Análisis Comparativo de la Filosofía Moral y Política: De Platón a Kant

Libertad

En su análisis del proceso de conocimiento, Kant demostró que no podemos alcanzar conocimiento científico de las Ideas de la razón: Alma, Dios y Mundo. Sin embargo, aunque Alma, Dios y Mundo no puedan ser conocidos por la razón teórica sí han de ser tenidos muy en cuenta por la razón práctica. La razón práctica ha de tener una serie de principios aunque no se puedan demostrar científicamente; así, la libertad, la inmortalidad del alma y la existencia de Dios, son, según Kant, postulados de la razón práctica. En la naturaleza, en el mundo fenoménico, todo hecho tiene una causa que le precede y determina; las cosas suceden dentro de series de causas y efectos. Pero el hombre, en la medida es que pertenece también al ámbito de lo inteligible, al ámbito de lo puramente racional, puede iniciar de forma espontánea y sin que nada anterior lo condicione, una serie de hechos.

Imperativo

Para Kant, las morales anteriores a él (como la de Aristóteles que dice que el fin humano es la felicidad, la de Hume que defiende que debemos guiarnos por nuestras emociones, etc.) son morales materiales porque nos dicen lo que hay que conseguir en la vida y qué medios usar para lograrlo. El problema es que no pueden dar una orden que se aplique en todas las situaciones, por lo que siempre hay que tener en cuenta las circunstancias. Según Kant, estas morales solo generan imperativos hipotéticos. Por otro lado, propone una moral formal, que no nos dice qué conseguir y cómo, sino que nos da un mandato para tomar decisiones morales. Este mandato es el imperativo categórico, que tiene varias formulaciones. Es formal porque no considera las circunstancias, es categórico porque se aplica en toda situación y es a priori porque es elaborado por la razón pura. Kant propone una moral universal basada en la razón práctica de cada individuo.

Platón

Opinión

El término pertenece al dualismo epistemológico del autor, que incluye dos formas de conocimiento: la basada en los sentidos y la basada en la inteligencia. La “opinión” o “doxa” es una forma de conocimiento propuesta por Platón que permite tener cierto conocimiento del mundo sensible y de la experiencia, a diferencia de la ciencia que alcanza el verdadero conocimiento de las ideas o esencias. La opinión se divide en conjetura, el conocimiento de sombras o reflejos, y creencia, el conocimiento directo de las cosas. Platón consideraba que la opinión era imperfecta y no confiable en comparación con el conocimiento verdadero y abogaba por buscar la verdad a través de la filosofía y la educación.

Idea del bien

Platón introdujo el concepto de las Ideas en el mito de la caverna, donde se explica un dualismo entre un mundo inteligible y un mundo sensible. Estas Ideas, que incluyen la belleza, la justicia y las matemáticas, son representadas por el sol en el mito. Las Ideas tienen cuatro características: son inteligibles, independientes de las personas, dan lugar al mundo visible y son la causa de nuestra realidad. Solo aquellos que pueden controlar sus instintos, como los filósofos, pueden alcanzar y comprender las Ideas. Esta capacidad de comprensión moral es conocida como intelectualismo moral, influenciada por Sócrates y personificada en el rey filósofo.

Relación Aristóteles-Hobbes

En el ámbito político, podemos comparar las posturas de Aristóteles y Hobbes. Aristóteles sostiene que el individuo solo puede ser feliz en sociedad, ya que el ser humano es social por naturaleza, y la palabra es indicativa de su naturaleza social. Además, establece que la ética y la política son inseparables. Por otro lado, Hobbes sostiene que el ser humano es egoísta por naturaleza y decide vivir en sociedad por necesidad, no por una asociación natural. En su estado de naturaleza, el hombre necesita asegurar su supervivencia, lo que lo lleva a aceptar un pacto social y someterse a una autoridad máxima. Aunque hay diferencias entre las concepciones de ambos pensadores, se puede encontrar una similitud en la idea de que algunos están destinados a dominar y otros a ser dominados. No obstante, es importante destacar que sus concepciones sobre la sociedad y la política son radicalmente diferentes.

