Análisis comparativo del pensamiento de Schopenhauer y Platón

Contexto histórico, filosófico y cultural

Respecto al texto histórico, hay que señalar que durante el siglo XIX se extendieron por Europa la revolución industrial y las revoluciones liberales-burguesas (cuyos antecedentes son la independencia de los EEUU y la Revolución Francesa). Además, como resultado de este liberalismo político y económico, comenzó a crearse un movimiento obrero en el que destacó la figura de Carlos Marx. Ante este panorama, las unificaciones italiana y alemana se vieron impulsadas.

En cuanto al texto cultural, es preciso mencionar que se desarrollaron dos corrientes: por un lado, el romanticismo (primera mitad del siglo); por otro lado, el positivismo (segunda mitad). Por su parte, en el romanticismo, cuyo antecesor es Goethe, destacó la exaltación de lo pasional y el sentimiento, así como la revalorización de la tradición. En este movimiento podemos incluir a Victor Hugo, Lord Byron, Larra y Espronceda entre otros, al igual que Wagner y Chopin (músicos). En cuanto al positivismo, hemos de señalar que defiende una actitud antimetafísica y de renunciar a conocer la realidad y esencia de las cosas.

Por último, en el terreno filosófico, cabe destacar en la primera mitad del siglo, el idealismo alemán, que cuenta con Hegel como su mayor representante. Sin embargo, pronto surgió una reacción: los antihegelianos, entre los que destacó Schopenhauer, cuya obra ‘El mundo como voluntad y representación’ influenció en gran medida a nuestro autor. También cabe destacar la corriente surgida entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, el vitalismo, que reivindica la vida como la realidad primera a la que todo debe subordinarse. Así, como la vida es la realidad primera a la que todo debe subordinarse, y como la vida puede entenderse desde diferentes sentidos, se centran en este movimiento autores como Bergson, Nietzsche u Ortega.

Relación del autor con otra posición filosófica

Ahora, es el momento de compararla con la del ateniense Aristocles, que ha pasado a la historia de la filosofía con el nombre de Platón. Los comparamos porque la mayor parte de la crítica del alemán se fundamenta en los errores cometidos, a su juicio, por el griego.

Platón, como hemos mencionado antes, nace en Atenas en el siglo V a. C. coincidiendo con el auge del escepticismo y relativismo propugnado por los sofistas, defensores de la imposibilidad de encontrar la verdad. Ante esta situación, el ateniense, basándose en la idea de su maestro Sócrates, decidió empezar una lucha contra el escepticismo mediante la búsqueda de unos principios universales que posibilitaran el conocimiento. De este modo, estos conceptos universales definirían la realidad y son las ideas, que subsisten independientemente de ser pensadas o no, y que no deben ser confundidas con conceptos mentales.

Según la teoría de las ideas del ateniense, estas ideas se encuentran en su propio mundo, el denominado mundo de las ideas o realidad inteligible, a la que únicamente podemos acceder mediante la razón. Por otro lado, nos encontramos con el mundo sensible o realidad sensible, considerada una copia de la inteligible. En cuanto a las ideas, estas comparten las características del ser parmenídeo (únicas, eternas, inmutables, solamente cognoscibles por la razón…) y se encuentran ordenadas jerárquicamente, situando Platón en la cúspide del mundo de las ideas a la idea del bien, a veces identificada con la belleza e incluso Dios. Además, esta cumple tres funciones:

  • Causas de la existencia de las demás ideas.
  • Epistemológica (permite el conocimiento de la verdad y otras ideas).
  • Ético-político (guía de acción).

De este modo, reconoce Platón el dualismo ontológico al distinguir entre el mundo inteligible y sensible.

Por otro lado, analizaremos los distintos niveles de conocimiento mediante la teoría del conocimiento del filósofo griego. Comenzando por la base, en el nivel más bajo de conocimiento del mundo sensible se sitúa la conjetura, que son imágenes de sombras de objetos. A continuación, la pistis o creencia (de lo que comúnmente llamamos cosas). Más allá del mundo sensible, en el inteligible, se distingue la dianoia (conocimiento de los entes matemáticos) y la nóesis (de las ideas).

Por último, para concluir con la exposición de la posición platónica, cabe mencionar la división que el ateniense hace del alma (tripartita): racional, irascible y concupiscible, de modo que cada una simboliza la prudencia, la fortaleza y la templanza respectivamente.

Platón explica esta propuesta metafísica y ontológica a través de la analogía de la línea (como lo haría un matemático) y del mito de la caverna (narrando una historia). Como secuencia de lo dicho anteriormente, Nietzsche considera a la filosofía de Platón la base del cristianismo y de la tradición occidental. Así, tanto el dualismo ontológico como la adoración de conceptos llevados a la vida son componentes del error de la filosofía tradicional y duramente criticados por el alemán, tal y como se ha manifestado a lo largo de todo el comentario.