moral de esclavo y pasar a tener una moral de señor. Esta tarea es propia del superhombre. Esta creación de nuevos valores haría que rompiéramos con los valores erróneos de Sócrates y el Cristianismo.
3. Relaciones entre los Filósofos
3.1. Nietzsche vs. Heráclito
El punto en común entre estos dos autores es el devenir. Ambos pensaban que el verdadero mundo es aquel que otros llamaban aparente y donde se encontraba el devenir, la constante transformación de la realidad. A pesar de esto, Nietzsche le hace una crítica a Heráclito, puesto que Heráclito racionaliza el devenir y Nietzsche dice que esto es erróneo, puesto que la razón es errónea para conocer la verdad y por lo tanto el devenir es y no se debe razonar.
3.2. Nietzsche vs. Platón
Nietzsche y Platón tenían muchas diferencias. La principal es su forma de llegar al conocimiento, para Platón era la razón y para Nietzsche eran los sentidos. Además, la concepción del mundo sensible e inteligible de Platón, anteponía la verdad en el mundo inteligible. Sin embargo, Nietzsche la veía errónea puesto que decía que la verdad era la que se encontraba en el mundo de los sentidos. Por otro lado, Nietzsche pensaba que Platón era uno de los grandes dogmatizadores de la sociedad y uno de los principales culpables de la falsa conciencia de la sociedad y de imponer esos falsos valores.
3.3. Nietzsche vs. Kant
Kant y Nietzsche, dos pilares de la filosofía moderna, ofrecen perspectivas profundamente contrastantes sobre la moralidad, la religión y la naturaleza humana. Imbuido de un profundo respeto por la razón y la moralidad, Kant sostiene que la religión, aunque importante para la ética, debe ser racionalizada y subyugada a la autoridad de la razón práctica. Para él, la dignidad humana radica en la capacidad moral autónoma que poseen los individuos, quienes deben obrar conforme al deber moral universal, en lugar de seguir simplemente la fe o la revelación divina. Por otro lado, Nietzsche emerge como un crítico mordaz de la religión institucionalizada, particularmente del cristianismo, al que percibe como una fuerza opresiva que coarta el potencial humano. En su visión, el ser humano es una amalgama compleja de impulsos irracionales y pasiones que requieren de la liberación de las ataduras morales y sociales para alcanzar su verdadera grandeza.
Mientras Kant aboga por una moralidad basada en principios universales y racionales, Nietzsche propone una moralidad fundada en la voluntad de poder y la superación personal, desafiando así las nociones tradicionales de bien y mal. Esta dicotomía en sus posturas se extiende a sus visiones sobre la libertad individual y la autonomía moral. Para Kant, la libertad humana es intrínseca y se manifiesta en la capacidad de actuar de acuerdo con la razón y el deber moral, mientras que Nietzsche considera que la verdadera libertad proviene de la superación de las limitaciones impuestas por la sociedad y las convenciones morales establecidas.