Aristóteles-Platón

Aristóteles, discípulo de Platón, desarrolló su propio sistema filosófico después de estudiar en la Academia de Platón. Su formación médica influyó en su filosofía empírica, alejándolo del idealismo de su maestro. Aristóteles criticó la teoría de las ideas de Platón por no explicar el movimiento y el cambio, elementos fundamentales de la naturaleza. Propuso la diferencia entre formas de ser y no ser, explicando el movimiento a través de la teoría de la potencia y el acto. También criticó la incapacidad de Platón para explicar la maldad y afirmó que la auténtica realidad reside en los individuos concretos. Ambos filósofos compartían un optimismo epistemológico, creyendo en la búsqueda de la verdad. Sin embargo, Aristóteles se basaba en la experiencia y el hábito, rechazando la reminiscencia idealista. También diferían en la antropología, ya que Aristóteles consideraba que el alma era mortal, mientras que Platón afirmaba que era inmortal. En ética y política, Aristóteles negaba la existencia de un Bien Universal y defendía la adquisición de virtud a través del hábito. También rechazaba la posibilidad de un modelo ideal de sociedad y proponía la aristocracia como la mejor forma de gobierno.

Aristóteles-Kant

La relación entre Aristóteles y Kant se puede analizar en los ámbitos del conocimiento y la ética. En cuanto al conocimiento, Kant se diferencia de Aristóteles al considerar al sujeto como activo, con estructuras a priori en la sensibilidad y el entendimiento. Por otro lado, en la ética, Aristóteles plantea una ética material y teleológica, en la que la virtud es un medio para alcanzar la felicidad, mientras que Kant propone una ética formal y deontológica, donde la virtud es un fin en sí misma. Aristóteles también establece que la felicidad es el bien supremo, alcanzada a través del desarrollo de las virtudes, una vez satisfechas las necesidades materiales y afectivas. Por otro lado, Kant critica la ética eudemonista de Aristóteles y propone una ética formal a priori, que establece cómo el individuo debe determinar el bien a través del principio de universalidad y el trato de las personas como fines en sí mismas. En resumen, Kant estaría de acuerdo con las virtudes dianoéticas de Aristóteles, pero no con el carácter empírico de su ética en el establecimiento del término medio en las virtudes éticas.

Disertación: La Sociabilidad Humana y la Moralidad en Kant

La sociabilidad humana y su relación con la moralidad son temas fascinantes y complejos según Kant. Según él, la sociabilidad puede ser vista como una predisposición natural en los seres humanos. Somos criaturas sociales por naturaleza, lo que significa que tenemos una inclinación innata hacia la interacción y coexistencia con otros individuos de nuestra especie. Esta sociabilidad se manifiesta en la necesidad de establecer relaciones sociales, cooperar en actividades comunes y buscar el bienestar colectivo.

Sin embargo, Kant argumenta que la sociabilidad humana también está marcada por lo que él llama la “insociable sociabilidad”. Esto refleja la tendencia de los seres humanos a relacionarse con los demás, pero también a experimentar conflictos, competencia y egoísmo. Kant sostiene que esto es un aspecto inherente a nuestra condición humana y surge de la tensión entre el deseo natural de sociabilidad y los impulsos egoístas y competitivos de cada individuo.

Kant sugiere que la sociabilidad humana no es solo un fenómeno natural, sino que también está influenciada por consideraciones morales. Aunque podemos estar motivados por nuestras propias necesidades y deseos egoístas, la moralidad implica reconocer la igual dignidad y los derechos de los demás. Aquí es donde entra en juego el mandato moral de la sociabilidad: la obligación de respetar y promover el bienestar de los demás, incluso cuando nuestros propios intereses están en juego.

En resumen, la sociabilidad humana es tanto un aspecto natural como un mandato moral. Los individuos pueden superar su tendencia al egoísmo y cultivar relaciones basadas en el respeto y la cooperación a través del uso de la razón práctica y el cumplimiento de principios éticos universales. Comprender y practicar la sociabilidad es fundamental para el desarrollo de una sociedad justa y armoniosa.