Góngora
Obras Poéticas: Letrillas y Romances
En sus composiciones populares, Góngora cultivó temas diversos, desde los romances narrativos y líricos de asuntos variados hasta la caricatura y la sátira de la época. También es autor de algunos textos religiosos, amorosos y cortesanos. En su producción destaca la extensión de algunos romances, entre ellos La Fábula de Píramo y Tisbe, de tema mitológico, en la que Góngora fundió sus tendencias cultas y populares creando un híbrido de seriedad y humor.
Sonetos
El soneto de Góngora, como en la mayoría de poetas de la época, es una de las composiciones breves más utilizadas, pues la versatilidad de esta forma la hacía adecuada para cualquier tema.
Estilo
Góngora abogó por la complicación estilística que, según él, le elevaba a la categoría de arte y seleccionaba a sus lectores.
Elusión y Alusión
Góngora elude expresiones gastadas por el Renacimiento y por el Culteranismo, y utiliza una sintaxis marcada por el hipérbaton. Eludió palabras cuyos referentes remiten a realidades antipoéticas; cuando necesita usarlas, recurre a la perífrasis alusiva, por la que también se vincula al latín a través del cultismo léxico y sintáctico.
Artificios Petrarquistas
Correlación, Diseminación y Recolección: La correlación petrarquista adopta en Góngora una formulación singular. En el soneto Mientras por competir con tu cabello se establece correlación entre los elementos de la belleza de la mujer y la naturaleza. Las correspondencias diseminadas en los cuartetos se recogen en los tercetos y el orden cambia por necesidades rítmicas, pero la recolección ofrece las equivalencias.
Léxico
Góngora emplea un léxico exquisito y colorista, y selecciona especialmente campos asociativos como el del color.
Quevedo
Temas Poéticos
La obra lírica de Quevedo está dispersa en cancioneros, en manuscritos y también en algunas compilaciones que él mismo incitó a realizar, como la titulada El Parnaso Español.
Poemas Amorosos
Quevedo cultivó la poesía de corte petrarquista, atraído por el lenguaje de fuertes contrastes conceptuales y paradojas, típicos de la concepción del amor cortés y la poesía cancioneril. En este grupo destacan los poemas del ciclo Canta sola a Lisi, dedicados a una amada fingida que, como la Laura de Petrarca, une así el tópico de belleza y la frialdad de su desdén.
Pero en Quevedo el dolor amoroso se parece al dolor ante la vida: se recrea en el análisis del sufrimiento amoroso como una condena que persiste con el tiempo. En ellos, el autor repite una y otra vez las imágenes del petrarquismo, pero acentuando hasta el límite los contrastes y las oposiciones. La unión entre amor y muerte confiere a la poesía amorosa de Quevedo una fuerza especial.
Poemas Satíricos y Burlescos
Quevedo abordó la sátira social en diversos moldes formales, entre los que se incluyen el soneto, el romance y la letrilla. Sus mordaces ataques se dirigen contra médicos, boticarios, alguaciles, etc. El estilo humorístico de estas composiciones, muchas veces insultante, revela su misantropía, xenofobia y antisemitismo, prejuicios muy comunes en la época. El objeto especial de burla era la mitología y los estilos literarios contemporáneos, en particular el gongorismo.
Poemas Religiosos
La poesía religiosa de Quevedo está marcada por el arrepentimiento de su vida pasada. En ella destaca la figura de Cristo.
Poemas Metafísicos y Morales
Se denominan metafísicos a los poemas quevedescos de contenido filosófico que plantean los más graves problemas de la existencia humana. Quevedo parte de una concepción neoestoica y cristiana de la vida, pero se detiene obsesivamente en reflejar la vaciedad y fugacidad. Son textos cargados de un hondo pesimismo en los que la muerte se hace omnipresente. El tópico cotidie morimur se encadena con el desengaño vital del Barroco. En los poemas morales, en el límite con la poesía satírica, Quevedo critica los males de su época y aspira a un retiro espiritual que le permite meditar.
Estilo de Quevedo
En la polémica poética de la época, Quevedo tomó partido por Lope y atacó a Góngora.
Recursos de Oposición
Los recursos de oposición constituyen una constante en la poesía de Quevedo, desde el simple contraste hasta el oxímoron, la antítesis y la paradoja. Estos recursos se encadenan con el juego entre la realidad y la apariencia, muy del gusto barroco, y especialmente con la hipérbole, presente sobre todo en la poesía burlesca, pero también en la amorosa.
Juegos de Palabras
La lengua constituye en los poemas quevedescos una fuente inagotable de creación léxica con fines literarios. Así, se utilizan sustantivos como adjetivos, verbos o adverbios como sustantivos, y se crean palabras nuevas mediante procedimientos morfológicos y analogías, y se modifican las frases hechas. Con este recurso, remarca el doble sentido que encierran las cosas y las múltiples interpretaciones que la realidad ofrece.